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6,5
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5.704
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5.202
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Voto de TOM REGAN:
9
7,6
9.014
Serie de TV. Acción
Miniserie de TV (2013). 10 capítulos. La tercera (y última) serie inspirada en "Spartacus: Sangre y Arena" narra el combate entre el ejército de gladiadores liderado por Spartacus y los soldados romanos. (FILMAFFINITY)
5 de mayo de 2013
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
70/13(15/04/13) Colosal colofón a una de las mejores series que ha dado la pequeña pantalla, un producto valiente y nada políticamente correcto, un grandioso espectáculo para el entretenimiento, los temas tratados son tocados con superficialidad, pero su objetivo no es la profundidad, y mucho menos el rigor histórico, puedo entender que haya a quien no le guste, pero estos ya debieran de haber desconectado en el primer capítulo de la primera temporada, los que hayan seguido enganchados habrán tenido su recompensa en un increscendo dramático cuasi-apocalíptico rara vez alcanzado en una serie. Esta última entrega es el paroxismo, es más de lo mismo, sí, pero maximizado, la violencia, el gore, el sexo, las traiciones, las lealtades, el honor, la dignidad, la venganza, el orgullo, la valentía, y por supuesto litros y litros de sangre salpicados por la pantalla, todo en su vertiente más hiperrealista es lo que hay, sin duda el mejor comic que se haya llevado a la televisión.
En esta temporada la serie tenía el hándicap de que todos sabíamos que Espartaco terminaba derrotado, la incógnita era saber lo que ocurría con el Héroe, históricamente nunca se encontró su cuerpo, incluso se especuló con que no murió contra los romanos y que huyó por las montañas, con lo que los guionistas gozaban de cierta libertad para crear un clímax final imprevisible. Ahora tras las primeras refriegas a los pies del Vesubio el ejército de Espartaco se ha multiplicado, es un enorme peligro para la estabilidad del Imperio de Roma, así que el senado elige para acabar con él a un poderoso senador, Marco Linicio Craso (gran Simon Merrells), un noble rico que posee un grandioso ejército, un inteligente y maquiavélico tipo con unas ansias de poder infinitas, derrotar a Espartaco es su tarjeta de entrada para ser Emperador, contará con la ayuda de su protegido Cayo Julio Cesar (buen Todd Lasance), un joven con grandes aspiraciones, y de su hijo Tiberio (Christian Antidormi). Los diez episodios se pueden dividir en dos tramos, en el primero Sinuessa Del Valle será el centro, una villa junto al mar amurallada, tomada por los rebeldes de Espartaco como refugio, en la segunda parte será en campo abierto con los rebeldes enfrentándose en varias ocasiones a Craso, entre medias se desarrollaran subtramas en los dos bandos con marcado acento dramático.
Los guionistas como en las otras temporadas han sabido tejer conflictos internos en los dos bandos que hacen bastante rica la trama, en el lado de los gladiators será la idea mesiánica de Espartaco de guiar a su pueblo a los Alpes para escapar del yugo romano, esto chocará con la pendenciera mentalidad de Crixus que no desea huir, anhela destruir Roma, en el bando romano serán las luchas de poder, el obtener el favor del pretor Craso, la pugna se establece entre el hijo de este, Tiberio y el soberbio Julio Cesar, a esto se le suman giros sorpresa bien hilvanados y un apreciable celo en humanizar a los personajes para hacerlos más cercanos y que nos toque la fibra lo que les ocurra.
En el bando de Espartaco los protagonistas serán prácticamente los mismos que la temporada anterior, un Liam McIntyre que gana en carisma y tono elegiaco (un recuerdo para el gran Andy Whitfield que nos dejó tras una magnífica primera temporada), un Gannicus/Dustin Clare revestido de un aura cuasi-mística que con su aire lacónico deja un reguero de heroicismo romántico glorioso, un Crixus/Manu Bennett mucho más complejo y verso suelto, imprescindible su rol para que veamos que no todos iban a una, un Agron/Dan Feuerriegel y Nasir/Pana Hema Taylor que ganan en presencia y peso. En el otro bando se han superado, Glaber, el villano de la anterior entrega no terminó de dar la talla y por ahí perdía un poco la serie, pero en esta la apuesta de los antagonistas de Espartaco ha sido excelente, Craso/Simon Merrells compone un malo tridimensional, es un Romano con mayúsculas, no es que sea malo malísimo, es que cree en Roma, en lo que ella ha dado al mundo, es un romano convencido, es muy inteligente, no desprecia a sus rivales, intenta comprenderlos, e incluso admira su arrojo y valentía, esto lo hace un contendiente temible, impresionante la pelea a muerte que tiene con su entrenador-esclavo, como muere el esclavo orgulloso de haber enseñado bien a su alumno, a su lado un espléndido Julio Cesar/Todd Lasance, un poderoso luchador, arrogante y con una gran inteligencia, y que además demuestra sensibilidad, ejemplo la escena en que sacrifica a una romana para que la violen más, y termina este llorando. Algo más blandito está Tiberio/Christian Antidormi , le falta poderío de presencia para dar réplica, un imberbe angelical rostro sin mala baba, es un niño travieso entre hombres. En el apartado femenino la belleza más impresionante es la nota predominante, la pexótica preciosidad Naevia/Cintya Addai-Robinson, intrépida luchadora que será una lady Macbeth para Crixus, , Saxa/Ellen Hollman una promiscua gladiadora, un cañón de mujer, una de las nuevas entradas, la sensible esclava Sibyl/Gwendoline Taylor, una delicada flor que deja prendado al duro Gannicus, Jenna Lind como Kore, la amante de Craso destila un encanto y belleza que hace no puedas despegar los ojos de ella mientras está en pantalla, otra de las nuevas es Anna Hutchison como Laeta, aporta poco en todos los sentidos, cojea entre tan beldad salvaje, algo sosa e incluso prescindible.
En esta temporada la serie tenía el hándicap de que todos sabíamos que Espartaco terminaba derrotado, la incógnita era saber lo que ocurría con el Héroe, históricamente nunca se encontró su cuerpo, incluso se especuló con que no murió contra los romanos y que huyó por las montañas, con lo que los guionistas gozaban de cierta libertad para crear un clímax final imprevisible. Ahora tras las primeras refriegas a los pies del Vesubio el ejército de Espartaco se ha multiplicado, es un enorme peligro para la estabilidad del Imperio de Roma, así que el senado elige para acabar con él a un poderoso senador, Marco Linicio Craso (gran Simon Merrells), un noble rico que posee un grandioso ejército, un inteligente y maquiavélico tipo con unas ansias de poder infinitas, derrotar a Espartaco es su tarjeta de entrada para ser Emperador, contará con la ayuda de su protegido Cayo Julio Cesar (buen Todd Lasance), un joven con grandes aspiraciones, y de su hijo Tiberio (Christian Antidormi). Los diez episodios se pueden dividir en dos tramos, en el primero Sinuessa Del Valle será el centro, una villa junto al mar amurallada, tomada por los rebeldes de Espartaco como refugio, en la segunda parte será en campo abierto con los rebeldes enfrentándose en varias ocasiones a Craso, entre medias se desarrollaran subtramas en los dos bandos con marcado acento dramático.
Los guionistas como en las otras temporadas han sabido tejer conflictos internos en los dos bandos que hacen bastante rica la trama, en el lado de los gladiators será la idea mesiánica de Espartaco de guiar a su pueblo a los Alpes para escapar del yugo romano, esto chocará con la pendenciera mentalidad de Crixus que no desea huir, anhela destruir Roma, en el bando romano serán las luchas de poder, el obtener el favor del pretor Craso, la pugna se establece entre el hijo de este, Tiberio y el soberbio Julio Cesar, a esto se le suman giros sorpresa bien hilvanados y un apreciable celo en humanizar a los personajes para hacerlos más cercanos y que nos toque la fibra lo que les ocurra.
En el bando de Espartaco los protagonistas serán prácticamente los mismos que la temporada anterior, un Liam McIntyre que gana en carisma y tono elegiaco (un recuerdo para el gran Andy Whitfield que nos dejó tras una magnífica primera temporada), un Gannicus/Dustin Clare revestido de un aura cuasi-mística que con su aire lacónico deja un reguero de heroicismo romántico glorioso, un Crixus/Manu Bennett mucho más complejo y verso suelto, imprescindible su rol para que veamos que no todos iban a una, un Agron/Dan Feuerriegel y Nasir/Pana Hema Taylor que ganan en presencia y peso. En el otro bando se han superado, Glaber, el villano de la anterior entrega no terminó de dar la talla y por ahí perdía un poco la serie, pero en esta la apuesta de los antagonistas de Espartaco ha sido excelente, Craso/Simon Merrells compone un malo tridimensional, es un Romano con mayúsculas, no es que sea malo malísimo, es que cree en Roma, en lo que ella ha dado al mundo, es un romano convencido, es muy inteligente, no desprecia a sus rivales, intenta comprenderlos, e incluso admira su arrojo y valentía, esto lo hace un contendiente temible, impresionante la pelea a muerte que tiene con su entrenador-esclavo, como muere el esclavo orgulloso de haber enseñado bien a su alumno, a su lado un espléndido Julio Cesar/Todd Lasance, un poderoso luchador, arrogante y con una gran inteligencia, y que además demuestra sensibilidad, ejemplo la escena en que sacrifica a una romana para que la violen más, y termina este llorando. Algo más blandito está Tiberio/Christian Antidormi , le falta poderío de presencia para dar réplica, un imberbe angelical rostro sin mala baba, es un niño travieso entre hombres. En el apartado femenino la belleza más impresionante es la nota predominante, la pexótica preciosidad Naevia/Cintya Addai-Robinson, intrépida luchadora que será una lady Macbeth para Crixus, , Saxa/Ellen Hollman una promiscua gladiadora, un cañón de mujer, una de las nuevas entradas, la sensible esclava Sibyl/Gwendoline Taylor, una delicada flor que deja prendado al duro Gannicus, Jenna Lind como Kore, la amante de Craso destila un encanto y belleza que hace no puedas despegar los ojos de ella mientras está en pantalla, otra de las nuevas es Anna Hutchison como Laeta, aporta poco en todos los sentidos, cojea entre tan beldad salvaje, algo sosa e incluso prescindible.