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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Drama William Walker, un agente inglés, es enviado a Queimada, isla imaginaria del Caribe, para fomentar una revuelta contra los portugueses. Sin embargo, el objetivo de esta operación no es apoyar la independencia de los nativos, sino que Inglaterra sustituya a Portugal como potencia colonialista. (FILMAFFINITY)
9 de julio de 2018
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El 10 de octubre de 1868, comenzó La Primera Guerra de Independencia de Cuba. El hacendado Carlos Manuel de Céspedes decide, por criterio propio, liberar a sus numerosos esclavos luego de incitarlos a luchar contra el colonialismo español, mediante un documento que se conocería como El Manifiesto del 10 de Octubre, en el cual planteaba luchar por la independencia total de España, abolir la esclavitud, y proteger los derechos de Todas las personas. Luego, Céspedes sería reconocido como Padre de la Patria Cubana.

Entonces, en el escenario entran los Estados Unidos de Norteamérica, quienes comienzan a invertir en la isla, en la producción de azúcar, tabaco y minería. Entra también en escena, José Martí, creador del Partido Revolucionario Cubano y no tardan en producirse nuevos y numerosos levantamientos contra el nuevo amo de la isla… y en 1898, muerto ya Martí, los revolucionarios consiguieron debilitar al máximo al gobierno español y entonces se produjo la intervención militar de los EEUU, quienes, mediante el Tratado de París, recibieron de manos de España el control absoluto de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y la isla Guam.

Lo que pasaría medio siglo después, con la entrada de Fidel y del Che en el escenario cubano, ya ustedes lo conocen, pero, lo anterior, bien pudo ser la fuente de inspiración para el guion que escribieran, Franco Solinas y Giorgio Arlorio, convertido, luego, en otro magnífico alegato contra el colonialismo por el notable director, Gillo Pontecorvo.

Para evitar la suerte de censuras que ya tuviera, “La Batalla de Argel”, Pontecorvo le dio a la isla el nombre imaginario de Queimada (término portugués para Quemada), ‘en memoria de un acto de venganza del gobierno contra los rebeldes’. Los primeros invasores pasaron a ser, entonces, los portugueses -un mercado para el cine de segundo nivel- y los segundos agresores serían los ingleses, porque siendo el protagonista, Marlon Brando, había que cuidar el inmenso mercado americano (norte, centro y sur), pues, además, el coprotagonista, Evaristo Márquez, era un colombiano analfabeto y arriero que, de repente, alcanzaba la fama… y eso para todos los latinos era motivo de verdadero orgullo.

Por fin, hemos podido acceder a la versión integral de “QUEIMADA”, película de la que, Marlon Brando, dijo: “Es la mejor actuación que alguna vez hice”, y siento que, como tratado político y anticolonialista, es de una eficacia muy marcada. Los diálogos son impecables y contundentes, y esto lleva a que, cada hecho como cada frase, sean dignos de la mayor atención. Regionalismos al margen, creo que la actuación de Brando es totalmente convincente, y la de Márquez, más que precisa, pues, de manera auténtica, contiene los rasgos de timidez, insolencia y valentía que reclamaba su singular personaje, José Dolores.

Termino con una de las muchas frases que vale la pena recordar:
“Un hombre que combate por un ideal es un héroe… y un héroe al que se mata se convierte en mártir… y un mártir se convierte inmediatamente en un mito. Un mito es más peligroso que un héroe, porque al héroe se le puede matar, pero al mito no”.

Título para Latinoamérica: ¡QUEMADA!
Luis Guillermo Cardona
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