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España España · Madrid
Voto de keizz:
8
Drama Tras un divorcio difícil, Lucas, un hombre de cuarenta años, ha encontrado una nueva novia, un nuevo trabajo y trata de reconstruir su relación con Marcus, su hijo adolescente. Pero algo empieza a ir mal: un detalle cualquiera, un comentario inocente y una mentira insignificante que se extiende como un virus invisible sembrando el estupor y la desconfianza en una pequeña población. (FILMAFFINITY)
12 de marzo de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lucas vive en un pueblo danés. Se divorcia y trata de estrechar su relación con su hijo. Consigue un trabajo en la guardería del pueblo y está tratando de encauzar su nueva vida. Todo parece empezar a funcionar pero un día todo cambia. Una de las niñas lanza una mentira caprichosa, que se propaga poco a poco por todo el pueblo y que convierte a Lucas en culpable, a los ojos de sus vecinos, de uno de los más repugnantes actos que se pueden cometer.

Lo primero que hay que decir es que esta película no tiene nada que ver con “Celebración” ni mucho menos con el movimiento dogma, totalmente extinguido creo (afortunadamente, para mi gusto). Lo segundo, que me ha parecido una gran película, no me ha defraudado ni un ápice, y me ha reafirmado en la idea de que Vinterberg, cuando se pone detrás de una cámara, es capaz de hacer maravillas.

Desde el principio el argumento está claro. La película no es tramposa ni juega al suspense de si será verdad o mentira lo que dice la niña. En todo momento sabemos que la niña miente, y que Lucas es acusado equivocadamente, que es injustamente tratado por sus vecinos y amigos. Esto hace que pierda un poco el interés que podría haber tenido si no tuvieramos claro si la acusación es falsa o no, pero por otra parte, el hecho de que tengamos la certeza desde el principio de la injusticia de la acusación nos hace posicionarnos y empatizar completamente con Lucas y su desesperada lucha por recuperar su dignidad y por demostrar su inocencia ante la caza de brujas que se produce contra él en el pueblo.

Para ello, no es solo apreciable el fantástico trabajo de dirección, sino también imprescindible la loable interpretación del protagonista de la película, Mads Mikkelsen, que está sensacional. Si en “Un asunto real” dije que el trabajo de MIkkelsen era pobre y que sus compañeros de reparto mostraron un nivel superior, en esta película he de decir que lo borda y que hace un trabajo inolvidable.

A pesar de que no haya suspense sobre la culpabilidad del acusado, la película tiene una gran tensión, y mantiene al espectador atrapado completamente hasta el final, logrando transmitir emociones continuamente. Viendo la película sientes rabia, ira, ternura, impotencia, frustración… sentimientos entremezclados que te mantienen en vilo continuamente y que hace que vivas la historia, que la vivas de verdad, como pasa con las buenas películas.

Y si resalto el trabajo de Mikkelsen, he de decir que también es sorprendente la actuación de la niña. Me parece increíble que una niña tan pequeña pueda hacer una interpretación tan sutil, tan conmovedora. Está impecable y me parece un acierto definitivo.

La brillante actuación de la niña (Annika Wedderkopp se llama la criatura) consigue que, pese a que todos sabemos que el profesor es inocente, también seamos capaces de comprender las razones de odio de todo el pueblo contra él. No es de aquellas películas en las que muchos malos quieren hacer daño a uno bueno. No, aquí entendemos también a los “malos”. ¿Quien no sería capaz de creer a la niña, de la forma en que lo cuenta y con la cara que pone? Imposible. Comprendemos perfectamente a las dos partes, y eso es una de las cosas grandes que tiene esta película. Toma distancia y nos permite ver las cosas desde el punto de vista de todos, aunque, obviamente, es indudable que terminamos tomando partido por el injustamente acusado profesor, pero no llegamos a sentir verdaderamente cosas malas contra los que le acusan, porque los comprendemos. Incluso a la niña, la causante de todo el desaguisado, tampoco la culpamos con severidad. Hace una chiquillada, por despecho. No calcula las consecuencias. Es muy pequeña para eso, y demasiado angelical como para querer hacer daño.

El infierno en que se convierte la vida de Lucas nos desazona. Yo no se si lo soportaría. El lo soporta en un ejercicio de estoicismo y dignidad conmovedor. Vinterberg narra con precisión, con el tempo exacto, y vemos paulatinamente el efecto que va ocasionando en Lucas la hostilidad de sus amigos de toda la vida, del pueblo en que se crió, las dudas que termina despertando incluso en su novia, y el efecto que va produciendo en él, que pese a todo no se rinde. El mal rollo se va apoderando de nosotros y lo pasamos realmente mal, que en términos de espectador de cine, es pasarlo bien. Al cine vamos a sentir cosas, y a fe que en esta película sentimos.

Como detalles negativos (pequeños, eso sí) que evitan que la película sea perfecta, veo que la relación del padre con el hijo está un poco forzada y yo creo que por ahí falla un poco. Y además, el final lo encuentro gratuitamente desconcertante. ¿Se trata de dejar claro que la duda siempre estará ahí? Yo creo que no valía la pena. En cualquier caso, estamos ante un peliculón.

http://keizzine.wordpress.com/
keizz
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