“EL AMANECER DEL PLANETA DE LOS SIMIOS” (título que de entrada resulta falso: ¿Cuál planeta pertenece a los simios? ¿Cuál amanecer si desde que empieza el cuento comienza a gestarse un amargo anochecer?), me deja la sensación de que fue un sensible error haber cambiado de director y de que el nuevo guionista que le sumaron a la labor de Rick Jaffa y Amanda Silver, sacó la historia del magnífico horizonte en que estos la traían, para convertirla simple y llanamente, en un western futurista donde, de un lado, en vez de tipos barbudos, jeans, poncho y pistolas enfundadas, tenemos simios que traen en sus genes el experto manejo de cualquier arma (¿?). Y por otra parte, la historia ya la hemos visto en un sin número de "caballitos" (citaré ideas generales del argumento): El ranchero (aquí Caesar), con buenas intenciones y ansias de paz, a quien le resulta entre sus hombres un belicoso (Koba, tan feo como Jack Elam) con ganas de furrusca. La gente del pueblo, siempre armada y a la espera de un posible ataque del bravucón y su pandilla, y el prepotente entre estos (Dreyfus) que, cargado de resentimiento como lo está el pollopeletas del ranchero, darán motivo para que, finalmente, se arme un gran tropel donde cada bando pagará su alta cuota. Ah, y hasta hay lugar para remontarse a algún filme como “Los intocables de Eliot Ness”, con la escena resolutoria entre Caesar y Koba.

Técnicamente, todo marcha de nuevo muy bien en el excelente ejercicio de mocap (motion capture) y en la ambientación. Pero argumentalmente, nada original. El mismo cuento derrotista de que la humanidad nunca podrá vivir en paz; que simios y hombres nos parecemos bastante como lo refrendaba Darwin; y que el cine dará más plata mientras más plomo haya y mientras más chatarra vuele por los aires. ¡Y había quedado tan a gusto con la película de Rupert Wyatt, porque estaba hecha con criterio adulto y con un fuerte pero indispensable alegato en defensa de las especies animales! Acabo de ver lo que están haciendo con los pavos en los EEUU y lo que hacen con las ovejas en Australia… y siento que ya nos quedan pocas razones para seguir creyendo que somos una especie superior. ¡¡¡Qué vergüenza!!!

El guión de “EL AMANECER DEL PLANETA DE LOS SIMIOS”, cojea por varios flancos. Enlaza con la película de Wyatt como una absoluta continuación siguiendo el cuento de la epidemia -que dizque deja vivos a regularcitos miembros de la especie humana, con excepción de los que asumen la expedición, restando al imbécil de Carver- y nunca sabremos qué pasó realmente (solo intuimos una posibilidad bastante ligera) con Will Rodman y Caroline, la pareja que tanto significó en la primera película para Caesar. Después, el cuento del armamento: Si sabían los humanos que ellos eran los escasos sobrevivientes en el planeta, ¿para qué diablos andaban armados hasta los dientes si ni siquiera tenían idea de la existencia de la gran manada de simios? ¿La tradicional obsesión estadounidense? Y el ejército que viene en camino ¿sobrevivió completo a la epidemia? ¡Válgame Dios!

Con esta nueva camada de películas de los simios, parece que va a pasar como con las que se hicieron en las décadas de 1960-70… en cada nueva historia, las cosas venían de más a menos hasta convertirse en casi un disparate, y el principal error es cambiar de director.

Título para Latinoamérica: “EL PLANETA DE LOS SIMIOS. CONFRONTACIÓN”