Haz click aquí para copiar la URL
España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Thriller Una tarde de sábado, Tim, de ocho años, y su madre, Sarah, son elegidos por un demente taxista, Bob, a la caza de su próxima víctima. Para su horror, Tim presencia su primer asesinato, el asesinato de su madre. Pero no será el último. Bob mantiene a Tim como un esclavo, encerrándolo bajo llave y forzándolo a limpiar y enterrar los cuerpos de las jóvenes mujeres que lleva a casa. Cuando es un adolescente, Tim comprende que se le ... [+]
22 de enero de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
196/01(01/12/13) Estimulante cinta de terror psicológico de la realizadora Jennifer Lynch (sí, la hija del también director David Lynch), nos presenta un relato claustrofóbico y asfixiante, con una ambientación penetrantemente lúgubre, pero con la tara de no saber muy bien hacia dónde ir, y lo que es peor con un final atropellante y nada satisfactorio.

En una ciudad cualquiera una tarde Sarah (correcta Julia Ormond) y su hijo de 9 años, Tim (correcto Evan Bird), a la salida cogen un taxi para volver a casa, el peor error de sus vidas, este taxi es una encerrona, los lleva aterrorizados lejos de la ciudad, a un lugar en medio de la nada, a una vivienda donde el taxista, Bob (gran Vincent D’Onofrio), saca a su madre a rastras y la asesina, vuelve a por el niño, con este tiene otros planes, el asesino lo utilizará como un esclavo que le hará todas las tareas, desde limpiar la casa, cocinar, fregar los platos, pasarle la esponja mientras se ducha e incluso sanear la sangre de las continuas víctimas que trae a este hogar del terror, le cambiará el nombre de Tim por el de ‘Conejo’. Pasan 10 años y el terror tiene a acobardado Tim (buen Eamon Farren), Bob tiene con él el objetivo de encauzarlo alienándolo contra las mujeres y de este modo continúe con su ciclo psicópata-misógino.

Jennifer Lynch nos propone un análisis mordaz de la mente de un perturbado psicópata, un depredador sexual interpretado de modo magistral por un enorme Vincent D’Onofrio, demostrando lo desaprovechado que está en el mundo del cine, recreando de forma escalofriante a un sociópata terrorífico que impone por su físico, que atemoriza por sus ademanes de Ogro, su autosuficiencia, su inquietante modo de expresarse, su mirada perdida, su interactuación con ‘Conejo’ abruma, espléndido su lenguaje gestual, es un Titán que hace útil la visión del film, impresionante. Hay otro pilar en el que se asienta la cinta sólidamente y es en su magnífica puesta en escena, gracias a su minimalista y lúgubre diseño de producción de Sarah McCuddeen (‘Tideland’) centrado en una casa apartada y sobre en una habitación sórdida, acrecentando la sensación sombría está la maravillosa fotografía de Shane Daly (‘Hostel’) que emite con sus colores amarillentos apagados crudeza, un aire enfermizo que te cala, te atrapa en su clima tétrico.

El guión es de la propia y de Damian O’Donnell, sabe imbuirnos de una atmósfera tensa y sofocante, en un desarrollo cuasi-teatral, apenas hay exteriores, lo malo es que no saben hacia donde ir y toman el peor de los caminos al caer en una conclusión chapucera (spoiler).

Lynch sabe mostrarnos el terror mediante la rutina de este monstruo a través de los ojos del muchacho, eses golpes de efecto desgarradores cada vez que Bob llega arrastrando a una de sus víctimas. O esos tramos acongojantes con el niño amarrado con una cadena comiendo cual perro a los pies de Bob, o cuando ‘Conejo’ le pasa la esponja en la bañera, aterradores escenas por la tensión soterrada que desprenden, o esos juegos macabros con los carnets de sus asesinadas. Asimismo destacan las lóbregas charlas ‘aleccionadoras’ que Bob tiene con ‘Conejo’ sobre cómo tratar a las mujeres, turbador. Todo esto Lynch lo utiliza para exponernos un submundo que se esconde tras la idealizada vida americana, en este sentido se asemeja al film de su padre ‘Terciopelo Azul’. La directora tiene el buen gusto de no regodearse en el gore, sugiere más que muestra, sabe jugar con la imaginación del espectador, no cae en el recurso fácil de ser explícito en las violaciones y asesinatos.

Los actores que dan vida a ‘Conejo’ son Evan Bird de niño, componiendo a un asustadizo chico, apesadumbrado, aplastado por un presente penoso, lo hace muy bien, de adolescente es Eamon Farren, exhibe fragilidad, debilidad, temor, pavor, y sobre todo cuando el tour de forcé avanza dota a su rol de ambigüedad por la tormenta de un alma vapuleada por un Monstruo, un gran complemento para D’Onofrio.

En conjunto nos queda una interesante propuesta, no cuenta algo nuevo, pero lo que relata lo hace con inteligencia, la lástima es su rush final. Para amantes del terror agobiante. Fuerza y honor!!!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow