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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Aventuras Cutter, MacChesney y Ballantine, tres sargentos del ejército británico unidos por una estrecha amistad, son enviados a una zona montañosa de la India para averiguar las causas de la extraña interrupción de las comunicaciones telegráficas. Los tres vivirán, en compañía de Gunga Din, su porteador de agua, diversas aventuras que les enfrentarán a los temibles tags, una secta de adoradores de la diosa Kali. Descubrirán, además, un templo ... [+]
6 de agosto de 2011
19 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta paradójico, pero, a veces la ignorancia ayuda a disfrutar un poco más de la vida. Cualquier persona que vea esta película sin tener idea alguna del papel que jugaron los ingleses en la historia de la India, seguro la disfrutará de lo lindo porque encontrará la habitual aventura de los buenos y los malos. Los buenos, atractivos, blanquitos y valientes. Y los malos, malencarados, morenos y aburridos. También encontrará unos simpáticos toques de comedia entre los tres amigos ingleses que comparten una buena camaradería y esa suerte de picante “matrimonio”, con ese “haré lo que sea para que no te vayas”, que hace un grato encomio de la amistad. Además, podrán apreciar algunas atractivas escenas de acción y la batalla final donde se logra una sobresaliente puesta en escena. Todo esto, bastará para sentir que se está ante un filme muy estimable y no es raro que se salga a gusto con lo que se ha podido ver.

Pero, cuando uno ya está enterado de que durante cuatro siglos los hindúes vivieron bajo el yugo de los ingleses (y otros invasores), lo que significaba para el pueblo: explotación… fuertes gravámenes… exclusión… pobreza extrema… expropiación… abusos físicos, emocionales y sexuales… fuerte represión… influjos culturales impropios… y usurpación de su tierra, resulta bien difícil mirar con simpatía a ese ejército invasor y a su simpático trío de camaradas, quienes, más que querer acabar con la famosa y peligrosa fraternidad secreta de los Thuggee (o Thag), como buenos colonizadores ansiaban encontrar el templo de oro que aún no habían expropiado.

Mucho menos, se puede mirar con buenos ojos a Gunga Din porque, además de que resulta vergonzoso que fuese sirviente voluntario de los enemigos de su pueblo, si su accionar fuese historia creo que, hasta el mismo Gandhi, de haberlo tenido a su alcance, le habría dado una merecida patada en las posaderas por retrasar la libertad de la India.

Y cuando se sabe que, ese divertido y conmovedor jugueteo de “quédate con nosotros o te retendremos como sea” -que utilizan Cutter y MacChesney con su amigo Ballantine, ansioso por casarse con la linda Emmy-, lo explotaron repetidas veces, y siempre con éxito, los guionistas Ben Hecht y Charles MacArthur en su célebre obra teatral “Primera plana” y en sus numerosas adaptaciones cinematográficas (Lewis Milestone, Howard Hawks, Billy Wilder y otros) huele a deja vu mucho de lo que vemos en “GUNGA DIN”.

Sobre que el filme está basado en un conocido poema de Rudyard Kipling, creo que lo está tanto como “Narnia” en el Nuevo Testamento. Se tomó la idea general y el resto es puro capricho de los guionistas.

¿Cómo puede una película como ésta, figurar entre lo mejor que hizo un director como George Stevens?
Luis Guillermo Cardona
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