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Voto de Natxo Borràs:
7
Terror Un grupo de jóvenes estudiantes de cine ruedan una película en un bosque, donde descubren que la muerte ha cobrado vida. Montados en una camioneta, y sin dejar de filmar ni un minuto de lo que les ocurre, recorren las carreteras de Pensilvania con el objetivo de llegar a sus hogares, pero después de algunos intentos se dan cuenta de que para ellos ya no queda ningún hogar real. (FILMAFFINITY)
11 de febrero de 2009
14 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
George Romero no tiene ni un pelo de tonto. Su filmografía "zombi" parte de diferentes análisis del comportamiento humano ante una tragedia global y la insistencia en sobrevivir a unos patrones establecidos. El esquema es siempre el mismo. "La Noche de los Muertos Vivientes" saltaba a la vista a través de los cambios que se sucedían (Guerra Fría; Derechos Civiles, etc... Teniendo en cuenta que el protagonista era Duane Jones, de raza negra) y la disputa en cómo atrincherarse en una granja. Lo mismo sucedía con "Zombie; Dawn of the Dead" en donde el reducto de supervivencia era un inmenso centro comercial. Se apreciaban dos frentes opuestos; los vivos alimentándose de conservas y demás productos de supermercado y los zombis, en su estado de trance intentando entrar atraídos por el recuerdo de cuando estaban vivos. En "El Día de los Muertos", en un escenario desolador y rodada en la era Reagan, los supervivientes vivían en una Base Militar bajo tierra enfrentados con un ejército más acosador que las decenas de miles de no muertos que les esperaban en la superfície. Moraleja; los hombres enfrentándose a los hombres. En la menor y excesiva "Land of the Dead" ocurría algo similar pero con la lucha de clases de fondo. En estas dos últimas el abuelo de Pittsburg (lugar en donde escenifica su tan apoteósicas hordas de no-muertos) y gurú del sub-género que revolucionó dejando a un lado los origenes antillanos de tan horrendas criaturas y que hasta ese momento eran fruto de la imaginería de la Magia Negra, las humanifica como tal. Se le puede reprochar en tomar el mismo molde de guión pero como sociólogo, el sabio Romero es un genio.

En "El Diario de los Muertos" carga contra los medios de comunicación. Utiliza el punto de vista subjetivo como en su día lo hicieron Daniel Myrick y Eduardo Sánchez en "El Proyecto de la Bruja de Blair" o nuestros más cercanos Plaza y Balagueró en "REC" (presentada el mismo año en Sitges con "El Diario de los Muertos"). Es decir: exponer lo que se muestra con un sentido del morbo que la cámara pasa a ser el ojo humano por no decir la propia alma de quién lo filma. Una razón evidente de que el film puede perder interés. Ese grupo de estudiantes que rueda una peliculíta de horror dejan la ficción recreada para enfrentarse a la más cruel realidad; el desmembramiento del mundo. Por primera vez George A. Romero expone los primeros indicios de plaga (el reportaje televisivo del principio con los cadáveres de una família camino de la ambulancia) como modo indirecto de también lanzarnos al aire problemas que nos pueden afectar de lleno como seres humanos como, por ejemplo, la violencia de género. "El Diario de los Muertos" puede rebajarse como un trabajo presuntuoso pero Romero, como dios creador de un mundo anárquicamente invertido al nuestro y maestro intelectual de estos derechos, nos ha ofrecido su lado más personal.

Lo Mejor: su crítica del comportamiento social
Lo Peor: que puede decepcionar a algunos fans
Natxo Borràs
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