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España España · Barcelona
Voto de AMQE:
6
Drama. Romance Violette está en edad de casarse cuando en 1852 su pueblo es brutalmente privado de todos sus hombres tras la represión ordenada por Napoleón III. Las mujeres pasan meses en aislamiento total. Desesperadas por ver a sus hombres de nuevo, hacen un juramento: si un hombre viene, será para todas. La vida debe continuar en el vientre de todas y cada una de ellas. (FILMAFFINITY)
3 de junio de 2018
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede que su argumento no sea excesivamente original y que recuerde a alguna que otra película de remake reciente, pero nadie le puede negar la osadía a Marine Francen de debutar con una película enmarcada en una época inhabitual y que invierte los roles clásicos que el cine suele otorgar a cada género. Mitad folletín, mitad fresco naturalista, “La mujer que sabía leer” parte de un esquema próximo al western para derivar hacia la historia de amor imposible, en una narración que no se entretiene en formulismos ni en nada que la aparte del relato propiamente dicho. Esto le resta personalidad y la baña de una frialdad que no encaja bien en lo que se nos está contando. O dicho de otra manera, esta es una película que gustará a mucha gente pero entusiasmará a poca. Uno puede disfrutar de sus bellos paisajes naturales y la penumbra de sus interiores, instruirse en las formas de vida de hace un par de siglos y admirar la capacidad de lucha y sacrificio de un grupo de mujeres para salir adelante. No obstante, difícilmente se emocionará con el romance de su pareja protagonista, narrado de una forma tan seca y distante que no logra traspasar la pantalla. Ahí radica su principal handicap, y el que hace que la película no se eleve a cotas más altas, que esa trama que apela al deseo y a la necesidad de perpetuarse, quede mínimamente apuntada por la precaución de su directora a la hora de levantar el pie del freno. En todo caso, no sé si de forma voluntaria o de una manera inconsciente, Francen deja una jugosa y doliente paradoja, que los holligans de la guerra entre géneros pueden convertir en sus disputas en potente munición.

Lo mejor: su falta de pretensiones.

Lo peor: que le falten dosis de pasión.
AMQE
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