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Voto de Luis Guillermo Cardona:
10
Drama. Romance. Aventuras La última película de Murnau antes de su precoz muerte empezó como una colaboración con el famoso documentalista Robert J. Flaherty, aunque por diversos razones acabó dirigiéndola Murnau en solitario. Rodada en Tahití y Bora-Bora, cuenta la historia de unos amantes enfrentados a los ritos y tabúes de las islas del Pacífico Sur. (FILMAFFINITY)
16 de septiembre de 2010
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Robert J. Flaherty, fue un etnógrafo con gran interés por las culturas primitivas, porque veía en ellas grandes y admirables ejemplos de vida. Luchar por su conocimiento preciso y su preservación, fue el propósito de toda su vida. Friedrich W. Murnau, fue un cineasta que amaba el cine por sobre todas las cosas, porque creía que, a través de él, podía apologizar la grandeza del hombre y demostrar la perfecta confluencia que existe entre todas las dimensiones de la existencia.

Nada extraño entonces que, sus talentos y sus ideales, confluyeran en un proyecto que surge tras el desencanto que ambos tienen con los productores de Hollywood. Murnau, tenía en alto aprecio los filmes de Flaherty y, <<TABÚ>>, se inició en la isla Bora-Bora con gran entusiasmo por ambas partes. El guion lo habían escrito juntos, pero, pronto Flaherty comenzó a sentir que él y Murnau miraban en direcciones diferentes. Al etnógrafo americano le interesaba lo puramente documental, y al cineasta alemán le atraía más lo novelesco y lo romántico de la historia entre Matahi y Reri. Observando lo que ocurría en el escenario, donde Murnau dirigía, y Floyd Crosby se ocupaba de la cámara, Flaherty comprendió que no había lugar para él y abandonó el rodaje, pues, además, el director alemán fue quien aportó la mayor parte del presupuesto.

Es un hecho que, en todo documental se hacen abstracciones y se filma aquello que particularmente atrae a cada realizador. En tal sentido, todo documental es subjetivo, pues deja siempre de lado espacios, comportamientos, costumbres… que, a otro realizador cualquiera podrían interesar, originando así una nueva lectura que, sin duda, derivará en sentires e interpretaciones parcial o radicalmente distintos.

En tal sentido, la motivación novelesca de, Murnau, es perfectamente válida porque sustrae, sin trampas, aquellos aspectos que le interesan de la cultura polinesia y la hace confluir con una historia, quizás ficticia, pero que da lugar a su ferviente alegato contra aquellos códigos arcaicos con los que se subyuga a la mujer. ¿O qué otra cosa es someter a una chica enamorada a ser la elegida de unos dioses de piedra o de madera, y negarle de por vida, el derecho a ser acariciada y deseada por un hombre?

Reri, y especialmente Matahi, son magníficos ejemplares de la libertad absoluta que reclama el amor. Por eso, rompen todos los tabúes y buscan desatarse de las ancladas cadenas que quieren impedirles su derecho a ser felices, pues, puedes tomarlo como un hecho incontrovertible: Todos los dioses son falsos cuando el hombre les atribuye un pretendido afán de sacrificios. Dios solo ansía Amor.

<<TABÚ>>, es un filme liberador, y la muerte de, F. W. Murnau (ocurrida el 11 de marzo de 1931 -exactamente 4 meses y 21 días antes de que se estrenara el filme, el 01 de agosto del mismo año-, nada tuvo que ver con un castigo por su rompimiento de tabúes, más bien, diría yo, fue la causa natural de un proceso existencial cumplido a cabalidad, pues sirvió para la consolidación de un arte maravilloso.
Luis Guillermo Cardona
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