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Voto de TOM REGAN:
6
6,6
105
Fantástico. Cine negro. Thriller
Una noche, unos mafiosos se deshacen del cadáver de un hombre, al que acaban de asesinar, en un oscuro callejón. Nathan Bledsoe, un vagabundo que merodea por la zona, descubre el cadáver y decide quedarse con sus vistosos zapatos sin saber que éstos poseen un extraño poder. (FILMAFFINITY)
9 de abril de 2023
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89/02(02/03/23) Sugestivo episodio 83 de la serie de antología de televisión estadounidense The Twilight Zone, y episodio 18 de la tercera temporada. Lo he visto rebotado de un episodio de la serie Los Simpsons, perteneciente a la saga “La Casa-Árbol del Terror”, en este caso la IX, con el segmento “Hell Toupée” donde ha Homer le transplantan el cuero cabelludo de un criminal y este le posee en su espiral vengativa, esto también me llevó a otro capítulo similar anterior de otra serie, esta creada por Steven Spielberg en los 80 “Amazing Stories”, el de “Peluquín Mortal” de Irvin Kershner, que leí tenía como inspiración este otro de la popular serie creada por Rod Serling. Aunque como otras historias similares como “La Mano” (1981) de Oliver Stone, cuando en realidad todas estras tramas (seguramente) están inspiradas en la novela de terror del francés Maurice Renard "Las manos de Orlac" (1920), adaptada en varias ocasiones al cine, donde a un talentoso pianista que pierde ambas manos en un accidente le es trasplantadas en una operación un nuevo par de manos, con la particularidad de que pertenecían a un asesino ejecutado y gradualmente obligan al nuevo propietario a cometer crímenes horribles.
Narración de apertura: Nathan Edward Bledsoe, de Bowery Bledsoes, un hombre una vez, un espectro ahora. Uno de esos innumerables fantasmas modernos que rondan las pestilentes noches de la ciudad en busca de un fracaso, una limosna, una copa de olvido. Nate no lo sabe, pero su búsqueda está a punto de terminar, porque esos zapatos nuevos y relucientes lo llevarán directamente a la capital de Twilight Zone.
Un hombre sin hogar, Nate Bledsoe (Warren Stevens), le arrebata un par de zapatos a Dane, el objetivo de un golpe de la mafia tirado en un callejón. Usar los zapatos le infunde la personalidad y los recuerdos de la víctima, y continúa su vida como Dane.
Me he encontrado con unos 25 minutos muy entretenidos, con un desarrollo intenso, y con un final circular ingenioso, como lo eran la mayoría de la serie de misterio. Dirigido por Montgomery Pittman (dirigió con este cinco episodios, tres más en esta tercera sesión, “Two”, “The Grave” y “The Last Rites of Jeff Myrtlebank”, y uno en la segunda, “Will the Real Martian Please Stand Up?”), con guión del gran Charles Beaumont (el escritor fetiche de la serie con 22 guiones) y aportaciones de Oceo Ritch (estuvo en con este dos guiones en la serie, con uno en la segunda, “Static”), en un desarrollo en que el metraje se sumerge en el cine negro, con un comienzo intrigante, con un avance atrapante, manejando los resortes del noir con un protagonista duro, aunque solo sea por posesión, con agilidad transcurre el minutaje, con picos en el encuentro del prota con la mujer del dueño de sus zapatos nuevos , y con la visita al club de un capo, para en un clímax incisivo acabar todo en un twist ingenioso. Aunque me falta andamiaje, unos cimientos por los que el elemento sobrenatural sea digerible y no aparezca de la nada, que se yo, algo como una estrella fugaz antes de la muerte, un conjuro o un zapatero con gustos esotéricos, el que sea por imperativo del guion me resulta cojo y resta.
Es un grácil pasarratos, sustentado en gran medida por la estupenda actuación del protagonista Warren Stevens, dando vida a dos tipos diferentes según el calzado que lleve, un pusilánime miserable descalzo y un tipo rudo con sus zapatos nuevos, con mucha chicha en como maneja la situación en el piso con Wilma (Joan Marshall), cono se mueve con soltura y frialdad por la estancia, y como domina a la mujer con arrogancia.
