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España España · Madrid
Voto de keizz:
6
Drama Enrico Oliveri, secretario del principal partido de la oposición, pierde apoyos y entra en crisis. Tras ser duramente criticado en un mitin, abandona sus compromisos y responsabilidades y se refugia en Francia, en casa de una amiga. Su ayudante, intenta salir del apuro sustituyéndolo por su hermano gemelo, un enfermo bipolar recién salido del psiquiátrico. El experimento resulta ser un acierto porque el electorado recupera la confianza ... [+]
28 de mayo de 2014
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
El líder del principal partido de la oposición en Italia, Enrico Oliveri, está en horas bajas. Duramente criticado desde fuera y también desde dentro de su partido, se siente apabullado y un día decide desaparecer así sin más, dejando una lacónica nota. Nadie sabe dónde está, ni siquiera su mujer. Ella le sugiere al hombre de confianza de Enrico, que recurra a su hermano gemelo, Giovanni Ernani, un filósofo genial pero recién salido del manicomio. Éste acepta encantado y así reaparece el nuevo Enrico Oliveri, hablando de un modo más poético, lúcido y sorprendente. A la gente le gusta este nuevo proceder del líder de la oposición y las estadísticas electorales dan un vuelco.

Roberto Ando dirige esta irregular película que navega entre la crítica social y política a través del personaje gastado y decadente del líder Enrico Oliveri, y la comedia que aparece cuando entra en acción el personaje de Giovanni Ernani. Ambos personajes interpretados por Toni Servillo, ese actor que nos deslumbró a todos en “La gran belleza”, y que aquí demuestra una vez más su gran talento interpretativo componiendo maravillosamente bien ambos personajes.

Quien, como yo, acuda a ver la película al reclamo de la presencia en ella de Toni Servillo, no saldrá defraudado. Verle actuar por partida doble es todo un lujo para el buen aficionado al cine. También el resto del reparto cumple con creces con su trabajo, especialmente Valerio Mastandrea, que interpreta el papel de Andrea Bottini, el asistente del político, que está absolutamente convincente en su interpretación.

Creo que “Viva la libertà” es una película irregular, con un gran planteamiento y un pobre desarrollo, a pesar del alto nivel interpretativo de los actores. Es divertida, pero en el tema que trata la película, el humor debe ser sutil y siempre ligero. Si caricaturizas demasiado a los personajes y a las situaciones, pierde la credibilidad y todo se viene abajo. Esto sucede en esta película, se supera la línea y deja de tener gracia, y sobre todo deja de ser creíble el entusiasmo que el político impostor genera entre la gente, por caricaturizarlo excesivamente.

El mensaje que manda la película es muy obvio: resulta mucho más atractivo para los electores un político desequilibrado pero sensible a los problemas de la gente que un político preparado, de vieja escuela, anclado en las estrategias del partido, que está mucho más pendiente de lo que ocurre dentro de su partido que a lo que les sucede a los ciudadanos. Los políticos sirven a sus propios intereses, y siempre hay más cercanía entre políticos, aún entre políticos de distintos partidos, que la que hay entre éstos y el pueblo, que sólo interesa para sus intereses electorales.

En mi opinión, la película empieza muy bien, va creciendo, y en la parte final baja el nivel de un modo espectacular. Tiene un gran inicio, nos muestra muy bien cómo se siente el personaje principal y cómo es el mundillo en el que se mueve, logrando captar el interés del espectador. Esto va un poco más allá cuando aparece el personaje del hermano gemelo y sus primeras escaramuzas haciéndose pasar por el político. Para entonces el público está completamente entregado a la película esperando que el desarrollo vaya a más. Hay buenos gags, y la crítica seria convive armoniosamente con la comedia ligera. Lo único que nunca coge fuerza son las historias de amor latentes, ni el intento de nostalgia, ni el motivo de la separación de los dos hermanos, todo eso no está bien expuesto y nunca llega a calar en el espectador lo más mínimo.

En la última media hora, todo se va desmoronando. La crítica a la clase política y a la sociedad deja de ser creíble y el humor se convierte en esperpento. Los acontecimientos se van atropellando, da la sensación de que hay prisa por terminar y la película pierde completamente el pulso narrativo. En cuanto al trasfondo amoroso, lo que antes no convencía ahora directamente sobra. Si no se van a contar bien las cosas, es mejor no contarlas. Un trasfondo amoroso tiene que tener sentido y aportar algo a la película, si no va a ser así, está de más y sólo sirve para empeorar la historia.

“Viva la libertà” podría haber sido un buen drama social. También tenía muchos números para ser una gran comedia. Pero se queda entre dos aguas y deja una sensación de película desaprovechada que da bastante rabia. Había historia, había actores, había materia prima para que el resultado fuera un peliculón. Pero lamentablemente se queda en entretenida y curiosa, sin más.

No obstante, la recomiendo. Se pasa un rato agradable, hay escenas divertidas, y aunque no está tan bien hecha como debería, sí hace pensar en la mierda de clase política en cuyas manos estamos. Y encima ves actuar a Toni Servillo, que ya por sí sólo justifica el precio de la entrada.

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keizz
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