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Voto de pikyturiellos:
7
Aventuras. Drama La odisea de Hassan, un inmigrante marroquí que, después de trece años en España, ya no encuentra trabajo y decide volver a casa. Invierte todos sus ahorros en un tractor de segunda mano para ganarse la vida en Marruecos y decide llevárselo conduciendo hasta allí. Cuando llegó a España no tenía nada, ahora regresa con su única posesión: el Rayo. (FILMAFFINITY)
9 de marzo de 2014
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tuve la ocasión de asistir a un pase en Oviedo de El rayo con presencia de sus directores que, tras la proyección, explicaron diversos aspectos de la gestación y el rodaje de esta pequeña joya. Fue un placer.
La historia nos sitúa en una localidad andaluza en el que un trabajador marroquí compra un tractor con intención de conducirlo hasta su pueblo al otro lado del estrecho, donde pretende trabajar unas tierras que acaba de heredar. La película nos cuenta el viaje, lo que le va ocurriendo al protagonista mientras recorre pueblos y carreteras secundarias, sus problemas en la aduana, las averías mecánicas del vehículo; la ayuda de unos, el desinterés de otros, cuando van surgiendo dificultades. La curiosa manera que tiene el protagonista de abordar esas dificultades, su capacidad para relacionarse con los demás desde su -sólo aparente- limitación de recursos y habilidades, su visión de la realidad, del futuro, su convicción de que la vida es igual en todas partes (si eres trabajador y hay trabajo saldrás adelante, si falla una de las dos premisas habrá problemas), nos acercan a un Hassan Benoudra al que le tomamos cariño desde las primeras secuencias y con el que viajamos la mar de cómodos en el viejo Massey Ferguson. Benoudra, agricultor que se interpreta a sí mismo, que vive su propia historia y conduce su propio tractor hacia Marruecos mientras unos chicos le graban con una cámara (una sola cámara) y le sugieren diálogos que él interpreta como le parece, es, por supuesto, un tipo alejado de cualquier referencia cinematográfica, pero resulta tan convincente como sólo resultan serlo los más grandes intérpretes o los no actores con talento natural para comunicar sensaciones al espectador, cuando se interpretan a sí mismos. Por cierto, todos los demás personajes también se autointerpretan.
Si pueden, no dejen de ver esta curiosa película en la que la ficción, basada en la realidad, tiene aires de documental y sabor a vida.
pikyturiellos
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