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Voto de Natxo Borràs:
4
5,2
143
Intriga. Drama
Jill (Faye Dunaway) es una joven norteamericana que vive en París con su marido Philippe (Frank Langella), un genio de la informática. Cuando él le dice que va a abandonar su trabajo, a Jill no le parecen convincentes las razones que alega para justificar esta decisión. Pero, cuando desaparecen sus hijos de forma misteriosa, y descubre que han sido raptados, entonces se entera de que su marido trabaja para una poderosa y secreta organización. (FILMAFFINITY) [+]
25 de septiembre de 2014
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El prestigioso director francés René Clement (¿Arde París? A Pleno Sol) rodó ésta irregular mezcla de thriller y melodrama que sinó pasa por telefilm es que se anticipó a su tiempo y que, a excepción de sus principales protagonistas norteamericanos (Frank Langella y Faye Dunaway) el resto del elenco es europeo.
Un matrimonio de Estados Unidos establecido en París vive apaciblemente y como puede sin que ella tenga la más mínima sospecha que su marido ha estado trabajando para una misteriosa organización que se dedica al espionaje empresarial y que lo extorsiona hasta tal punto que ve amenazada la integridad de su familia, es decir, de sus dos hijos pequeños, siempre corriendo y, casi, revoloteando con hula-hoops en el parque como previa amenaza de acabar engullidos en las calles de París.
Esa situación de chantaje es sin embargo la excusa pretexta para sacar a luz la inestabilidad de un matrimonio (de aquí a que el film derive más en melodrama que en cinta de suspense), resquebrajado por los acontecimientos que van creciendo de forma pausada para no darle más emoción y cambiar drásticamente de género. Se echa de menos una buena dirección por lo cual la película naufraga en unas pasivas conclusiones.
Un matrimonio de Estados Unidos establecido en París vive apaciblemente y como puede sin que ella tenga la más mínima sospecha que su marido ha estado trabajando para una misteriosa organización que se dedica al espionaje empresarial y que lo extorsiona hasta tal punto que ve amenazada la integridad de su familia, es decir, de sus dos hijos pequeños, siempre corriendo y, casi, revoloteando con hula-hoops en el parque como previa amenaza de acabar engullidos en las calles de París.
Esa situación de chantaje es sin embargo la excusa pretexta para sacar a luz la inestabilidad de un matrimonio (de aquí a que el film derive más en melodrama que en cinta de suspense), resquebrajado por los acontecimientos que van creciendo de forma pausada para no darle más emoción y cambiar drásticamente de género. Se echa de menos una buena dirección por lo cual la película naufraga en unas pasivas conclusiones.