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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
9
Serie de TV. Acción Miniserie de TV (2013). 10 capítulos. La tercera (y última) serie inspirada en "Spartacus: Sangre y Arena" narra el combate entre el ejército de gladiadores liderado por Spartacus y los soldados romanos. (FILMAFFINITY)
5 de mayo de 2013
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
70/13(15/04/13) Colosal colofón a una de las mejores series que ha dado la pequeña pantalla, un producto valiente y nada políticamente correcto, un grandioso espectáculo para el entretenimiento, los temas tratados son tocados con superficialidad, pero su objetivo no es la profundidad, y mucho menos el rigor histórico, puedo entender que haya a quien no le guste, pero estos ya debieran de haber desconectado en el primer capítulo de la primera temporada, los que hayan seguido enganchados habrán tenido su recompensa en un increscendo dramático cuasi-apocalíptico rara vez alcanzado en una serie. Esta última entrega es el paroxismo, es más de lo mismo, sí, pero maximizado, la violencia, el gore, el sexo, las traiciones, las lealtades, el honor, la dignidad, la venganza, el orgullo, la valentía, y por supuesto litros y litros de sangre salpicados por la pantalla, todo en su vertiente más hiperrealista es lo que hay, sin duda el mejor comic que se haya llevado a la televisión.
En esta temporada la serie tenía el hándicap de que todos sabíamos que Espartaco terminaba derrotado, la incógnita era saber lo que ocurría con el Héroe, históricamente nunca se encontró su cuerpo, incluso se especuló con que no murió contra los romanos y que huyó por las montañas, con lo que los guionistas gozaban de cierta libertad para crear un clímax final imprevisible. Ahora tras las primeras refriegas a los pies del Vesubio el ejército de Espartaco se ha multiplicado, es un enorme peligro para la estabilidad del Imperio de Roma, así que el senado elige para acabar con él a un poderoso senador, Marco Linicio Craso (gran Simon Merrells), un noble rico que posee un grandioso ejército, un inteligente y maquiavélico tipo con unas ansias de poder infinitas, derrotar a Espartaco es su tarjeta de entrada para ser Emperador, contará con la ayuda de su protegido Cayo Julio Cesar (buen Todd Lasance), un joven con grandes aspiraciones, y de su hijo Tiberio (Christian Antidormi). Los diez episodios se pueden dividir en dos tramos, en el primero Sinuessa Del Valle será el centro, una villa junto al mar amurallada, tomada por los rebeldes de Espartaco como refugio, en la segunda parte será en campo abierto con los rebeldes enfrentándose en varias ocasiones a Craso, entre medias se desarrollaran subtramas en los dos bandos con marcado acento dramático.
Los guionistas como en las otras temporadas han sabido tejer conflictos internos en los dos bandos que hacen bastante rica la trama, en el lado de los gladiators será la idea mesiánica de Espartaco de guiar a su pueblo a los Alpes para escapar del yugo romano, esto chocará con la pendenciera mentalidad de Crixus que no desea huir, anhela destruir Roma, en el bando romano serán las luchas de poder, el obtener el favor del pretor Craso, la pugna se establece entre el hijo de este, Tiberio y el soberbio Julio Cesar, a esto se le suman giros sorpresa bien hilvanados y un apreciable celo en humanizar a los personajes para hacerlos más cercanos y que nos toque la fibra lo que les ocurra.
En el bando de Espartaco los protagonistas serán prácticamente los mismos que la temporada anterior, un Liam McIntyre que gana en carisma y tono elegiaco (un recuerdo para el gran Andy Whitfield que nos dejó tras una magnífica primera temporada), un Gannicus/Dustin Clare revestido de un aura cuasi-mística que con su aire lacónico deja un reguero de heroicismo romántico glorioso, un Crixus/Manu Bennett mucho más complejo y verso suelto, imprescindible su rol para que veamos que no todos iban a una, un Agron/Dan Feuerriegel y Nasir/Pana Hema Taylor que ganan en presencia y peso. En el otro bando se han superado, Glaber, el villano de la anterior entrega no terminó de dar la talla y por ahí perdía un poco la serie, pero en esta la apuesta de los antagonistas de Espartaco ha sido excelente, Craso/Simon Merrells compone un malo tridimensional, es un Romano con mayúsculas, no es que sea malo malísimo, es que cree en Roma, en lo que ella ha dado al mundo, es un romano convencido, es muy inteligente, no desprecia a sus rivales, intenta comprenderlos, e incluso admira su arrojo y valentía, esto lo hace un contendiente temible, impresionante la pelea a muerte que tiene con su entrenador-esclavo, como muere el esclavo orgulloso de haber enseñado bien a su alumno, a su lado un espléndido Julio Cesar/Todd Lasance, un poderoso luchador, arrogante y con una gran inteligencia, y que además demuestra sensibilidad, ejemplo la escena en que sacrifica a una romana para que la violen más, y termina este llorando. Algo más blandito está Tiberio/Christian Antidormi , le falta poderío de presencia para dar réplica, un imberbe angelical rostro sin mala baba, es un niño travieso entre hombres. En el apartado femenino la belleza más impresionante es la nota predominante, la pexótica preciosidad Naevia/Cintya Addai-Robinson, intrépida luchadora que será una lady Macbeth para Crixus, , Saxa/Ellen Hollman una promiscua gladiadora, un cañón de mujer, una de las nuevas entradas, la sensible esclava Sibyl/Gwendoline Taylor, una delicada flor que deja prendado al duro Gannicus, Jenna Lind como Kore, la amante de Craso destila un encanto y belleza que hace no puedas despegar los ojos de ella mientras está en pantalla, otra de las nuevas es Anna Hutchison como Laeta, aporta poco en todos los sentidos, cojea entre tan beldad salvaje, algo sosa e incluso prescindible.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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