Puedo imaginar la sonrisa de Christopher Nolan viendo esta cinta y sabiendo que su caballero oscuro sigue imbatible. No nos engañemos, la película es mala. Y no digo esto como crítico de un medio independiente mientras me ajusto mis gafapastas, ni como ‘’hater’’ consagrado de todo lo que suene a cine comercial, a quienes tantas veces he criticado en esta web. Lo digo como cinéfilo normal al que le gusta ir a pasar un buen rato al cine la tarde del sábado, lejos de toda pretensión.

La película tiene un problema narrativo importante, durante la primera hora parece que ni siquiera arranca. La presentación de los personajes se queda en el amago. El guión no consigue estructurarse, nos lleva a un lado a otro dando tumbos, al final uno no sabe si está en Metropolis o en Gotham. Snyder simplemente no consigue encajar las piezas, ni siquiera para crear una base que justifique el título de la película, el gran supuesto enfrentamiento, todo parece cogido con alfileres. La consecuencia es que todo el film te lleva a una pérdida de atención importante debido a una historia muy mal contada. Al final al espectador sólo le queda la ilusión de que llegue alguna escena Made in Hollywood, y poder ver a Batman y Superman dándose hasta en el carnet de identidad.

La fotografía es pasable por la mínima, ya que hasta sacando la artillería pesada decepciona, o al menos en lo que se podía esperar de un film así. En las actuaciones Ben Affleck lo intenta, su principal enemigo el guión, y por supuesto Christian Bale, que continúa en el podio. Jesse Eisenberg se convierte en un híbrido entre Lex Luthor y el Joker, a pesar de ello convence aunque su protagonismo sea mínimo.

El resultado general es un film por debajo de las expectativas que mejorando lo presente sigue la ruinosa estela de ‘’El hombre de Acero’’. Esperemos no sin cierto pesimismo que a la tercera vaya la vencida, película para echar la tarde y poco más.