Media votos
6,5
Votos
3.242
Críticas
59
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Nekro Zombie:
3
5,8
228
Drama
El primer largometraje de Pere Portabella se adscribió al experimentalismo más arriesgado, siguiendo vagamente los principios de la llamada "escuela de Barcelona". Pretende interrelacionar el cine con la vanguardia de las demás artes, y en este sentido resulta significativa la colaboración de personajes como el poeta Brossa, el compositor Mestres Quadreny y artistas plásticos como Tàpies, Saura o Joan Ponç. El resultado es tan atractivo ... [+]
23 de enero de 2015
18 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé muy bien por qué escribo una crítica sobre esta película, por llamarla de algún modo. Soy consciente de que en los próximos quince años posiblemente sólo será visionada por, como mucho, siete personas. Supongo que es por aquello de la justicia poética. Demasiados años de cine español basura, de ése tan sumamente horroroso que ni siquiera se puede reivindicar como "caspa molona". Es alucinante que, con la gran producción cinematográfica que ha tenido este país, sea tan pequeño el número de obras maestras. Yo lo achaco, entre otros motivos, a que la gente metida en el mundo del cine español vive en Matrix. Si haciendo basura tienes a un montón de humanos que te dan palmaditas en la espalda, te sonríen, te escriben reseñas positivas, te dejan que te corras en su cara con ánimo de cerrar contratos y hasta te dan premios, supongo que es difícil darte cuenta de que eres un mediocre. O igual sí que lo sabes, pero te aterra que aparezca alguien con talento y te quite ese trabajo que tan mal se te da.
Ya lo dijo José Luís Cuerda: 'El único modo de entrar en el cine español es que alguien de dentro quiera que estés allí". No es de extrañar que Alejandro Amenábar, el que era el mejor amigo gay de su hija, pudiese hacer Tésis gracias a él. Cinta que, por cierto, aprovecho para decir que ha envejecido francamente mal.
Ya he dejado claro que todo en este país funciona igual; que la "casta" también está muy arraigada en nuestro cine. Es importante saber esto para hacernos una idea de dónde sale "Nocturno 29". Pongámonos en situación: España. Años 60. La mayoría de jóvenes españoles sueña con poder abandonar su aburrido pueblucho del Tercer Mundo y encontrar un trabajo de mierda en la ciudad o en Francia o Alemania. El país está completamente aislado, con lo cual no tienen ni puta idea de qué sucede a nivel cultural fuera de sus fronteras. Sin embargo, algunos niños de papá tienen acceso a instrumentos musicales y a discos y singles que les traen del extranjero. Otros, más de lo mismo con el cine. Y con la literatura. Y con la Pintura. Etcétera. En las dictaduras suelen ocurrir estas cosas. Los de las clases dirigentes están a la última en todo mientras los súbditos se mueren de hambre, hastío e ignorancia.
Dentro de este panorama, había dos escuelas de cine: la de Madrid y la de Barcelona. Ya os podéis imaginar qué pasaba. De pronto Miguelito, que había recibido una gran educación y hasta se sabía de memoria poemas de Baudelaire, se juntaba con otros pijos culturetas que también estaban hasta los cojones de que su barrio o urbanización o pueblo no molasen tanto como Londres o París. Pensaban: "tsk, tsk, aunque haya dictadura, ¿por qué no intentamos sortearla? ¡Tenemos muchas cosas que contar!". A los de Madrid les dio por la crítica social y por reflexionar sobre lo que sucedía, o había sucedido, en España. A los de Barcelona, muy en contacto con Francia y con los hippies o pseudo-hippies que pisaban la ciudad para pillar un barco que les llevase a Ibiza, por el rollo modernillo, artie y experimental. El pique entre las dos escuelas era épico. Con el tiempo, los de Madrid realizaron algunas de las mejores películas que se han hecho jamás en la Península. Por contra, los de Barcelona pasaron al olvido más absoluto. Y con razón.
Pues bien, "Nocturno 29" fue uno de los máximos exponentes que tuvo la escuela de Barcelona. Por ende, tiene todos sus defectos elevados al cubo.
CONTINÚA EN SPOILERS.
Ya lo dijo José Luís Cuerda: 'El único modo de entrar en el cine español es que alguien de dentro quiera que estés allí". No es de extrañar que Alejandro Amenábar, el que era el mejor amigo gay de su hija, pudiese hacer Tésis gracias a él. Cinta que, por cierto, aprovecho para decir que ha envejecido francamente mal.
Ya he dejado claro que todo en este país funciona igual; que la "casta" también está muy arraigada en nuestro cine. Es importante saber esto para hacernos una idea de dónde sale "Nocturno 29". Pongámonos en situación: España. Años 60. La mayoría de jóvenes españoles sueña con poder abandonar su aburrido pueblucho del Tercer Mundo y encontrar un trabajo de mierda en la ciudad o en Francia o Alemania. El país está completamente aislado, con lo cual no tienen ni puta idea de qué sucede a nivel cultural fuera de sus fronteras. Sin embargo, algunos niños de papá tienen acceso a instrumentos musicales y a discos y singles que les traen del extranjero. Otros, más de lo mismo con el cine. Y con la literatura. Y con la Pintura. Etcétera. En las dictaduras suelen ocurrir estas cosas. Los de las clases dirigentes están a la última en todo mientras los súbditos se mueren de hambre, hastío e ignorancia.
Dentro de este panorama, había dos escuelas de cine: la de Madrid y la de Barcelona. Ya os podéis imaginar qué pasaba. De pronto Miguelito, que había recibido una gran educación y hasta se sabía de memoria poemas de Baudelaire, se juntaba con otros pijos culturetas que también estaban hasta los cojones de que su barrio o urbanización o pueblo no molasen tanto como Londres o París. Pensaban: "tsk, tsk, aunque haya dictadura, ¿por qué no intentamos sortearla? ¡Tenemos muchas cosas que contar!". A los de Madrid les dio por la crítica social y por reflexionar sobre lo que sucedía, o había sucedido, en España. A los de Barcelona, muy en contacto con Francia y con los hippies o pseudo-hippies que pisaban la ciudad para pillar un barco que les llevase a Ibiza, por el rollo modernillo, artie y experimental. El pique entre las dos escuelas era épico. Con el tiempo, los de Madrid realizaron algunas de las mejores películas que se han hecho jamás en la Península. Por contra, los de Barcelona pasaron al olvido más absoluto. Y con razón.
Pues bien, "Nocturno 29" fue uno de los máximos exponentes que tuvo la escuela de Barcelona. Por ende, tiene todos sus defectos elevados al cubo.
CONTINÚA EN SPOILERS.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Me imagino en su día a Pere, en alguno de esos bares del Raval donde sólo se pinchaba el blanco de los Beatles, con otros hijos de la burguesía catalana, soltando: "Vamos a ver, camaradas. Tenemos más estilo que los cutres de la Meseta. Vamos a importar la Nouvelle Vague y otras corrientes que asusten a los progenitores que nos financian. ¿Por qué? Porque somos así de guachis (Nota del autor: desconozco si el término "guachi" se utilizaba en los sesenta. En cualquier caso, queda bien)". Y es que en "Nocturno 29" se puede apreciar cómo Pere intentaba imitar "El año pasado en Marienbad", al Jean Cocteau más alucinado, a Buñuel, a Godard, a Pasolini, a Truffaut, al cine pop británico y a tantos otros. ¿Resultado? El cóctel no le podía haber salido peor.
La película, de primeras, puede funcionar como un somnífero más eficaz que la melotonina. Es una sucesión de historias medio surrealistas, medio sugestivas, medio "no tengo ni puta idea de lo que estoy contando" que no va a ningún lado, aunque al final el director se esfuerce por unirlas. Los diálogos son estúpidos y horrorosos. La planificación hace aguas por todos los lados. La fotografía es tan especial que muchas veces tienes la sensación de que alguien te está apuntando con una linterna de alta potencia. Las actuaciones son inexistentes. El uso revolucionario que se le quiere dar al sonido queda ridículo. Etcétera.
Aunque lo más terrible de esta cinta es que sea una gran nada. Es decir, no tiene la menor intención artística ni dramática. Como ya expliqué en otra crítica, son incontables los catalanes que se pierden por el camino intentando que su obra ponga caldosa la entrepierna de las modernillas de su capital. Es tan burda la copia de sus referentes que "Nocturno 29" se puede ver como una parodia del cine europeo más vanguardista. De verdad, insisto, son pocas las veces en que una película, aunque sea de estas características, me deja tan congelado. Ni tan siquiera tiene el puntito desagradable y chocante del pesado de Jodorowsky o una imaginería visual lo suficientemente atractiva como para sugerirte algún tipo de sentimiento o concepto. Vale, el plano de la chica en la ducha está correcto y la escena de apertura es pasable. También pillo la crítica a la burguesía catalana (que, pese a ser comunista, era la clase social del director. Suele pasar). Pero más allá de eso...
Lo que honra a Pere Portabella es que fue productor de algunos títulos legendarios como Viridiana de Buñuel, lo cual tiene mérito. Pero en el fondo de su alma siempre soñó con ser un cineasta de los que trascienden generaciones y fronteras. Obviamente, fracasó en su intento.
A estas alturas de la crítica puede que os estéis preguntando a qué venía lo de la "justicia poética". Os lo explico. Con esto de Internet uno puede desahogarse y dar su opinión sobre lo que le dé gana. Incluso de películas olvidadas como "Nocturno 29". Seguramente ha sido una absoluta pérdida de tiempo haber escrito esto. Pero me gusta pensar que alguno de sus artífices, o alguno de los amigos de sus artífices, se han molestado en leerla. Y como también sé que en su día las lamidas de culo al director serían constantes y serias, pues no está mal que alguien, que no es de su generación y más de cuarenta años después, se lo explique un poquito.
La película, de primeras, puede funcionar como un somnífero más eficaz que la melotonina. Es una sucesión de historias medio surrealistas, medio sugestivas, medio "no tengo ni puta idea de lo que estoy contando" que no va a ningún lado, aunque al final el director se esfuerce por unirlas. Los diálogos son estúpidos y horrorosos. La planificación hace aguas por todos los lados. La fotografía es tan especial que muchas veces tienes la sensación de que alguien te está apuntando con una linterna de alta potencia. Las actuaciones son inexistentes. El uso revolucionario que se le quiere dar al sonido queda ridículo. Etcétera.
Aunque lo más terrible de esta cinta es que sea una gran nada. Es decir, no tiene la menor intención artística ni dramática. Como ya expliqué en otra crítica, son incontables los catalanes que se pierden por el camino intentando que su obra ponga caldosa la entrepierna de las modernillas de su capital. Es tan burda la copia de sus referentes que "Nocturno 29" se puede ver como una parodia del cine europeo más vanguardista. De verdad, insisto, son pocas las veces en que una película, aunque sea de estas características, me deja tan congelado. Ni tan siquiera tiene el puntito desagradable y chocante del pesado de Jodorowsky o una imaginería visual lo suficientemente atractiva como para sugerirte algún tipo de sentimiento o concepto. Vale, el plano de la chica en la ducha está correcto y la escena de apertura es pasable. También pillo la crítica a la burguesía catalana (que, pese a ser comunista, era la clase social del director. Suele pasar). Pero más allá de eso...
Lo que honra a Pere Portabella es que fue productor de algunos títulos legendarios como Viridiana de Buñuel, lo cual tiene mérito. Pero en el fondo de su alma siempre soñó con ser un cineasta de los que trascienden generaciones y fronteras. Obviamente, fracasó en su intento.
A estas alturas de la crítica puede que os estéis preguntando a qué venía lo de la "justicia poética". Os lo explico. Con esto de Internet uno puede desahogarse y dar su opinión sobre lo que le dé gana. Incluso de películas olvidadas como "Nocturno 29". Seguramente ha sido una absoluta pérdida de tiempo haber escrito esto. Pero me gusta pensar que alguno de sus artífices, o alguno de los amigos de sus artífices, se han molestado en leerla. Y como también sé que en su día las lamidas de culo al director serían constantes y serias, pues no está mal que alguien, que no es de su generación y más de cuarenta años después, se lo explique un poquito.