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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Drama Philip, un médico aficionado a la pintura, se enamora locamente de una camarera, pero ella lo rechaza. Éste será el punto de partida de muchas desdichas. (FILMAFFINITY)
31 de octubre de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mildred Rogers es una muchacha frívola, fatua y calculadora, pero tiene ese “no sé qué” en su figura y en su carácter que, desde el momento en que la conoce, deja atrapado a Philip Carey, el negado pintor y ahora estudiante de medicina en Londres, quien no resiste el deseo de seguir yendo a aquel salón de té donde la joven trabaja... y pronto tendrá lugar una de las relaciones hombre-mujer más singulares, complejas y admirables que nos haya podido dar el cine y sobre todo la literatura.

Originalmente titulada “Of human Bondage” (Servidumbre humana), es esta una obra que publicara en 1915, el escritor W. Somerset Maugham, la cual ya había sido llevada al cine, en 1934, por el director John Cromwell. Ahora, es Edmund Goulding el encargado de adaptar esta magnífica novela, y de nuevo, la historia es tomada desde el capítulo 55, momento en el que, Philip Carey, conocerá al personaje que determinará una buena parte de su existencia, siendo sin duda el más fuerte y complejo que, en su vida, haya podido conocer.

Es esta una narración semibiográfica, en la que Maugham entrega buena parte de su alma, pues en el personaje de Carey –su alterego- describe aquí los complejos que le generaba su tartamudez, pero convirtiendo ésta en una suerte de cojera para que su personaje luzca un tanto distinto. Recordando el arte pictórico de Rembrandt y de El Greco, Maugham también ha plasmado al hombre interpretando su alma, y al tiempo, ha logrado extraer de su protagonista, una generosidad y una dignidad como la que muy pocos hombres consiguen alcanzar. Philip acoge la vida como le viene y con todo lo que le trae, porque en el fondo pareciera saber que una gran lección y un gran aprendizaje hay siempre guardado en todo aquello que finalmente sucede.

Mildred reclama, Harry entrega. Ella lo usa para su sobrevivencia, él la acoge para prodigarse. El destino será muy elocuente con ella a la espera de que enderece su camino y con Harry será preciso hasta lo necesario para fortalecer su carácter. Y así, por este sendero, quedará finamente trazada una poderosa e inmensa historia de amor, que va de lo simple a lo profundo pasando también de lo penoso a lo grato, porque, como suele ocurrir con las más fuertes tormentas, siempre queda la promesa de un lindo amanecer.

Edmund Goulding ha conseguido tomarle el pulso a la novela y logra hacernos sentir el vigor humano de sus personajes, cuidando muy sobriamente el trascendental detalle de hacer que los entendamos a ambos y que seamos capaces de apreciarlos con la luz de la razón, pero bien guiada -como debe ser- por el corazón.

Paul Henreid y Eleanor Parker, logran una pareja bastante efectiva, consiguiendo momentos de hondo dramatismo y con una potente carga emocional. Y Edmund Gwen, Alexis Smith y Janis Paige, traerán consigo aquella suerte de sentimientos que mantendrán el aliento en la compleja, pero brillante vida de Philip Carey.

Título para Latinoamérica: “ESCLAVO DE SU PASIÓN”
Luis Guillermo Cardona
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