Con los años, este film de Taylor Hackford ha logrado el peso específico necesario para transformarse en una obra maestra del cine mundial, a contrapelo de las críticas, que minúsculas al fin, siguen aún disparando sin piedad con artillería pesada. Le achacan como demérito el lenguaje procaz y la virulencia de las imágenes. Como si la realidad no superara con creces el accionar de algunos de los personajes.
Damian Chapa es el sosias perfecto de Miklo Velka. Durante todo el metraje observamos a un Miklo en constante transformación, en búsqueda de la felicidad. A su modo, ella consistía en unirse a la pandilla para defender su zona. Más tarde comprenderá que la verdadera lucha no es el enfrentamiento en el barrio, en el cantón, entre hermanos de sangre; sino es aquella que se da en el mundo, contra el establishment donde para lograr el poder es necesario la unión de los tuyos.
Guardando las distancias, Miklo es el Tony Montana (Scarface) de Los Angeles California.
spoiler:
Miklo vive en carne propia las peripecias de un Odiseo contemporáneo, hasta el punto de perder una pierna y convertirse en el irrebatible líder de la onda.