Narración de apertura: Nathan Edward Bledsoe, de Bowery Bledsoes, un hombre una vez, un espectro ahora. Uno de esos innumerables fantasmas modernos que rondan las pestilentes noches de la ciudad en busca de un fracaso, una limosna, una copa de olvido. Nate no lo sabe, pero su búsqueda está a punto de terminar, porque esos zapatos nuevos y relucientes lo llevarán directamente a la capital de Twilight Zone.
Un hombre sin hogar, Nate Bledsoe (Warren Stevens), le arrebata un par de zapatos a Dane, el objetivo de un golpe de la mafia tirado en un callejón. Usar los zapatos le infunde la personalidad y los recuerdos de la víctima, y continúa su vida como Dane.
Me he encontrado con unos 25 minutos muy entretenidos, con un desarrollo intenso, y con un final circular ingenioso, como lo eran la mayoría de la serie de misterio. Dirigido por Montgomery Pittman (dirigió con este cinco episodios, tres más en esta tercera sesión, “Two”, “The Grave” y “The Last Rites of Jeff Myrtlebank”, y uno en la segunda, “Will the Real Martian Please Stand Up?”), con guión del gran Charles Beaumont (el escritor fetiche de la serie con 22 guiones) y aportaciones de Oceo Ritch (estuvo en con este dos guiones en la serie, con uno en la segunda, “Static”), en un desarrollo en que el metraje se sumerge en el cine negro, con un comienzo intrigante, con un avance atrapante, manejando los resortes del noir con un protagonista duro, aunque solo sea por posesión, con agilidad transcurre el minutaje, con picos en el encuentro del prota con la mujer del dueño de sus zapatos nuevos , y con la visita al club de un capo, para en un clímax incisivo acabar todo en un twist ingenioso. Aunque me falta andamiaje, unos cimientos por los que el elemento sobrenatural sea digerible y no aparezca de la nada, que se yo, algo como una estrella fugaz antes de la muerte, un conjuro o un zapatero con gustos esotéricos, el que sea por imperativo del guion me resulta cojo y resta.
Es un grácil pasarratos, sustentado en gran medida por la estupenda actuación del protagonista Warren Stevens, dando vida a dos tipos diferentes según el calzado que lleve, un pusilánime miserable descalzo y un tipo rudo con sus zapatos nuevos, con mucha chicha en como maneja la situación en el piso con Wilma (Joan Marshall), cono se mueve con soltura y frialdad por la estancia, y como domina a la mujer con arrogancia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Rush final: Nate pasa por la casa de la novia de Dane, quien reconoce sus modales pero permanece confundida por su apariencia. Nate luego va a un bar para enfrentarse a Dagget (Richard devon), el jefe que lo hizo matar. Dagget está inquieto al principio, pero luego se da cuenta de quién es Nate y le hace una encerrona en su despacho y sus secuaces lo matan a tiros. Antes de morir, promete: "Volveré, Bernie, y seguiré viniendo... una y otra vez, y te mataré". El cuerpo es arrojado en el mismo lugar que la víctima original (un poco rebuscado y nada creíble, pues se podría suponer que la poli ya habrá encontrado el cadáver anterior) de esa misma noche. Un vagabundo encuentra el cadáver, toma los zapatos, se los pone y el ciclo comienza de nuevo.
Narración final: Hay un viejo dicho que dice: 'Si el zapato te queda bien, úsalo'. Pero ten cuidado. Si por casualidad encuentra un par de mocasines negros y grises de la talla nueve, hechos a medida en el viejo país, tenga mucho cuidado. Podrías caminar directamente hacia la Zona Crepuscular.
Me queda un episodio escapista. Tan entretenidillo como poco perenne en el cerebro. Gloria Ucrania!!!
Narración final: Hay un viejo dicho que dice: 'Si el zapato te queda bien, úsalo'. Pero ten cuidado. Si por casualidad encuentra un par de mocasines negros y grises de la talla nueve, hechos a medida en el viejo país, tenga mucho cuidado. Podrías caminar directamente hacia la Zona Crepuscular.
Me queda un episodio escapista. Tan entretenidillo como poco perenne en el cerebro. Gloria Ucrania!!!