Haz click aquí para copiar la URL
España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Drama Se centra en la vida de Molly Bloom, una esquiadora de talla mundial que llegó a ser millonaria antes de los 21 años. Tras perderse los Juegos Olímpicos, Molly se trasladó a vivir a Los Ángeles, donde incluso trabajó de camarera. Gracias a su inteligencia y sus dotes empresariales, la joven acabó ganando millones de dólares organizando partidas póker antes de que el FBI la investigara. (FILMAFFINITY)
18 de septiembre de 2018
16 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
194/08(13/09/18) Muy irregular debut en la dirección del neoyorkino Aaron Sorkin, un drama criminal por supuesto escrito por el realizador (y se nota) basándose en las memorias homónimas de Molly Bloom, el relato sigue a la protagonista, que se convirtió en el objetivo de una investigación del FBI sobre el imperio subterráneo del póker que dirige para celebridades de Hollywood, atletas, magnates de negocios y la mafia rusa. The Mark Gordon Company compró los derechos de adaptación cinematográfica de las memorias, sobre una joven de 26 años detrás de las más exclusivas timbas de póker, Gordon contrató a Sorkin para la adaptación. El aclamado guionista vuelca sus señas de identidad en el libreto, marcas que dejó en series como “The west wing”, “Studio 60”, o “The Newsroom”, o en films (estos, curiosamente todos adaptaciones de libros como “The Social Network”, “Moneyball” o “Steve Jobs”, radiografiando con ansias psicológicas las interioridades de personajes de éxito pero poliédricos en sus matices (a Zuckerberg lo redujo a un resentido por la pareja que lo abandonó; y a Jobs a un egocéntrico cuasi- silopsista) , líderes con trasfondo de aristas, y sobre todo en el estilo “talking” (sobre-excesivo), donde prima sobre todo las conversaciones, diálogos afilados y veloces, en un fluir continuo, que cuando no hablan entre sí personajes lo hace la (machacona) voz en off de la protagonista, sobre-explicando lo que ya estamos viendo, quizás por falta de seguridad en lo que cuenta el director. Posee un arranque atractivo cuasi-cautivador, trepidante en cómo se describe en primera persona la protagonista desde su infancia, de cómo evoluciona desde las pistas de nieve bajo el cobijo paterno (proteccionista) del padre, a independizarse, en un clásico auge y caída, por el mundo de las partidas de alto standing de póker. Pero todo se va desinflando a medida que avanza, pierde fuelle con el paso de los minutos, un metraje alargadísimo para lo que cuenta de casi dos horas y media, donde además el personaje de Molly me llega frío, distante, impermeable, no me lo creo, y eso termina por darme igual lo que le pase, si la condenan o sigue luciendo modelitos a cual más “chic”. Y es que me queda la impresión que Sorkin ha estado demasiado complaciente con la verdadera Molly Bloom (aunque bellísima Jessica Chastain, escogida personalmente por la verdadera Molly), no queriendo molestarla, pues se nota todo demasiado aséptico, me llega una personalidad acartonada, la vemos sin amigos, sin novietes, sin amantes, asexual y asentimental, es como si Sorkin la hubiera metido en una burbuja para la cinta. Le valió a Chastain una (sobrevalorada, el listón de la actriz está mucho más alto) nominación al Golden Globe como Mejor Actriz de Drama, mientras que Sorkin obtuvo nominaciones para su guión en los Oscar, los Globos de Oro, los Premios del Gremio de Escritores de América y los Premios BAFTA.

La estructura narrativa va en dos niveles, por un lado el presente visto principalmente en los encuentros de Molly con su abogado, y en el otro con los flash-back que cuentan la vida de ello. Teniendo un inicio centelleante que deslumbra y hace presagiar buenos momentos, ello en un prólogo en que vemos a la protagonista en uno de sus días más ilusionantes, y a la vez más tristes en las pistas de esquí, para luego en un montaje eléctrico contarnos el ascenso a “madame” de las cartas, desde camarera a Diosa Circe (como ella bien dice) en Nueva York, codeándose por el camino con celebrities, con millonarios, con mafiosos. La cinta cuando llega al microuniverso del póker despliega todo tipo de lenguaje técnico y de gráficos sobreimpresionados para hacernos sentir en inmersión en este submundo, ello con exceso de sobre-explicaciones, con exceso de verborrea de terminología, con exceso de psicología en estratagemas, con exceso de información sobre cómo organiza las partidas, con exceso de subrayados, y es que las partidas de póker se convierten un McGuffin, pues no tiene importancia orgánica en la historia, da igual hubieran sido dados, un bingo o la ruleta rusa, pues lo que quiere mostrar Sorkin es un estudio de personalidad de la protagonista, y esta nunca juega a las cartas es mera y simple organizadora, da igual hubiera organizado carreras de coches, con lo que nunca sientes tensión o intensidad alguna en ninguna partida, pues todo se siente un entretenimiento trivial de ricachones. Hace el director nos convirtamos en espectadores fríos de cómo las clases altas (aburridas) pasan su ratos gastando fortunas de modo indecente.

Este análisis de personalidad de Molly me resulta un bluff absoluto, su evolución me resulta poco clara, en base a elipsis difusas, saltos de situaciones a otras poco racionales rascando un poquito, ejemplo es como ella sola organiza las partidas sin tener algún guardaespaldas que vigile las partidas, o de dónde saca el dinero para organizar las (costosas) partidas. Y es que se nota el halo buenista con que Sorkin cubre a Molly, ejemplo escomo pasa de puntillas por su adicción a las drogas, mostrado de modo banal, cual exceso sin importancia, dice que las ha dejado, pero no se muestra como lo ha hecho, se ve una mujer bellísima (lo es la real también), joven, con Don de la simpatía, pero sin embargo siempre está sola, sin amigos, sin pareja, como he dicho arriba es una delineación higienizada de la que es su verdadera vida, pues tampoco me creo que estos mafiosos rusos entraran en sus partidas sin querer hacer algún chanchullo con ella, el FBI no creo que la acusara de un modo tan tibio sin pruebas.

Lo bueno (no todo es malo) son los picos de la relación chispeante entre la actriz Chastain y su abogado encarnado por un siempre magnético Elba, con una compenetración y química radiante en cada entente, enriquece cada momento juntos la cinta: Jessica Chastain como Molly Bloom resulta una presencia estimulante, desborda la pantalla con su belleza,… (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow