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Voto de TOM REGAN:
9
18 de junio de 2018
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
130/12(14/06/18) Notable tercer episodio de la tercera temporada de la serie antológica de culto británica de la BBC Two, maravillosa creación de los también actores Steve Pemberton y Reece Shearsmith (también guionistas) y dirigido por el barcelonés Guillén Morales (como el segundo, cuarto, quinto y sexto de la temporada 3), gira en torno a las pistas y respuestas a un crucigrama en particular, algo muy original y sugestivo. Esta serie poco conocida tiene entre sus características que cada temporada (van cuatro) es de seis episodios auto-conclusivos, arrancan en un prólogo de una secuencia exterior, para a continuación llevarnos a un único lugar que tiene que ver con el número 9, donde sucederá toda la acción, cada capítulo con historias distintas, y personajes diferentes, aunque la pareja de creadores siempre se reservan un papel. Relatos de apenas media hora en que suelen suceder historias de mucho humor negro con giros sorprendentes. En este capítulo los creadores han tenido influencias teatrales de la obra del dramaturgo inglés Anthony Shaffer, “Sleuth” (1970), por el duelo de inteligencias en un reducido espacio, bebiendo también de la obra del ruso Antón Chéjov (1860-1904), por el fatalismo, de la juguetona obra del neoyorkino Ira Levin “Deathtrap” (1978), por los giros constantes, y del film del galés Peter Greenaway “El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante” (1989), supongo que por el canibalismo. El personaje de Nina (nombre claro guiño al mundo de los crucigramas) encarnado por Alexandra Roach (“Utopia”) es una reminiscencia de Eliza Doolittle, con Squires actuando como Henry Higgins, referentes figuras pertenecientes a la obra del dublinés George Bernard Shaw “Pygmalion” (1913), de la cual se originan estos personajes, mientras que el lenguaje de Squires se hace eco de Higgins en My Fair Lady, la adaptación musical de la obra.
La idea de enfocar un episodio en crucigramas vino de Pemberton; durante mucho tiempo había sido un fanático de crucigramas crípticos, pero la inspiración particular provino de “Two Girls, One on Each Knee: The Puzzling, Playful World of the Crossword”, un libro de no ficción del escritor británico, periodista y presentador de televisión Alan Connor. El crucigrama presentado en "El Acertijo de la Esfinge" fue establecido por Pemberton, y fue publicado en The Guardian el día en que se emitió el episodio, acreditado como "Sphinx". Este crucigrama contiene múltiples mensajes y palabras ocultas. Junto con muchas de las respuestas del crucigrama, una nina (característica especial de la cuadrícula de crucigramas: una palabra, palabras o frase escondida dentro de un patrón de celdas en la cuadrícula completa) es parte integral de la trama del episodio. Un segundo introducido accidentalmente y luego incorporado al episodio. Una tercera nina es broma dentro del n.° 9.
Episodio singular de la serie, que se puede dividir teatralmente en tres actos, el primero el protagonismo es para la intrusa Nina, el segundo es para Squires, y el tercero para el Dr. Tyler, en cada uno de los segmentos cada personaje cree ser el más inteligente en la sala, el que maneja los hilos, pero en esta serie casi nada es lo que parece, y esto los creadores lo manejan con fino estilete para pinchar una y otra vez al espectador. Episodio al que hay que prestarle especial atención, que para los no anglo-parlantes les será aún más complicado entrar en él, ello por la nuclear importancia que tiene el idioma de Shakespeare, y es que muchas de las genialidades del guión están depositadas en un crucigrama. Sobre este pivota la evolución dramática del episodio de profecías a modo de profecías “juguetonas”, ello desarrollado con una rapidez mental que puede descolocar y sacarte fuera en ocasiones, pero si entras tendrás el premio de un metraje diabólicamente retorcido y mordaz, donde lo críptico se da la mano con lo satírico, donde cada frase tendrá un significado encendido, ello con picos de una intensidad punzante, con unos duelos psicológicos de ingenio formidables, con giros espléndidos que descolocan y te hacen no saber bien donde estas, provocando lo impredecible, lo sombrío. Aprovechando con brillantez el reducido recinto de estas cuatro paredes, repletas de cultura en sus adornos. Bebiendo en su fluir narrativo trepidante de clásicos de culto como los egipcios, la tragedia griego, o “Pygmalion” (de George Bernard Shaw).
