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España España · Madrid
Voto de keizz:
6
Drama España. Verano de 1936. El célebre escritor Miguel de Unamuno decide apoyar públicamente la sublevación militar que promete traer orden a la convulsa situación del país. Inmediatamente es destituido por el gobierno republicano como rector de la Universidad de Salamanca. Mientras, el general Franco consigue sumar sus tropas al frente sublevado e inicia una exitosa campaña con la secreta esperanza de hacerse con el mando único de la ... [+]
17 de octubre de 2019
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Drama histórico en el que Alejandro Amenábar nos traslada a la ciudad de Salamanca durante los primeros días de la Guerra Civil. En la película, Amenábar nos muestra por un lado las intrigas entre Millán-Astray (Eduard Fernández) y Franco (Santi Prego) por hacerse con el poder del bando nacional, y por otro la figura de Miguel de Unamuno y el modo en que su relación con sus amigos, sus hijas, y hasta su nieto, en el marco del incipiente poder fascista en España va haciendo que paulatinamente cambie de opinión sobre el Movimiento.

Siempre que se hace una película de este tipo, se sabe que la mayoría de espectadores van a enjuiciarla más desde un punto de vista político que cinematográfico. Supongo que es inevitable, pero yo me aparto, o lo intento, y solo me interesa lo estrictamente cinematográfico. No me interesa si cuenta lo que pasó, como pasó, o lo hace de un modo tendencioso, o arrima el ascua a su sardina. Para mí es una película, nada más. Que habla de la guerra civil española como podría hablar de la batalla del Peloponeso. Me parece mucho más interesante el tema de Unamuno, sus contradicciones, su posición ante las cosas, su lado humano, el modo en que conjuga sabiduría y bonhomía. Y tampoco sé si su retrato se ajusta a la realidad, pero el personaje me interesa.

No es una película bélica. Aunque está ambientada en la época de la Guerra Civil, no se ven batallas, apenas se escuchan algunos tiros por ahí, pero no se ve a nadie dispararle a nadie. El conflicto apenas ha empezado, aún no hay una idea clara de las cosas, en el bando nacional no tienen claro si nombrar un sustituto del General Sanjurjo, que era el líder inicial del Movimiento pero ha muerto en accidente aéreo, o nombrar una junta de generales y que ellos tomen el mando de un modo consensuado.

Y mientras se cuece todo eso, en Salamanca Unamuno discute diariamente sobre el conflicto con sus amigos Atilano (Luis Zahira), un cura masón, y Salvador (Carlos Serrano-Clark), un antiguo alumno de Unamuno, abiertamente republicano. Asimismo, don Miguel tiene desencuentros con sus hijas (especialmente con una de ellas) por su posición ante la guerra. Los terribles hechos hacen que Unamuno vaya cambiando de opinión, y junto a este cambio de opinión vamos viendo a un Unamuno cada vez más humano, más comprensivo y menos radical.

Amenábar nos muestra un Unamuno muy deteriorado, apenas unos meses antes de su muerte. Un señor entrañable, enormemente culto, educado, pero también tozudo, vanidoso, rozando la misantropía, minusvalorando a casi todos (incluso al propio Franco, la primera vez que lo se lo presentan, le parece un don nadie), pero también un melancólico, que sueña con su mujer continuamente, y es feliz haciendo figuritas de papel para su nieto mientras se le escapa la vida.

Definitivamente, la trama política es mucho más floja que la que retrata a Unamuno. Más allá de que haya más o menos rigor histórico en lo que cuenta, la parte política del film no cala ni para bien ni para mal. Falta profundidad en la historia, y llaman mucho más la atención los personajes que la conforman que la historia en sí.

Lo mejor, de largo, son las interpretaciones y las caracterizaciones. En este último apartado, la labor ha sido extraordinaria. Y en cuanto a los actores, los tres principales protagonistas están perfectos. Destaca notablemente Karra Elejalde, es muy evidente su magnífico trabajo, en un papel que a priori no parecía muy adecuado para sus características y que sin embargo resuelve con mucha dignidad. Junto a él, Eduard Fernández recrea con solvencia el personaje inquietante de Millán-Astray regalándonos un par de escenas para el recuerdo, y Santi Prego es la revelación de la película con su interpretación cuidada y sutil de Franco.

Obviamente, la parte mollar de la película no podía ser otra que el célebre discurso de Unamuno en la Universidad de Salamanca delante de los grandes jerifaltes del bando nacional. Es la parte que todos esperábamos, y me dejó un tanto frío. Me esperaba algo más de épica, no habría estado de más que Amenábar se hubiera tomado alguna licencia de guión (como sí hace en otras fases del film) para añadirle pimienta a la escena.

Mi resumen es que es una buena película, que aporta una mirada original a la guerra, pues se ve desde el punto de vista de Unamuno que era un hombre contradictorio (un republicano católico y de derechas), narrada con un ritmo adecuado, pero a la que, para mí, le falta fuerza. No es una película que emocione, no es una obra que te llegue dentro. Te cuestra encontrarle defectos porque está muy bien hecha, pero no es una obra que te deje marca, ni mucho menos.

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keizz
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