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España España · Madrid
Voto de keizz:
7
Thriller. Drama Susan Morrow (Amy Adams) es una galerista afincada en Los Ángeles que comparte una vida llena de lujos, aunque vacía, con Hutton Morrow (Armie Hammer), su segundo marido. Un día Susan recibe una novela escrita por su exmarido Edward Sheffield (Jake Gyllenhaal), del que lleva años sin tener noticias. En una nota le pide que lea la novela inédita y que se ponga en contacto con él, pues se quedará unos días en la ciudad. Es de noche. ... [+]
12 de enero de 2017
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Susan (Amy Adams) es una galerista que un día recibe por correo la primera novela de su ex pareja, Edward (Jake Gyllenhaal), que se la envía antes de publicarla para que la valore. Al leerla, Susan empieza a recordar su pasado, y a cuestionarse si su vida perfecta con su actual pareja perfecta, son tan perfectos como pensaba.

Tom Ford dirige esta película con un tono perturbador a lo David Lynch y nos va mostrando, con un estilo narrativo bastante original, dos historias en paralelo: la de la novela que lee Susan, violenta y desgarrada, y la de la propia Susan, enclaustrada en una casa espectacular con un marido guapo y triunfador pero absolutamente infeliz y vacía pese a lograr lo que siempre pensó que debía lograr.

En realidad, son tres historias las que conviven en la película, la del pasado de Susan con Edward, la del presente de Susan, y la de al propia novela. Las tres historias son muy diferentes pero terminan teniendo mucho en común. Sobre todo una cosa: las tres terminan siendo dolorosas. El dolor está presente en toda la película. El dolor de los personajes que, tal vez por el estilo narrativo de Ford, no se si llega a ser totalmente transmitido a los espectadores.

El inicio es espectacular (unas mujeres gordas y prácticamente desnudas bailando a cámara lenta en un escenario con tapices rojos), no se si con intención de criticar la importancia que le damos a la imagen en la sociedad actual, o para mostrarnos que los demás no siempre nos ven del modo en que creemos. En cualquier caso, lo que es seguro es una declaración de intenciones en cuanto a la sofisticación formal que Tom Ford nos va a brindar en el resto del metraje.

Y es que a “Animales nocturnos” se le podrán cuestionar cosas, pero ninguna relativa a la factura visual. La fotografía, los encuadres y la elección de los planos es sobresaliente. Pero en lo formal se acaba todo lo obvio del film. El resto es opinable y las cosas se van desarrollando poco a poco, y a medida que transcurren las historias van surgiendo más preguntas a los espectadores que respuestas da la película. Todo ello hace que uno salga del cine dándole vueltas a lo que ha visto.

Las relaciones humanas y el dolor que producen, la creación artística y las múltiples formas de interpretar el arte, la influencia perenne que tienen nuestros padres sobre nosotros (por mucho que huyamos, no podemos evitar terminar pareciéndonos a ellos), la inevitable sensación de vacío que produce el vivir con gran lujo, el desamor como máximo temor, y sobre todo ese sentimiento tan enraizado en el ser humano herido: el deseo de venganza. De todo eso y de muchas más cosas trata la película, y quizá son demasiadas cosas como para que todo ello quede bien cosido.

No se si me pilló en mal momento, pero aunque percibí todas sus virtudes, me quedé un tanto distante de la película. Tuve la sensación de que había muchas cosas buenas por separado pero que faltaba un engranaje adecuado, algo que me enganchara más a la historia. Una historia que lo tenía todo a favor para que me implicara, y sin embargo esto no sucedió. Y desde luego no es por fallo de los actores, que están excelentes.

Efectivamente, Amy Adams vuelve a estar de lujo, como de costumbre. Y Jake Gyllenhaal vuelve a estar magnífico, como es habitual. Si a estos dos colosos les añadimos la presencia siempre agradecida de Michael Shannon (tengo debilidad por este actor), no hay un ápice que oponer a la parcela interpretativa.

Tom Ford apuesta por el contraste para captar la atención del espectador. Miras a un lado y ves a la soberbia y hermosa Amy Adams en su lujosa casa, con la vida que eligió llevar, junto a la persona que eligió estar. Es la vida real, todo sofisticación y falsa felicidad, con una absoluta carencia de pasión. Miras al otro lado y está todo lo contrario, el mundo ficticio de la novela, con el paisaje de la América profunda, polvo, serpientes, violencia y bajos instintos. Y en ese contraste brilla la venganza como arma contra el dolor.

La película se sigue con interés hasta el final pero, como dije antes, en mi caso no llegó a tocarme el alma. Creo que abarca demasiadas cosas y eché de menos un mayor desarrollo del personaje de Edward. Por otra parte, la sensación de vacío de Susan debería haberse entendido (y de hecho se entendía) sin la escena del teléfono en el ascensor, totalmente innecesaria.

Pese a esas cosas, recomiendo la película. Tiene tantas aristas que creo que puede gustar a todo tipo de público, independientemente de que te llegue más o menos adentro. Está muy bien hecha, la atmósfera que logra Tom Ford es excelente, las interpretaciones magníficas, y el tema (y el modo en que se cuenta) garantiza una buena conversación después, en la postpelícula.

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keizz
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