Todo en esta película está hecho con el afán de perturbar y lo consigue. Desde su excesivo metraje hasta las escenas de sadomasoquismo, snaff y maltrato animal, pasando por la banda sonora. La composición de imágenes, planos, fotografía y banda sonora pretenden ser cine arte, pues no señor, es cine para enfermos mentales o subnormales que fardan de postureo, hecho por una especie de director psicópata que creo que se oculta en un seudónimo por las amenazas que recibe. Lejos, la película más pretenciosamente perturbadora (a la vez que aburrida y asquerosa) que he visto y veré en años. Recomiendo a quien se encuentre con esto tener cerca algún cubo o balde por si vomita (literalmente) Del argumento mejor no hablo, porque no tiene.