El episodio arranca de forma liviana, lenta, pero conforme avanza se produce un infernal efecto bola de nieve (tan propio de la serie), llegando a ser uno de las entregas más negras y oscuras de todas, pudiendo provocar Horror. Y es que en su devenir produce inquietud, zozobra y hasta incomodidad, todo en una especie de competición por ver quién es más inteligente, donde el engaño, la manipulación, la venganza (sádica), la ambigüedad moral, resulta un peloteo de tenis que va y viene, y todo ello con el telón de fondo del “Avernal” crucigrama que se va rellenando mientras prosigue la trama ("La asfixia de la Esfinge" [Nina]; "Cambié las tazas" [Squires]), en un reguero de pistas antológicas en sus veladas intenciones macabras
El profesor Squires encarnado con perfidia cínica por un gran Steve Pemberton, rol con arco de desarrollo de los más conseguidos y complejos de toda la serie, orgánicamente bien trazado en su fluidez de carácter, de Pygmalion, de arrogante, de lascivo lujurioso, a desconcertada víctima de sus errores del pasado, de Hannibal, excelente estados de ánimo que pasa y hace verosímiles; Alexandra Roach (“Utopia”) como Nina, estupenda da tres vertientes, primero como aspirante dulce a discípula del erudito crucigramista, luego perversa vengadora, y al final como… (spoiler); Reece Shearsmith da vida al misterioso Dr. Jacob Tyler, tipo con crípticas motivaciones ( crucigrama hecho hombre), demuestra gran labia recitando a clásicos, gran poder de maestro de marionetas, muy bueno en su personaje, hablar algo más de su actuación sería spoilear.
La idea de enfocar un episodio en crucigramas vino de Pemberton; durante mucho tiempo había sido un fanático de crucigramas crípticos, pero la inspiración particular provino de “Two Girls, One on Each Knee: The Puzzling, Playful World of the Crossword”, un libro de no ficción del escritor británico, periodista y presentador de televisión Alan Connor. El crucigrama presentado en "El Acertijo de la Esfinge" fue establecido por Pemberton, y fue publicado en The Guardian el día en que se emitió el episodio, acreditado como "Sphinx". Este crucigrama contiene múltiples mensajes y palabras ocultas. Junto con muchas de las respuestas del crucigrama, una nina (característica especial de la cuadrícula de crucigramas: una palabra, palabras o frase escondida dentro de un patrón de celdas en la cuadrícula completa) es parte integral de la trama del episodio. Un segundo introducido accidentalmente y luego incorporado al episodio. Una tercera nina es broma dentro del n.° 9.
Episodio singular de la serie, que se puede dividir teatralmente en tres actos, el primero el protagonismo es para la intrusa Nina, el segundo es para Squires, y el tercero para el Dr. Tyler, en cada uno de los segmentos cada personaje cree ser el más inteligente en la sala, el que maneja los hilos, pero en esta serie casi nada es lo que parece, y esto los creadores lo manejan con fino estilete para pinchar una y otra vez al espectador. Episodio al que hay que prestarle especial atención, que para los no anglo-parlantes les será aún más complicado entrar en él, ello por la nuclear importancia que tiene el idioma de Shakespeare, y es que muchas de las genialidades del guión están depositadas en un crucigrama. Sobre este pivota la evolución dramática del episodio de profecías a modo de profecías “juguetonas”, ello desarrollado con una rapidez mental que puede descolocar y sacarte fuera en ocasiones, pero si entras tendrás el premio de un metraje diabólicamente retorcido y mordaz, donde lo críptico se da la mano con lo satírico, donde cada frase tendrá un significado encendido, ello con picos de una intensidad punzante, con unos duelos psicológicos de ingenio formidables, con giros espléndidos que descolocan y te hacen no saber bien donde estas, provocando lo impredecible, lo sombrío. Aprovechando con brillantez el reducido recinto de estas cuatro paredes, repletas de cultura en sus adornos. Bebiendo en su fluir narrativo trepidante de clásicos de culto como los egipcios, la tragedia griego, o “Pygmalion” (de George Bernard Shaw).
