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España España · bilbao
Voto de ernesto:
6
Drama Crónica sobre lo que ocurría tras las cámaras durante la emisión del popular programa de televisión An American Family (1973), considerado el primer reality televisivo. Atrajo la atención de la audiencia por tratar asuntos de carácter familiar tan delicados como el divorcio y sus consecuencias o la identidad sexual, algo que en aquella época supuso una verdadera revolución. (FILMAFFINITY)
28 de julio de 2011
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine ambientado en el mundo de la televisión no es que sea muy abundante, y tampoco demasiado afortunado. La magnífica Network en los años 70, la comercial y más que buena Al filo de la noticia en los 80, y la película de George Clooney Buenas noches y buena suerte esta última década son seguramente tres de las cintas más destacadas en ese sentido.
En los últimos años dentro de la televisión han proliferado de forma exagerada los programas de tele-realidad, que al menos en el cine español han dado lugar a alguna película olvidable. La última relacionada con el tema se llama Amigos que todavía no he visto.
La película, hecha para televisión, Cinema verite, lo que cuenta es la historia del primer reality-show emitido en la historia de la televisión en Estados Unidos a primeros de los años 70. De nombre An American Family seguía, cámara en mano, las andanzas de una modélica familia americana de la que se grabaron más de trescientas horas que se resumieron en doce episodios, algunos de los cuales fueron auténticos fenómenos de audiencia.
Los Loud eran una familia californiana de clase media-alta, que tenía cinco hijos, en la que el padre trabajaba mucho, la madre cuidaba de la familia y los hijos intentaban escapar, a su manera, del entorno de familia tradicional en el que vivían.
Cuando se les hizo la propuesta de ser los protagonistas de un programa de televisión aceptaron el reto pensando que eso sería beneficioso para ellos. Desde luego poco podían imaginar que sería delante de las cámaras donde sus vidas darían un vuelco, con sus consiguientes consecuencias, debido a la exposición publica de sus inesperadas miserias.
La película ha sido dirigida por la pareja formada por Robert Pulcini y Shari Springer Bergman, que triunfaron con su ópera prima la muy independiente e inteligente American Splendor y que en sus dos siguientes trabajos han pasado completamente desapercibidos. Con esta película vuelven a dejar pasar la ocasión de recuperar el prestigio de su primera película, y se limitan a contar la historia de la forma más correcta pero convencional posible.
La historia tenía muchas posibilidades, desde el aspecto puramente televisivo y todo lo que este programa supuso en aquella época, hasta los problemas familiares con la homosexualidad declarada de uno de los hijos y la ruptura de la propia pareja protagonista. Pero sobre todo ello se pasa sin escarbar por debajo de la lujosa pero superficial cara que muestra la película. Perfectamente ambientada e correctamente interpretada, sobre todo por Diane Lane, es un poco decepcionante decir que estas sean las mayores virtudes de una historia que pedía menos corrección y más mala leche.
En cualquier caso, y viendo al punto al que ha llegado la televisión actual, sería difícil que nada de lo que nos pudieran contar sobre aquel evento nos fuera a provocar la más mínima sorpresa, lo que no quita para decir que los directores han tirado por el camino más fácil.
ernesto
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