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España España · Madrid
Voto de keizz:
7
Taxi Teherán
2015 Irán
Documental, Intervenciones de: Jafar Panahi, Hana Saeidi, Nasrin Sotudé
6,6
3.929
Documental. Drama Un taxi recorre las vibrantes y coloridas calles de Teherán. Pasajeros muy diversos entran en el taxi y expresan abiertamente su opinión mientras charlan con el conductor, que no es otro que el director del film, Jafar Panahi. Su cámara, colocada en el salpicadero del vehículo, captura el espíritu de la sociedad iraní a través de este viaje. (FILMAFFINITY)
29 de octubre de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jafar Panahi, condenado por los tribunales de su país, no se resigna a no hacer cine, y mientras pelea su apelación, sigue buscando recovecos por los que seguir ejerciendo su profesión. Esta película es una nueva respuesta a ese injusto castigo. No puede hacer cine, pero nadie puede prohibirle poner una cámara en su coche y montar unas secuencias. En la película no hay actores, vestuario, fotografía, música… no hay créditos

Las circunstancias que rodean a Panahi condicionan a la hora de valorar este film. No se puede ver con los mismos ojos con que se mira una película normal. Si esta fuera una película hecha sin limitaciones, como cualquier otra, posiblemente diría que es regular tirando a floja, un tanto aburrida. Pero sería injusto medir esta cinta con la misma vara con la que mido a las demás.

Panahi hace lo que puede, que es muy poco. A base de imaginación y amor a su trabajo, logra un producto original, rebosante de ternura, sentido del humor, buenas intenciones y, como no, muchas dosis de crítica social. En ese taxi, las personas van dejando sus opiniones variopintas y nos vamos dando cuenta de cómo es la vida en Irán.

Un atracador defiende la pena de muerte, para que así los demás escarmienten. Una maestra de escuela opina totalmente lo contrario y dice que la pena de muerte no soluciona nada. Un vendedor de películas piratas intenta aprovecharse de que ha reconocido a Panahi ante sus clientes. Un hombre herido en un accidente va al hospital con su mujer, que está más preocupada por asegurarse la herencia que por la salud del marido. Dos señoras que necesitan imperiosamente devolver unos peces al lugar de donde los sacaron. Una amiga de Panahi a quien también van a prohibir ejercer su profesión de abogada en Irán. Por último, la sobrina del director, una niña que le admira y que tiene que hacer un cortometraje para el colegio, muy preocupada por seguir las normas que le ha marcado su profesora para que el corto realizado sea “distribuible”. Panahi se apoya en su sobrina para expresar ideas relativas a la ética cinematográfica.

El director nos plantea continuamente la duda entre la verosimilitud o no de lo que vemos, sin que terminemos de ver con rotundidad donde acaba lo puramente documental y donde empieza lo ficticio. Poco importa, el cine siempre es cine. En este caso, indudablemente, el cine es un arma que usa Panahi para defenderse contraatacando. Las escenas son dardos contra el poder político de su país, que le pretende amordazar.

Pero “Taxi Teherán” también termina siendo una película costumbrista, cine social. La realidad de la capital iraní se nos muestra abiertamente desde esa cámara que viaja en sobre la guantera del taxi. Vemos el caos circulatorio, vemos a la gente paseando, cruzando la calle por cualquier sitio, vemos que en los taxis ocupados la gente sube mientras haya sitio, escuchamos las opiniones de gente de diversa condición, vemos niños buscándose la vida en los cubos de basura, gente vendiendo películas piratas, o cds grabados de músicos que no se pueden comprar en las tiendas iraníes… que la gente sepa que cierta música y cierto cine solo puede tenerse en Iran de modo clandestino. Desde ese punto de vista, en el que se aprecia la realidad de Teherán a día de hoy, el film es muy interesante.

Lo mejor de todo es que Panahi, a pesar de todas las limitaciones técnicas y argumentales, consigue provocarnos emociones y hacernos ver las cosas que quiere mostrar, sin resultar pesado, ni dogmático, ni trascendente, más bien al contrario, vemos la película de un modo ligero, como un entretenimiento agradable incluso en las secuencias en las que más conscientes somos de lo indignante de algunas leyes que imperan en ese país.

No obstante, hay que admitir que como producto cinematográfico, “Taxi Teherán” es irregular. Algunas conversaciones se alargan quizá más de lo debido y poco a poco se va perdiendo ese ritmo inicial, que la primera mitad de la película sea tremendamente entretenida e interesante. No obstante, tras ese bajón en los tres cuartos de película, al final levanta el vuelo. El modo en que termina el film Panahi me parece brillante, uno de esos finales que se te quedan en la memoria para siempre.

“Taxi Teherán” es una película distinta a todas. Valiente, comprometida, necesaria, llena de esperanza en el género humano. Un género humano que se nos muestra en toda su extensión, desde lo más adorable a lo más despreciable, conviviendo en un contexto muy especial. Desde fuera es muy fácil verlo, pero habría que estar allí, viviendo en esa cultura desde que naces, y entonces veríamos dónde encajamos cada uno de nosotros.

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keizz
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