Hiere la inteligencia, escenas como las de la madrastra, que aparece en el aula interrumpiendo la clase y actuando como si estuviera enfadada con la chica, sólo para decirle que el tío que dormía en el sótano se ha puesto bien. Pero tanto cuesta, por dios, esperar a que termine la clase para decírselo, en vez de armar semejante pitoste?

La ñoñada del muñeco de nieve en el sótano, otra tontería de la película con la que sentí vergüenza ajena.

El regalo del libro indiscreto con unas grandes letras en hebreo al principio. ¿vaya regalito, no?

El crío bucea en un río casi helado para buscar un libro, que a nadie nos importa excepto a él. En vez de buscar un sitio donde quitarse la ropa y caldearse, va el tío tan pancho por el medio del pueblo hablando con la prota y empapado, mientras nevando. Hay que ver estos arios, no me extraña que dijeran que eran una raza superior.

Podría seguir pero, de verdad, ¿Alguien se cree esta película?