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España España · Madrid
Voto de keizz:
8
Bélico. Drama Año 1940, en plena 2ª Guerra Mundial. En las playas de Dunkerque, cientos de miles de soldados de las tropas británicas y francesas se encuentran rodeados por el avance del ejército alemán, que ha invadido Francia. Atrapados en la playa, con el mar cortándoles el paso, las tropas se enfrentan a una situación angustiosa que empeora a medida que el enemigo se acerca. (FILMAFFINITY)
28 de septiembre de 2017
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Nolan es un director reconocible, más allá de que te gusten o no sus películas, su estilo es peculiar. Eso es un punto a favor, para mí. Su sello de identidad es su espectacular destreza para las composiciones visuales y su querencia hacia las estructuras narrativas complejas. La grandeza de Nolan es el modo en que cuenta las cosas, mucho más importante que la historia que nos relata.

Ese gusto de Nolan por las narraciones rebuscadas hace que el espectador a menudo se pierda intentando conectar, tratando de situarse en el camino correcto del relato, y no pueda disfrutar como debería de las excelencias cinematográficas de Nolan y la exquisitez visual de sus propuestas.

En “Dunkerque”, Nolan se enfrenta por primera vez a una historia real, por lo que la narración tiene unos límites que no puede sobrepasar. Y sin embargo, es capaz de contar la historia sin renunciar a su estilo. Hay tres historias en paralelo: lo que pasa en el espigón (que dura una semana), lo que pasa en el barco (que dura un día) y lo que pasa en el avión (que dura una hora). Tres historias contadas en paralelo al más puro estilo Nolan y que convergen en la historia del avión haciendo que todo encaje a la perfección, pero que no libra al espectador de dificultad para seguir ese complejo entramado de secuencias que tan pronto corresponden a una subtrama como a otra.

La película nos atrapa desde el principio. Empiezas a verla, y a los dos minutos ya estás huyendo de las balas de los alemanes, ya estás dentro de ella. Y no sales hasta que no acaba. Vives ese tiempo literalmente dentro de la pantalla, compartiendo con los personajes ese afán por sobrevivir como sea. Apenas hay diálogos, no son necesarios. La brillantez con la que Nolan logra sacar la máxima expresividad a sus personajes hace que las miradas sean más elocuentes que las palabras. Es un espectáculo audiovisual (atencíon a la música de Hans Zimmer, una maravilla) en el que te sumerges que te hace vivir la película de verdad. Es imprescindible ver esta película en una sala de cine. En la pantalla de televisión se perderá toda su esencia.

Nolan no nos da respiro. Algunos dirán que la historia no queda clara, pero ¿a quién le importa la historia cuando están cayendo bombas a tu alrededor? Esta película no la ves, la vives. Y al vivirla, no importa que no entiendas lo que pasa. Solo quieres salvarte, sobrevivir. Así se siente el chico que representa el personaje principal de la película y así te sientes tú si has entrado en la pantalla. Esta no es una película de guerra, es la guerra desde dentro. No sabes de donde te llegan los disparos, si aquel que ves a lo lejos es un enemigo o uno de tu bando, solo importa sobrevivir, poder volver a casa.

Los actores están muy bien. No sorprende el buen trabajo de los actores consagrados como Kenneth Branagh, Tom Hardy, Mark Rylance o Cillian Murphy, lo que es admirable es el nivel interpretativo que alcanzan los jóvenes Fionn Whitehead o Damien Bonnard, quienes hacen que sus personajes rezumen credibilidad, a pesar de que el espectador no sabe realmente quienes son. Poco importa.

Para mí es un peliculón, a pesar de que sé que mucha gente estará en contra de esta opinión. Para ellos el cine es otra cosa, una película de guerra tiene que tener buenos y malos, muchas escenas de batallas, y una gran victoria final, a ser posible con moraleja. Para ellos eso es el cine. Pero para mí el cine es esto. Pasar un rato dentro de la pantalla, sentir cosas, y que mis ojos y mis oídos se den un festín audiovisual tan sorprendente como reconfortante.

No es perfecta, por supuesto. Defectos hay unos cuantos: no hay un retrato de los personajes, por lo que nos cuesta empatizar con ellos, hay un toque de patriotismo con el discurso de Churchill que me sobra, la trama es floja porque no cuenta nada que no sepamos, y tiene ciertos toques de “nolanismo” innecesario. Incluso la música de Zimmer, que es absolutamente maravillosa, quizá no está bien tratada. La música en el cine se suele usar para subrayar escenas o ayudar a narrar cosas, y en este caso hay algunas escenas en las que la música no cuadra mucho porque está muy por encima de lo que cuenta. Pero, con todos sus defectos, a mí me ha gustado mucho.

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keizz
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