Mira que suelo ser bastante benevolente con las comedias adolescentes yankis y que con unas cervezas de más hasta la más imbécil, véase quintas ediciones de American Pies o Los Feos también Mojan, consiguen arrancarme alguna que otra carcajada. Pues bien, este bodrio infumable es tan demencialmente absurdo y ridículo que fui incapaz de llegar al final de la cinta. El protagonista es un ser tan repelente que más que risa lo que induce es a la arcada. Coge la peor película hecha en España y revístela de los tópicos que hemos visto cien mil veces en el humor estúpido americano y apenas te acercarás a lo que es esta agonía en forma de largometraje. El único punto a favor de toda la película es que sale alguna que otra teta. Lo dicho, horrible es un adjetivo que se queda corto para definir semejante atentado contra la razón.