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Voto de Natxo Borràs:
6
Thriller Lucien Bellon viaja a Los Ángeles para pasar allí dos o tres días. Cuando llega al hotel, encuentra una maleta a su nombre que contiene mucho dinero y una pistola. Suena el teléfono: una voz le dicta un nombre y una dirección. En esa dirección asesina a Victor Kovacs. De regreso al hotel para recoger sus pertenencias y volver a París, el botones le dice que su secretario ya se ha llevado su equipaje y su pasaporte al aeropuerto. Pero ... [+]
8 de abril de 2010
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jacques Deray, director de “La Piscina” (no confundir con el título de François Ozon del 2003) demostró que el “polar” (cine negro galo que ha llevado el sello de grandes como Jean Pierre Melville o José Giovanni) podía ser exportable sin quebrantar las reglas narrativas sujetas al género. “Funeral en Los Ángeles” (cuyo título original en francés es “Un Homme Est Mort”) recoge los frutos para partir al otro lado del Atlántico y pasar de lluviosas calles de París a los polvorientos y soleados suburbios de una ciudad tan explosiva y violenta como es Los Ángeles.

El anti-héroe de la función es Lucien Ballard (Jean-Louis Trintignant) que, como es habitual en los pérfiles de renegados asesinos a sueldo, apenas conocemos aspectos de su vida anterior. Aparentemente se presenta en el Hotel Beverly Hilton de la ciudad californiana como serio hombre de negocios, pero al recibir una maleta en la recepción con dinero y una pistola, el camino que va a tomar es evidente. Su misión es ejecutar a Victor Kovacs (Ted de Corsia) cabecilla del hampa, cuyo hijo Alex (Umberto Orsini) que es amante de su madrastra Jackie (Angie Dickinson) quiere precederle a toda costa. Cuando Lucien cumple si misión y regresa al hotel se verá acorralado por Lenny (Roy Scheider) otro asesino de su condición contratado por Alex, con la intención de limpiar de una vez por todas un juego sucio maniqueado por el ansia de dinero y poder. A su vez, a Lucien le pesarán los cargos de los aseinatos que se van produciendo en su huida de las zarpas de Lenny y, ayudado por Antoine (Michel Constantin) su jefe de París, buscara protección en la camarera Nancy Robson (Ann-Margret) en un imposible regreso a Francia.

Película, por desgracia, bastante olvidada por el paso del tiempo y que brilla por sus grandes momentos en lo referente a la escena del funeral, que recoge su título en español; ya sea por la secuencia en el velatorio o la huida de la policía con un coche fúnebre.
Natxo Borràs
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