Playlist es una película que, aunque no cuenta nada nuevo y cumple con los clichés típicos del género indie, consigue sorprender y conectar con el espectador. La historia es sencilla pero efectiva, y la ejecución es impecable. La película es un viaje nostálgico a través de la música y la amistad, que nos hace recordar los buenos tiempos y nos invita a reflexionar sobre lo que realmente importa en la vida.

La película nos presenta a un grupo de amigos que se reúnen para hacer una lista de canciones que les recuerdan momentos importantes de sus vidas. A partir de ahí, la película se convierte en un viaje emocional que nos lleva por los altibajos de la vida y de las relaciones humanas. Cada personaje está bien construido y tiene su propia historia, que se entrelaza con las demás de forma natural y orgánica. La película no juzga a sus personajes, sino que los muestra tal y como son, con sus virtudes y defectos, lo que hace que resulten creíbles y cercanos.

Pero lo que realmente hace especial a Playlist es su capacidad para hacernos sentir nostalgia por una época que quizás no hemos vivido. La música es el hilo conductor de la película y nos lleva de la mano a través de los momentos más emotivos de la historia. La selección musical es excelente y consigue transportarnos a una época en la que la música tenía un papel importante en la vida de las personas.

Aunque la película cumple con los clichés típicos del género indie, eso no tiene por qué ser malo. Al contrario, la película nos hace recordar otros largometrajes similares que nos emocionaron en su momento, como Ghost World o Frances Ha.

Playlist se convierte así en una película que, aunque no aporta nada nuevo al género, consigue emocionarnos y hacernos reflexionar sobre la vida y la amistad. Una película que, sin duda, quedará en nuestra lista de reproducción personal y nos invitará a volver a verla en el futuro.