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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Thriller Un hombre (John Stuart), ingresa en un edificio en venta, donde acudirán una serie de individuos que andan interesados en un preciado collar de diamantes que, al parecer, se encuentra escondido en el cuarto número 17. (FILMAFFINITY)
6 de mayo de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera película que, alguna vez intentara realizar Alfred Hitchcock, llevaba por título “Number 13”, llamada así porque era la décima tercera película en la que él participaba de alguna manera. Por razones, posiblemente de tipo presupuestal, la producción no fue más allá de los dos primeros rollos, pero Hitchcock quedó con la idea en la cabeza… y no es difícil suponer que, sumada “Mary” (versión alemana de “Asesinato”), “NÚMERO 17” aluda entonces a la cifra de filmes completada como director.

En el filme que nos ocupa, dicho número aplica también al cuarto de un edificio (puesto en venta o alquiler) donde está escondido un valiosísimo collar de diamantes en el que mucha gente está interesada. Así es como allí llega un hombre, “arrastrado por el insólito destino”, que al subir las escaleras tropezará con un vagabundo que pernoctaba allí… y ambos descubrirán el supuesto cadáver de quien pareciera ser un policía. Aparecerá entonces la hija que busca a su padre… Entrará luego una pareja que se presenta como posibles compradores, y tras ellos, un nuevo observador… y así estará completo el grupo de interesados en hacerse con el collar, fingiendo una y otra cosa, suplantando personalidades y haciendo cuanta maraña se les ocurre, mientras que, el vagabundo –sin duda, el mejor personaje del filme- ve con sorpresa todo lo que pasa y consigue estar siempre donde más tiene que estar.

“NÚMERO 17”, luce bastante imperfecto para ser un filme de un director que ya tenía suficiente bagaje y que contaba en su haber con unos cuantos filmes tan relevantes como “The Lodger”, “The ring” o “Blackmail”). Da la impresión de que hubiese sido hecho con grandes limitaciones humanas y económicas o que simplemente se suma a ese punto bajo de la vida en que las cosas nos salen algo infortunadas.

Al filme se le notan las fallas en la edición; al guión de Hitchcock, su esposa y Rodney Ackland, otra vez le falta consistencia; la puesta en escena no sobrepasa la suerte de cine que hacíamos en la escuela (excepción hecha de la secuencia del tren donde el director puso bastante esmero, aunque el resultado apenas merece un seis) y de nuevo, en todo este inglorioso período (1930-1934), lo más resaltable son las actuaciones, pues de nuevo, el maestro inglés se hace con un conjunto de actores bastante profesionales y nombres como Leon M. Lion (Ben, el vagabundo), John Stuart (el detective Barton) o Anne Grey (la chica silenciosa), tenían ya un solvente historial.

Por esta razón, y sumado que la obra en que se basa la película, “Number seventeen” de J. Jefferson Farjeon, contiene algunas interesantes cartas muy bien guardadas, el filme consigue resultar bien entretenido y hasta alcanza a motivarnos unas relajantes sonrisas.

Basta no pensar en Hitchcock, no se nos pueden pasar por la mente, en afán comparativo, las obras tan brillantes y sorprendentes que haría años después en La Meca del cine… y dispuestos solo a pasar un buen rato, es seguro que, “NÚMERO 17”, nos permitirá tenerlo.
Luis Guillermo Cardona
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