Primera película como realizadora de Mélanie Laurent, para ello se acerca al género que le es más familiar, el cine sentimental-psicológico francés.
La propuesta es en cierto modo más de lo mismo, historia de amor, un toque de humor, un mucho de drama, ciertas lugares comunes intelectualoides (este cine por algún motivo siempre se decanta por los libros que leen sus protagonistas, nunca por realizar guiños cinéfilos)

Curiosamente la directora, ha decidido dejar bien clara su impronta, para ello se ha rodeado de un excelente director de fotografía, y es en esta forma de narrar donde se nota la diferencia con el cine de ese estilo, imágenes preciosistas o buscando cierta calité, conforman lo mejor y lo peor de la película, a veces torpes y dignas de un primerizo, otras en cambio resultan maravillosas (véase el diálogo ante la furgoneta, visto desde el punto de vista del interior de esta), por una parte se notan mucho, demasiado, sus ganas de hacerse notar, por otra resulta diferente y bonito.

La historia está dividida en 3 actos, el mejor el primero, pues tiene como hilo conductor al personaje, con diferencia, más interesante de la película, es la parte con más humor y más romántica, con momentos bastante conseguidos.
Los siguientes dos actos se decantan más por el drama y un mucho de buscar la lágrima del espectador, llegando a límites cuasi pornográficos al respecto en su última parte.

La película no acaba de juntar bien sus partes, acaba una escena y empieza otra, pero sin que exista cohesión entre ellas, el guión es típico, los personajes también, poca innovación al respecto excepto en la forma de dirigir y en ciertos recursos fantásticos empleados, con más o menos fortuna.

Film que funciona por momentos, con escenas que merecen la pena y otras que la alargan en exceso, en definitiva resulta curiosa de ver, para amantes del género.