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Voto de Francesca:
10
Intriga. Thriller Gracias a la ayuda de un educador, Gino consigue reintegrarse en la sociedad después de salir de la cárcel. Pero, a pesar de su buena voluntad y sus esfuerzos para hacer una vida normal, un inspector de policía no cree en su inocencia y le recuerda constantemente sus delitos anteriores. La continua presión del inspector y sus sospechas acaban arrastrándolo a cometer un homicidio. (FILMAFFINITY)
20 de octubre de 2013
23 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gino Strabliggi (Alain Delon), un prisionero condenado como atracador de bancos, recibe la libertad condicional tras 10 años de condena, gracias a las gestiones de Germain Cazeneuve (Jean Gabin), un educador social, frente a la junta de evaluación. Una vez fuera, a Gino le espera su querida mujer… y también la antigua banda de atracadores. Pero Gino está decidido a emprender una nueva vida. Solo un encuentro inesperado cambiará el rumbo de la dirección que había tomado.


La historia en sí ya es potente, pero lo es aún más cuando sabemos que encierra –por lo menos– dos historias más.

Ante todo, la del propio autor. Jose Giovanni, de verdadero nombre Joseph Damiani, es un escritor, guionista y director de origen corso. Durante la Segunda Guerra mundial estuvo cercano a los movimientos colaboracionistas; fue miembro, por ejemplo, del partido de extrema derecha de Jacques Doriot (el PPF) y colaboró en arrestos por cuenta de la Gestapo francesa.
Después del conflicto fue acusado de pertenencia a banda mafiosa y complicidad en asesinato.

Condenado a muerte, su pena fue conmutada por veinte años de trabajos forzados. En su libro Le trou relata su intento de evasión. El relato llamó la atención del cineasta Jean Becker quien le propuso en 1959 adaptarla al cine. Así comenzó su acercamiento al mundo de la gran pantalla. Escribió un total de 20 novelas y 33 guiones. En los últimos años de su vida, se dedicó a visitar a presos para ayudarles en su reinserción. Respecto a su pasado (once años en prisión), declaraba que había pagado su parte y que tenía derecho al olvido y al perdón…

(Ver el artículo en Le Nouvel observateur para más datos sobre su turbio pasado:
http://bibliobs.nouvelobs.com/polar/20130911.OBS6369/jose-giovanni-n-avait-pas-choisi-la-resistance-mais-bien-la-collaboration.html).

En segundo lugar, en la historia aparece el siniestro comisario Goitreau (Michel Bouquet), un policía empeñado en cazar a Gino, convencido de que recaerá en cualquier instante en el crimen. El parecido con el tenebroso Javert, de Los miserables, es inevitable. Al igual que el policía en el film, Javert perseguirá hasta el final a Jean Valjean, seguro de que su conversión en ciudadano honrado no es posible. Además, el propio autor, Victor Hugo, escribió la extensa obra como un alegato en contra de la injusticia imperante. Concretamente, y relacionado con la guillotina, a Hugo le marcaron las escenas cuerpos de ahorcados mostradas al público y vio por otro lado ejecuciones efectuadas con guillotina. De hecho, Hugo escribió el El último día de un condenado, en el que denuncia estas prácticas. El novelista francés vivió en la primera mitad del siglo XIX y la guillotina (y pena de muerte, claro) fue abolida en Francia en… 1981 (con François Miterrand, por cierto, interpretado por Michel Bouquet en la película de Guédiguian).

Entonces, volviendo Dos hombres en la ciudad, aquí también se trata de denunicar un sistema judicial (y moral) que no permite una segunda oportunidad. Un ciudadano es culpable porque así lo decide un comisario llevado por un ánimo de revancha más que de ecuanimidad. Cuando una persona te condena de antemano, el drama está servido. ¿Hasta cuándo podrá resistirse Gino frente a la embestida de Goitreau?

La contrapartida del comisario la representa Cazeneuve (Jean Gabin), educador de presos y quien, en concreto, puja al principio por la liberación de Gino tras asegurar por escrito que se hará cargo de la buena conducta del recluso. Todo parece trascurrir bien tras la vuelta a la calle del “pupilo”. Todo parece ir tan bien (su esposa la quiere, trabaja, está tranquilo y relajado), que resulta sospechoso; se huele la tragedia. Hay dos giros en este sentido en el guion; en un primer momento tras el accidente y –después– tras los reiterados encuentros con Goitreau.
El guion es sobrio. La historia transcurre con naturalidad, dando tiempo al espectador a familiarizarse con los personajes, con el discurrir de los acontecimientos. Hay algún momento de suspense (las irrupciones de los viejos amigos de la banda), el accidente… Pero la historia sigue desplegándose en un crescendo suave hasta el momento de clímax.

Frente a la violencia institucional gratuita por lo menos podemos rescatar algún aspecto positivo. Hay elementos que en 40 años han cambiado: seria imposible hoy en día que un comisario retuviera a un ciudadano sin cargo alguno; el allanamiento de morada, la entrada sin orden judicial, el arresto preventivo serían consideradas prácticas abusivas y denunciables (en principio)…

Impresionante interpretación de Jean Gabin, ya mayor, algo cansado, lo cual sirve para redondear un personaje bondadoso, resabido y escéptico a la vez (completamente desencatado al final). Frente a él un Alain Delon rabiosamente guapo, que sabe interpretar “como quien no quiere la cosa”, es decir con una autenticidad sin artificios.

Imprescindible verla y difundirla.
Francesca
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