El episodio arranca de forma liviana, lenta, pero conforme avanza se produce un infernal efecto bola de nieve (tan propio de la serie), llegando a ser uno de las entregas más negras y oscuras de todas, pudiendo provocar Horror. Y es que en su devenir produce inquietud, zozobra y hasta incomodidad, todo en una especie de competición por ver quién es más inteligente, donde el engaño, la manipulación, la venganza (sádica), la ambigüedad moral, resulta un peloteo de tenis que va y viene, y todo ello con el telón de fondo del “Avernal” crucigrama que se va rellenando mientras prosigue la trama ("La asfixia de la Esfinge" [Nina]; "Cambié las tazas" [Squires]), en un reguero de pistas antológicas en sus veladas intenciones macabras
El profesor Squires encarnado con perfidia cínica por un gran Steve Pemberton, rol con arco de desarrollo de los más conseguidos y complejos de toda la serie, orgánicamente bien trazado en su fluidez de carácter, de Pygmalion, de arrogante, de lascivo lujurioso, a desconcertada víctima de sus errores del pasado, de Hannibal, excelente estados de ánimo que pasa y hace verosímiles; Alexandra Roach (“Utopia”) como Nina, estupenda da tres vertientes, primero como aspirante dulce a discípula del erudito crucigramista, luego perversa vengadora, y al final como… (spoiler); Reece Shearsmith da vida al misterioso Dr. Jacob Tyler, tipo con crípticas motivaciones ( crucigrama hecho hombre), demuestra gran labia recitando a clásicos, gran poder de maestro de marionetas, muy bueno en su personaje, hablar algo más de su actuación sería spoilear.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La puesta en escena es lo ágil y elegante que nos tienen acostumbrados los creadores, aprovechando con gran sentido escénico teatral el diseño de producción de Simon Rogers (“Tyronnonsaur” o “Utopia”), la mayor parte del episodio filmado en Langleybury, casa de campo en Abbots Langley (Hertfordshire-UK), se había utilizado anteriormente para los episodios de Inside N º 9 “The Harrowing” y “Séance Time”, así como la casa de Oscar Lomax de la serie anterior del dúo Shearsmith y Pemberton “Psychoville”, la toma exterior de apertura filmada en Court de Gonville y Caius College (Cambridge); destacando la hábil cinematografía de John Sorapure , moviéndose en el parco espacio con soltura, sabiendo enfocar lo crucial en cada momento, esto potenciado por la edición de Joe Randall-Cutler (“Hit & Miss”), que dota de un ritmo tremendo los momentos del crucigrama, como muy estimable es la labor de mezcla de sonido Chris MacLean (“The thick of it”), que imprime un halo cuasi-, acompañados de reflejos exteriores místico al relato, con esos sonidos constantes de la tormenta exterior, como especie de augurios de algo clave, acompañados de reflejos de relámpagos, excelso recurso muy operístico-teatral.
Spoiler:
Gran giro de la trama cuando descubrimos que la anhelada vendetta de Nina ha sido contrarrestada por la inteligencia de Squires, este sabiendo del veneno (veneno de neurotoxina) en las tazas de café, les ha dado el cambiazo (me recuerda al juego entre Vizzini y el pirata Robert en “La princesa prometida”), pero Squires finge que está moribundo para que Nina de rienda suelta a sus demonios internos, y destape sus intenciones, hasta que de pronto Squires comienza a hablar y las posiciones de dominio dan un giro radical, la moribunda, y esta vez de verdad es ella, y es Squires el que posee el control, tras una disertación sobre el tablero del crucigrama, decide destapar su depredadora personalidad lasciva con las mujeres, y entonces comienza a acariciar las piernas de la muchacha que está sentada inmóvil, incluso le da un beso, provocando que del rostro pétreo de ella brote una desgarradora lágrima (extraordinario ese primer plano de sus ojos, la actriz emociona). Brutal tramo en que el carácter serpentil de Squires queda al desnudo, "Es un peligro sangriento que me dejen junto con una niña en esta condición. Todo lo que podría hacer es no dejarla caer", (dice el propio “Sphinx”), esto enlaza con lo que le dice el personaje que aparece en el tercer acto, el Dr. Tyler (con escondidas intenciones), que de modo cínico le espeta una alegoría de su sobrenombre, “Sphinx” (Esfinge), "Y así la poderosa Esfinge consume la carne de su conquista", hace un símil entre la sed de carne (femenina) en sentido sexual de Squires, pero Tyler le da la vuelta, para ir más allá e igualarlo con el canibalismo, lo que nos lleva a uno de los momentos más estremecedores de la serie, cuando Tyler le corta un trozo de carne a la inmóvil Nina y la fríe, para obligar maquiavélicamente a Squires a que se la coma, para a continuación, destapar que todo ha sido fruto de una brutal venganza, y es que Nina termina siendo la hija del propio Squires, con lo que en un juego de guión sagaz, muy teatral, como bien remarca Tyler, vuelve a aparecer la pistola del principio para ser el brazo ejecutor final del “deshago” del Dr., cuando Squires se pega un tiro en la cabeza, esto para finalizar en un apoteósico epílogo, pues la sangre de los sesos de “Sphinx” salpica el crucigrama mortal, y vemos sobre él señaladas las palabras “RIP” y “NHS” (este último son las siglas del Servivio Nacional de Salud en Inglaterra), Soberbio.
