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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Musical. Comedia Michel, un artista parisino, está siendo acosado por numerosos acreedores impacientes por recuperar su dinero. Para empeorar las cosas, cuando está abrazando a la mujer cuyo retrato está pintando, es sorprendido por su novia Béatrice. De repente, Michel se entera de que tiene el boleto ganador de la lotería holandesa. Pero cuando se va a recuperar el billete del bolsillo de su chaqueta, se encuentra con que Béatrice ha dado la chaqueta ... [+]
23 de febrero de 2019
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segunda de cuatro obras que consiguiera estrenar en Broadway, “Le Million” (1913) es una comedia en cinco actos que, Marcel Guillemaud, escribió esta vez en compañía de Georges Berr, y aunque su paso por las tablas no fue precisamente deslumbrante (sus funciones no llegaron a cien), el cine se interesó casi de inmediato en ella y fue, Thomas N. Heffron, quien, en 1914, dirigió la primera adaptación… otra vez sin deslumbrar a nadie, quizás porque la obra original se sostiene a punta de diálogos y los incesantes intertítulos pudieron fatigar al público.

Dieciséis años después, cuando el sonido ya se había incorporado al celuloide y en Hollywood se hacían casi tantos musicales como sellos postales, al director francés René Clair, le dio por hacer una nueva adaptación de esta divertidísima trama y, <<EL MILLÓN>>, se convertiría en un filme de enorme éxito por la ingeniosa manera como resolvió las falencias de la obra.

Primero, transformó (y redujo de paso) muchos de los diálogos en canciones, y a diferencia del musical, Made in USA, donde cada canción se oía de principio a fin en un solo escenario hasta que nuestros párpados empezaban a ponerse pesados, Clair optó por hacer que, solamente una parte breve se oyera en el escenario, y luego, seguía la acción con la canción de fondo, para lo cual se sirvió de un metrónomo que le permitió asegurar la continuidad melódica sin cortes ni saltos discontinuos. De otro lado, y puestas únicamente a cargo de los actores de segunda fila, las canciones resultaron bastante amenas manteniendo la trama siempre hacia adelante.

Aunque la suerte de enredos que envuelven el argumento hace de ésta una comedia encantadora y aunque algunas escenas resultan memorables (la representación de la ópera Los Bohemios que, además, fue un estreno en esta película; el juego de rugby buscando quedarse con la chaqueta…), es innegable que, con esta película, no se tuvo otro propósito que el de hacer un fresco divertimento, pues, aunque simpáticos, sus personajes no consiguen dejar huella alguna en el corazón. Casi podría afirmar que, luego de terminar de ver <<EL MILLÓN>> no ha habido nadie interesado en recordar los nombres de René Lefèbvre, Vanda Gréville o Louis Allibert… y si acaso recuerdan a Annabella (Béatrice) es seguro porque ya la vieron en sus magníficos filmes posteriores.

El argumento gira alrededor de Michel Bouflette, un pintor de bolsillos flacos cuyos acreedores revolotean a su alrededor mientras el joven los repele como puede… pero, cuando parece que ya no tendrá escape, su compañero de cuarto y cuestionable amigo, Prosper Benevant -escultor de oficio con menos suerte que él-, llega para anunciarle que el número ganador de la lotería está entre los billetes que ellos compraron. Un gran rayo de luz parece entrar en sus vidas… pero, pronto se desvanece cuando la chaqueta donde Michel guardó su billete resulta que su novia la acaba de regalar a un hombre que apenas conoció.

Lo que sigue es harto divertido y cuando entren en escena, La Tulipe (El Tulipán) y su pandilla, y el tenor Ambrosio Sopranelli, el juego se complicará con una serie de hechos que, Clair, sacará avante con un gran sentido artístico. Se me vino a la memoria, “El Billete del Millón de Libras”, la famosa novela que Mark Twain publicara en 1893, donde ya se veía como cambia el sentir de alguna gente con respecto a nosotros, según lo vacíos o llenos que luzcan nuestros bolsillos. Por supuesto, me quedo con Twain, pero, también agradezco el alto sentido del divertimento que ha logrado René Clair con <<EL MILLÓN>>, una película apta para buscar la integración familiar.
Luis Guillermo Cardona
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