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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Drama Cleo, una joven cantante, espera impaciente los resultados de un examen médico. Cuando una adivina que lee las cartas le revela que tiene cáncer y que puede morir, su inquietud aumenta. Tratando de ocupar su tiempo a la espera de los resultados, Cleo conoce a un joven soldado, a punto de partir para hacer el servicio militar en Argelia, al que confía su temor a la muerte. (FILMAFFINITY)
30 de marzo de 2019
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Florence, ya no es esa mujer floreciente y esa cantante de éxito que pudo haber sido en tiempos pasados. Sigue siendo muy bella, y todavía tiene a su lado a Bob y a Maurice, dos compositores que siguen haciendo canciones para ella y acaban de traerle un nuevo éxito, “Sans Toi”. Pero, supersticiosa hasta el absurdo y debidamente respaldada por Angele, su asistente, Cléo Victoire -éste es su nombre de cantante-, acaba de acudir a donde una pitonisa… y ¡su lectura la ha dejado en la más completa desazón!

Lo que vendrá luego, responde a lo simple de la vida, está enmarcado en la existencia cotidiana… pero, en esta ocasión, quizás tenga otro significado porque, a veces, es necesaria la crisis para poder crecer y para poder ver las cosas gratas que, estando siempre presentes, no conseguíamos verlas. La película fluye como un río sosegado, disfrutando a plenitud las calles sesenteras de París y trayéndonos uno… y otro… y otro… personaje, que llegará a la vida de Cléo como un indicado instrumento del universo.

Con el filme, “La Pointe Courte” (1956), Agnès Varda, había sido precursora del sonado movimiento cinematográfico conocido como, La Nouvelle Vague (La Nueva Ola), más interesado en lo interno que en lo externo, y con más afán de alma y de sentimientos que de acciones puramente físicas. “CLÉO DE 5 A 7” -título que no debe entenderse como si la historia transcurriera entre las 5 y las 7 pm de un mismo día-, también se enmarca en este movimiento y Varda se entrega de pleno a ese instante en el que, el ser humano puede llegar a sentir que, sin haber vivido suficientemente, el fin está demasiado cerca.

Con una belleza muy fina, Corinne Marchand, consigue irradiar encanto y simpatía, y en su largo trajinar nos contagia con su angustia, pero también nos permite ver y comprender lo que ella logra con cada nuevo encuentro. Parece, Cléo, la clase de mujer que ha creído más en los demás que en sí misma, pero, su nueva condición quizás se convierta, a fuerza de ver, en un nuevo despertar.

La edición ha sido debidamente cuidada… y ciertos momentos resultan muy creativos como reflejo de sensaciones y pensamientos. Narrativamente, pareciéramos estar, en ciertos apartes, ante un filme autobiográfico -el guion también es de Varda- porque, el cariño que la directora inyecta en su protagonista, sólo se siente por alguien con quien se está muy íntimamente conectado.

Los intensos colores que apenas se dan en los planos en que se leen las cartas, parecieran ser la realidad como, hasta entonces, la ve la protagonista… y quizás, también pretenda centrar nuestra atención en ese popularizado y tantas veces traumatizador ejercicio; y el gris intenso del resto del filme, hace ver el mundo como, muy seguramente, lo está viendo la bella y acongojada Cleopatra.

Con, <<CLÉO DE 5 A 7>>, una nueva y muy valiosa realizadora, se hacía ya un lugar en el arte cinematográfico.

Mención para, Michel Legrand, inolvidable compositor de tantos éxitos cinematográficos, quien aquí aparece como el pianista que ofrecerá, a Cléo, la bella canción que será su nuevo éxito.

Agnés Varda (1928-2019): ¡Namasté!
Luis Guillermo Cardona
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