En conjunto queda uno de los grandes episodios de toda la serie, y eso es mucho con todo lo excelente que ofrece este binomio Pemberton & Shearsmith, media hora radiante de magnetismo. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el episodio ir: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2018/06/inside-no.html
Spoiler:
Gran giro de la trama cuando descubrimos que la anhelada vendetta de Nina ha sido contrarrestada por la inteligencia de Squires, este sabiendo del veneno (veneno de neurotoxina) en las tazas de café, les ha dado el cambiazo (me recuerda al juego entre Vizzini y el pirata Robert en “La princesa prometida”), pero Squires finge que está moribundo para que Nina de rienda suelta a sus demonios internos, y destape sus intenciones, hasta que de pronto Squires comienza a hablar y las posiciones de dominio dan un giro radical, la moribunda, y esta vez de verdad es ella, y es Squires el que posee el control, tras una disertación sobre el tablero del crucigrama, decide destapar su depredadora personalidad lasciva con las mujeres, y entonces comienza a acariciar las piernas de la muchacha que está sentada inmóvil, incluso le da un beso, provocando que del rostro pétreo de ella brote una desgarradora lágrima (extraordinario ese primer plano de sus ojos, la actriz emociona). Brutal tramo en que el carácter serpentil de Squires queda al desnudo, "Es un peligro sangriento que me dejen junto con una niña en esta condición. Todo lo que podría hacer es no dejarla caer", (dice el propio “Sphinx”), esto enlaza con lo que le dice el personaje que aparece en el tercer acto, el Dr. Tyler (con escondidas intenciones), que de modo cínico le espeta una alegoría de su sobrenombre, “Sphinx” (Esfinge), "Y así la poderosa Esfinge consume la carne de su conquista", hace un símil entre la sed de carne (femenina) en sentido sexual de Squires, pero Tyler le da la vuelta, para ir más allá e igualarlo con el canibalismo, lo que nos lleva a uno de los momentos más estremecedores de la serie, cuando Tyler le corta un trozo de carne a la inmóvil Nina y la fríe, para obligar maquiavélicamente a Squires a que se la coma, para a continuación, destapar que todo ha sido fruto de una brutal venganza, y es que Nina termina siendo la hija del propio Squires, con lo que en un juego de guión sagaz, muy teatral, como bien remarca Tyler, vuelve a aparecer la pistola del principio para ser el brazo ejecutor final del “deshago” del Dr., cuando Squires se pega un tiro en la cabeza, esto para finalizar en un apoteósico epílogo, pues la sangre de los sesos de “Sphinx” salpica el crucigrama mortal, y vemos sobre él señaladas las palabras “RIP” y “NHS” (este último son las siglas del Servivio Nacional de Salud en Inglaterra), Soberbio.
En conjunto queda uno de los grandes episodios de toda la serie, y eso es mucho con todo lo excelente que ofrece este binomio Pemberton & Shearsmith, media hora radiante de magnetismo. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el episodio ir: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2018/06/inside-no.html