La última vez que vi París es una aceptable película romántica que empieza como una comedia y termina decantándose por el lado del melodrama.
No es una película que se encuentre entre lo mejor que hayan hecho ni su director ni sus interpretes, pero aun así se sigue con bastante simpatía sobre todo en una primera parte de comedia romántica en la que brilla con luz propia la belleza de una juvenil y juguetona Elizabeth Taylor.
En la segunda parte la historia de amor se vuelve más difícil y por momentos dramática sin resultar por ello especialmente emocionante. No ayuda demasiado el discreto esfuerzo del actor Van Johnson por resultar convincente.
Junto a los protagonistas la solvencia del estupendo Walter Pigdeon, en un encantador papel, y de Donna Reed, mucho más distante que en De aquí a la eternidad, el gran trabajo de su carrera.