Netta Syrett y Katharine Hepburn son dos nombres de mujeres dignos de recordar. La primera fue una prolífica escritora inglesa que vivió en plena época del oscurantismo victoriano, era de la hipocresía y del sojuzgamiento femenino, con el sofisma de ser un ofrecimiento de principios para vivir mejor y con señoritas “más decentes”. Netta, como otras mujeres rebeldes, se dedicó a trabajar con sus novelas por La Nueva Mujer y abogó por su derecho a la libertad y a la independencia, porque sintió que el manual “Hijas de Inglaterra”, la llamada “guía de toda señorita digna”, no sólo era un atropello contra los derechos de la mujer, sino que generaba atraso y privilegiaba a los hombres de la manera más discriminatoria.

Frases contenidas en aquel librillo que rezan: “Como mujer, tu obligación primordial es aceptar que eres inferior al hombre; tu capacidad mental es inferior, del mismo modo que es inferior tu fortaleza física”, son palabras que dan grima y que sólo corroboran la cortedad de pensamiento y de corazón de aquellos que, por sus propias limitaciones, encajan como machistas. Pero, el machismo no demuestra de manera alguna la superioridad del hombre, tan sólo es signo de su arrogancia, de su ignorancia y de su miedo.

Katharine Hepburn, la actriz que ganó cuatro Oscares y obtuvo doce nominaciones –hasta ahora por nadie superado- se sumó, desde el inicio de su carrera, a aquellas mujeres que no estaban dispuestas a sentirse sojuzgadas ni menospreciadas, y con su arte de la actuación, defendió la dignidad, los sueños de libertad, y los propósitos de superación de todas las féminas del mundo.

“UNA MUJER SE REBELA” une a estas dos excelentes mujeres junto a un director consecuente, Mark Sandrich, un buen realizador quien, por su mismo rigor en el montaje y en la forma de orientar las actuaciones, infortunadamente descuidó el ritmo y la soltura que se requerían y esto restó interés a una película que tenía un buen peso narrativo y una gran concordancia histórica.

Queda, en todo caso, una obra que además de tener algunos momentos muy entretenidos, logra recrear con fidelidad una etapa de la humanidad que, por fortuna, va siendo cosa del pasado… porque todavía queda por ahí uno que otro rezagado.