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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Cine negro Desde muy chico, ya Tom Powers anda cometiendo fechorías en compañía de su leal amigo Matt Doyle. Y cuando se hacen hombres, la llegada de La Ley Seca, será su gran oportunidad para hacerse un nombre en el bajo mundo del gansterismo. Para Tom (James Cagney), machista y explosivo, la imagen de su hermano Mike, un militar recto y socialmente comprometido, lo pondrá en confrontación con su madre, el único ser en la vida al que ha amado. (FILMAFFINITY)  [+]
6 de febrero de 2017
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque la historia ha sido ubicada en Chicago, EEUU, con pequeñas variables podría suceder en cualquier lugar del mundo. No obstante que, buena parte de los hechos ocurren en tiempos de La Ley Seca... sus causas y consecuencias no fueron tomadas en cuenta, porque, lo que importa aquí es el proceso criminal en el que se van adentrando dos chicos como tantísimos otros. Y las relaciones familiares que vamos a presenciar... muchos entre nosotros -de aquí, de allí y de más allá-, las han vivido con semejantes características y consecuencias.

Basado en hechos y en personajes reales, a los que sólo ha cambiado nombres y modificado algunos rasgos de personalidad con fines dramáticos, el director William A. Wellman, se propuso realizar la más verosímil radiografía de un terrible fenómeno que, en las primeras décadas del siglo XX, había alcanzado cifras escandalosas en los Estados Unidos de Norteamérica: La delincuencia juvenil. Para hacernos a una idea: En 1920, cada día cerca de cien mil niños deambulaban en las calles de New York. ¿Y qué rumbo tomaban luego sus vidas? En un alto porcentaje, se convertían en delincuentes que luego iban a parar a los correccionales que muy poco corregían, y otro alto porcentaje, se convertían en temibles bandidos y gansteres de la peor calaña.

¿Y cómo empezaba todo esto? Es lo que vamos a ver en “EL ENEMIGO PÚBLICO”, uno de los más notables filmes realizados en la década de 1930, cuando despuntaba con inusitado éxito el Cine Sonoro.

Todo comienza cuando dos chicos, Tom Powers y Matt Doyle -hijos de padres de escaso nivel cultural, habitantes en un barrio carente de oportunidades, y víctimas de cierto maltrato- hacen sus primeras salidas como ladronzuelos, consiguiendo, pronto, quien haga el juego de reducidor y otros menesteres. Y de aquí en adelante, presenciaremos su fugaz pero intenso paso por la vida, donde conocerán la abundancia, el sexo fácil, el crimen, la descomposición familiar… hasta que el destino decida que es hora de jugar su última carta.

Aunque resulta modesta en su puesta en escena, la película nos compensa con una atinada fotografía, y algunos momentos de su historia aún se conservan bastante frescos por su connotada originalidad. Para citar ejemplos: La polémica escena del pomelo que termina en el rostro de Kitty (Mae Clarke); el atentado sirviéndose tácticamente de una volqueta con gravilla; y la escena de cierre por su preciso impacto.

Wellman, se muestra muy efectivo en la edición y prefirió que su filme resultase de un austero metraje antes que dejar pasar el más mínimo punto muerto. Esto, nos asegura una fuerte dinámica narrativa y el filme pasa en un santiamén, tras dejar el regalo de un seguro entretenimiento, y al tiempo, una aleccionadora historia que nos reclama de nuevo la urgencia de unos Estados Presentes, y a nivel familiar, la relevancia de dar afecto y cubrir las necesidades de primer nivel.

James Cagney, tan posicionado en su rol de gánster que, tras haber empezado el rodaje como el segundo a bordo, dejó tan convencido a Wellman que éste optó por invertir los papeles, habiendo quedado Edward Woods con el de Matt Doyle. Junto a ellos, el posteriormente director, Leslie Fenton como 'Nails' Nathan, el matón sin escrúpulos que les dará el definitivo impulso durante La Ley Seca; y Jean Harlow, la rubia platino, muy bien caracterizada como Gwen, la típica mujer que, también en aquellos tiempos, carecía de toda moral.

Una frase para recordar:
“Sin cerebro ni corazón, (el dinero) es lo único que te queda… y lo vas a necesitar”.

Título para Latinoamérica: “ENEMIGO PÚBLICO”
Luis Guillermo Cardona
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