Cuando he visto la nota puesta a esta serie, me ha sorprendido un poco, ya que, vale que no pasará a la historia por ser una obra maestra, porque todo hay que reconocerlo, pero sí puede pasar como entretenida y encantadora en muchos sentidos: la relación de intenso cariño entre las hermanas Halliwell hace ver la vida de otra manera.
Debo decir que si le pongo menos nota es por la clara desmejora que tuvo la serie a partir de la 4ª temporada, a raíz de la marcha de Shannen Doherty, la cual representaba un punto clave en la historia de las embrujadas, pese a que en los últimos capítulos de la 3ª temporada se le daba demasiado protagonismo a Prue. Al principio de la temporada ya dicha primeramente, el personaje de Rose McGowan estaba un poco desorientado, como diciendo: ¿qué hago yo aquí?, ya que la sombra de Prue todavía estaba presente en las dos hermanas restantes; pero lo cierto es que ha sabido meterse en el papel muy bien, no para ocupar el lugar de Shannen, porque para mí es insustituible, pero sí para seguir adelante con una serie que está bien; lo siento por algunos críticos que la han tachado de muy mala y de incomestible, pero no puedo daros la razón.
Respecto a las tramas de los capítulos, aunque algunas han llegado a ser repetitivas y liosas, son muy originales.

En conclusión, debo decir que es una buena serie aptas para toda la familia (los niños la pueden ver sin problemas ya que no sale nada escabroso ni fuera de tono), lo cual no se puede decir con todas, porque se ve cada cosa ahora en las series, sobretodo en las españolas calificadas para mayores de 7 años. Volviendo a las embrujadas, os recomiendo que la veáis y que le saquéis todo el jugo; más allá de la ciencia ficción tiene un carácter dulce y con punto humorístico.