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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Drama. Romance Laia, una joven maestra catalana, se traslada a Katmandú para trabajar en una escuela. Allí, además de la miseria, descubre un panorama educativo desolador que excluye a los más necesitados. Tras contraer, a su pesar, un matrimonio de conveniencia para legalizar su situación, emprende un ambicioso proyecto pedagógico en los barrios de chabolas de la ciudad, aunque pronto se da cuenta de que necesita ayuda para hacerlo realidad. Al mismo ... [+]
7 de octubre de 2012
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay ciertas personas (turistas, intelectuales, artistas, religiosas…) que, un día cualquiera, sienten una irrefrenable motivación de quedarse (o irse a vivir) en una tierra lejana por la que, de pronto, se sienten profundamente atraídos. Las motivaciones suelen ser distintas: el magnetismo de aquella tierra, su gente, su cultura, las oportunidades laborales que ofrecen, una persona especial… o el sentimiento humanitario de que hay mucho por hacer allí y es posible aportar un nuevo esfuerzo con propósitos transformadores.

Este pudo ser el sentimiento de la española Victoria Subirana (Girona, 1959), una maestra atraída por los libros espirituales, quien, tras haber leído a escritores como Hermann Hesse (“Siddharta”) y Lobsang Rampa (“El tercer ojo”), un día de 1988 decidió viajar a Nepal, y al conocer los graves problemas por los que pasaban los niños: miseria, sometimiento a absurdas tradiciones, exclusión, trata de blancas… y analfabetismo que entonces rayaba en el 80%, decidió quedarse porque sintió, en lo más profundo de su alma, que allí podía ser más útil que en su propia tierra. ¿Intromisión, sabiendo que en su país algunos de estos problemas, aunque en menor grado, también existen? No. Es la fuerza del destino que a veces nos depara otro espacio, otra gente y otra misión. A fin de cuentas, la tierra es una sola y es el hogar de todos los humanos.

Se dice, y no es extraño, que su autobiografía “Una maestra en Katmandú”, hizo roncha en el gobierno de Nepal y las fuerzas oscuras no hicieron esperar sus amenazas. Y no sería raro que, la adaptación cinematográfica del libro –aunque bastante libre-, agite otro tanto las bases políticas de aquella nación tan rezagada. Al lograr esto y dejar al descubierto ante el mundo los graves problemas sociales de aquel país asiático, será bastante el mérito de este filme si, en su sencillez técnica, argumental y actoral, consigue alcanzar su propósito de acercarnos a una cultura para muchos totalmente ignorada y que quizás esté pidiendo a gritos ayuda del mundo para conseguir el cambio.

Nepal fue una monarquía hasta 1991, año en el que, por primera vez en su historia, se realizó una elección democrática. La belleza de sus tierras y de su histórica capital Katmandú, hacen al país muy apetecido por los turistas y tras esto se aviene entonces la prostitución, el vicio y otras vergüenzas sociales. Con su película, “KATMANDÚ UN ESPEJO EN EL CIELO”, la española Icíar Bollaín, se duele de todo esto, pero sobre todo, se le nota su seria preocupación por los niños y las mujeres que, en una sociedad profundamente machista y anclada en rancias tradiciones, siempre están llevando la peor parte.

Faltaron algunas cosas (más elaboración dramática, fluidez narrativa, mejor composición de planos, mayor presencia actoral…), pero aún así, el filme logra su propósito socio-político, y es posible encontrar en él una creíble y muy válida intencionalidad. Y en este sentido es un filme necesario.
Luis Guillermo Cardona
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