No dudo, viéndolo, que quien era dueño fundador de Tower Records, es un buen tipo. Pero eso no quita que Tower se encargó de romper mercados, pasó por encima de las disquerías más chicas hasta que no quedó una, antes del MP3. Que pagaban sueldos miserable amparados justamente por ser una multinacional, mientras tiraban de la cuerda en busca de más y más. Cada uno hace negocios como quiere. Pero, eso sí. No vengan a decirnos que eran tiempos mejores. Mas románticos y toda esa sarta que nos quieren vender. En vez de hacer un documental sobre música o sobre cómo se escuchaba música o cómo pensaba la gente que se compraba un disco (o se compra) lo único que se hace es lavarle la cara a éstas empresas que no dejaron nada, absolutamente nada a su paso.