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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Drama La carrera de Louis Rivera como boxeador llega a su fin tras una derrota ante el joven Cassius Clay. Ahora debe enfrentar el reto de encontrar su nuevo lugar en la sociedad. (FILMAFFINITY)
19 de marzo de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabando de graduarse de la Escuela Secundaria, Rod Serling se enlistó en el ejército siguiendo a su hermano mayor. Mientras entrenaba como paracaidista, ingresó también a las prácticas de boxeo y llegó a ser peso mosca, alcanzando un total de 17 combates. Esta experiencia, le serviría luego para animarse a escribir la amarga historia de un boxeador que, tras 111 peleas y haber alcanzado el puesto 5° entre los pesos pesados, de pronto se ve obligado a retirarse, pues, de seguir correría el grave riesgo de quedar ciego.

Esta sentida y conmovedora historia se convertiría, en 1956, en uno de los episodios de Playhouse 90, televisión en vivo que se pasaría con el título de, “Requiem for a Heavyweigth”, y fue protagonizado por Jack Palance, Keenan Wynn y Kim Hunter. Debido a que, también Palance había sido boxeador, este telefilme dirigido por Ralph Nelson, se ganó el reconocimiento de la crítica especializada por su aire de autenticidad y su poderoso drama.

La televisión alemana también se interesó en la historia de Serling y, en 1959, la presentó como “Requiem voor een zwaargewicht”; y llegado el año 1962, se convenció de nuevo a, Ralph Nelson, para que llevara la historia a la pantalla grande, pero, esta vez serían Anthony Quinn, Jackie Gleason, Julie Harris y Mickey Rooney, quienes tendrían el gran privilegio de dar vida a tan magníficos personajes.

La historia, reescrita por el propio Serling, se incrementó con nuevas y oscuras situaciones que le dan un cierto toque de film noir, y hasta el final se cambió logrando llevar a un alto nivel el drama del ahora llamado, Louis “Mountain” Rivera. Curiosamente, en la única escena de boxeo que hay en el filme, el director Ralph Nelson se luce al disponer de Muhammad Ali (entonces Cassius Clay), para que golpee a un hombre que no vemos, quedando nosotros en su lugar subjetivamente… hasta que, al fin vemos como ha quedado su contrincante.

Se impone en el filme la impresionante y muy emotiva relación de amistad que se da entre los protagonistas… y el boxeo queda de nuevo en entredicho, pues, como siempre, salen a la luz los oscuros manejos que suelen producirse entre empresarios y apostadores.

Anthony Quinn, nos llega a las entrañas con su singular y patético personaje, un hombre de la más alta dignidad que nunca aceptó un soborno, pero que, ahora, se ve a punto de convertirse en lo que nunca ha admitido ser. El resto del reparto resulta igualmente memorable y, <<RÉQUIEM POR UN CAMPEÓN>>, fluye con una carga emocional que no decae ni un sólo minuto. Los diálogos son muy precisos y concretos, y el ambiente general queda plasmado con la autenticidad que reclamaba la historia.

Es con filmes como éste que uno se pregunta: ¿Qué debemos privilegiar en un momento dado, la amistad o la dignidad?

Título para Latinoamérica: RÉQUIEM PARA UN LUCHADOR
Luis Guillermo Cardona
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