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La puesta en escena es uno de los puntos fuertes de la serie, su original estilo visual, sus cuidados y hermosos escenarios realzados por su cromática fotografía, sublimes las escenas en las montañas mientras nieva, de una sibarita lindeza, es como estar viendo un cómic de acción en movimiento, una sibarita estética visual, sus extraordinarias coreografías en las peleas, las imaginativas formas en que mueren muchísimos, con lo visto aquí ya ningún tipo de muerte cruenta me sorprenderá, lo bien utilizada que esta la cámara lenta para enfatizar emociones, y qué decir de las sensuales, eróticas y explícitas escenas de sexo el paraíso para mentes calenturientas(entre las que me cuento), orgias-bacanales, menage a trois, relaciones gays e incluso fornicaciones heterosexuales entre dos, todo mostrado con un precioso cuidado, resaltar el protagonismo que ha tomado la música mucho mejor utilizada que las anteriores, realza las emociones. Esta temporada está plagadas de escenas para el recuerdo, cada capítulo puede tener entidad de film por el esmero y mimo con el que son tratados, guiones en que se tornean de modo notable a los personajes, hay secuencias de un calado estruendoso, algunas pinceladas, la toma de Sinuessa por los gladiadores, la lucha en el acantilado de Espartaco contra Tiberio con la sorpresa de las catapultas marinas de los cilicios, la justicia del diezmo entre los romanos, la huída a caballo de Ganicus de Sinuessa, los juegos montados por los gladiadores para honrar a ilustres caídos, donde Espartaco se luce en una colosal lucha, podría decir más pero no quiero spoilear, es la épica más exuberante plasmada en lienzos bizarros.
Todo esto en pos de llegar al homérico clímax final en la batalla de las batallas donde los guionistas tienen el ingenio empezarlo con Gannicus en medio de una matanza de romanos gritando <I am Spartacus>, Agron en medio de una matanza de romanos gritando <I Am Spartacus>, Nasir en medio de una matanza de romanos gritando <I Am Spartacus>, y a Spartacus en medio de una matanza de romanos gritando <I Am Spartacus>, evocador homenaje al film protagonizado por Kirk Douglas, como ingenioso es reunir a Espartaco y Craso antes de la contienda, un diálogo se establece entre ellos donde la admiración y la dignidad se mezclan, y luego el Big Bang en formato bélico donde cada protagonista tendrá su hueco. Han sido cuatro temporadas donde las pasiones más bajas se han fundido con el sabor de litros y litros de sangre, una serie refrescante que hará las delicias de los amantes de la acción más pulp, donde la autocensura no existe. Como broche final de serie se hace un cálido homenaje a las cuatro temporadas con fotogramas de todas ellas, apareciendo todos los protagonistas, siendo el último Andy Whitfield gritando <I Am Spartacus>, conmovedor. Gracias Steven S. DeKnight por esta Gloriosa serie, este es el creador, productor y guionista, con la ayuda en la producción de Sam Raimy. Steven ha comentado que a lo mejor se hace un spin-off sobre el personaje de Julio Cesar con el mismo poderoso estilo, en ascuas me tienen con un rol que dan tantísimo juego. Fuerza y honor (pocas veces mejor dicho)!!!
Todo esto en pos de llegar al homérico clímax final en la batalla de las batallas donde los guionistas tienen el ingenio empezarlo con Gannicus en medio de una matanza de romanos gritando <I am Spartacus>, Agron en medio de una matanza de romanos gritando <I Am Spartacus>, Nasir en medio de una matanza de romanos gritando <I Am Spartacus>, y a Spartacus en medio de una matanza de romanos gritando <I Am Spartacus>, evocador homenaje al film protagonizado por Kirk Douglas, como ingenioso es reunir a Espartaco y Craso antes de la contienda, un diálogo se establece entre ellos donde la admiración y la dignidad se mezclan, y luego el Big Bang en formato bélico donde cada protagonista tendrá su hueco. Han sido cuatro temporadas donde las pasiones más bajas se han fundido con el sabor de litros y litros de sangre, una serie refrescante que hará las delicias de los amantes de la acción más pulp, donde la autocensura no existe. Como broche final de serie se hace un cálido homenaje a las cuatro temporadas con fotogramas de todas ellas, apareciendo todos los protagonistas, siendo el último Andy Whitfield gritando <I Am Spartacus>, conmovedor. Gracias Steven S. DeKnight por esta Gloriosa serie, este es el creador, productor y guionista, con la ayuda en la producción de Sam Raimy. Steven ha comentado que a lo mejor se hace un spin-off sobre el personaje de Julio Cesar con el mismo poderoso estilo, en ascuas me tienen con un rol que dan tantísimo juego. Fuerza y honor (pocas veces mejor dicho)!!!