Esta es una de esas películas que debe compensar con imaginación su falta de recursos. Y no es que estemos ante un exceso de originalidad (más bien al contrario) pero Dani de la Orden sabe buscar (y encontrar) la complicidad del público a base de la naturalidad en las situaciones y los personajes. Es relativamente fácil poder identificarse con alguno de ellos o que sus peripecias sentimentales nos resulten cercanas. De la Orden divide su película en seis historias que avanzan en paralelo intercalándose narrativamente, lo cual no dificulta su seguimiento ni hace perder el interés por ninguna de ellas. Lástima, eso sí, que el desenlace de la mayoría de ellas sea más que previsible . Con las relaciones amorosas como eje principal de la trama y la comedia como motor que hace avanzar las distintas historias , “Barcelona, nit d'estiu” acaba dejando sin embargo un halo de amargura que acerca el relato a la vida real. Por tanto, lejos de los finales felices a los que nos tiene acostumbrados la comedia romántica hollywoodiense, la película de Dani de la Orden parece dejar claro que en cuestiones de amor no todo es de color de rosa. En esa veracidad y en la habilidad de plasmarla en pantalla radican las mayores virtudes de una película agradable y refrescante como la lluvia en una noche de verano.

Lo mejor: la naturalidad de las interpretaciones.

Lo peor: que sea tan previsible.