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Voto de TOM REGAN:
9
7,1
2.915
Romance. Drama
Adaptación del clásico de Shakespeare. Dos familias de Verona, los Montesco y los Capuleto, llevan enfrentadas durante años. El joven Romeo Montesco y sus amigos se presentan en una fiesta organizada por los Capuleto con la intención de causar problemas. Allí, Romeo conoce a Julieta Capuleto e inmediatamente se enamora de ella. (FILMAFFINITY)
14 de abril de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
76/21/30/03/18) Cumple 50 años desde su estreno (4 de marzo de 1968 en UK), y como los buenos vinos gana con el paso del tiempo. La más exitosa versión de la universal homónima obra (de 1597) del Bardo de Avon, la más fiel al texto, al tiempo y a los protagonistas, realizada con mimo y cuidado ambiental maravilloso (fabulosos escenarios medievales, magnifico vestuario, buenas actuaciones, música epicúrea, fenomenal fotografía, y excelente dirección), la mejor adaptación del clásico Romeo y Julieta. La Más Grande tragedia de todos los tiempos, el romance más popular jamás escrito, dirigido magistralmente por el florentino Franco Zeffirelli, guionizado por el mismo con Franco Bursati (“Aventuras y desventuras de un italiano emigrado”), y Masolino D'Amico (“Otello”, 1986), se basa en la producción de 1960 del propio Zeffirelli de la obra de William Shakespeare en el teatro Old Vic de Londres, aquí Zeffirelli lo ha re-imaginado completamente y lo ha reinventado como una experiencia cinematográfica, y ha triunfado desbordando y haciendo verosímil la pasión juvenil, y estremeciéndonos, eso teniendo en cuenta que tenía en contra el hándicap de que todos sabemos la historia, y sobre todo su letal final, y aun así el film sortea esta dificultad componiendo un lienzo de un tiempo y unos protagonistas viviendo su primer amor de forma épica. Este éxito se consigue dando frescura y naturalidad a su conocida trama, no siendo presos-talibanes de la obra, sabiendo recortar discursos (ejemplo el monólogo de pociones de Julieta), ello para dar ritmo y vigor narrativo al drama. Un excelso relato sobre rivalidades, sobre vendettas, y sobre todo el Amor, el más puro e inocente, como es el primero, víctima colateral de estas pendencias, una celebración del Amor más sincero, el sublimado, el que surge de la primera mirada, Apología al amor, Amor lírico, Amor eterno, Amor idealizado, Amor inmortal, Amor atemporal, Amor epidérmico.
Zeffirelli decidió arriesgarse y contar con dos actores (primerizos) totalmente desconocidos para dar vida a estos dos jóvenes amantes, además de ser la adaptación que los acerca más a sus verdaderas edades literarias. El director participó en una muy publicitada búsqueda mundial de actores adolescentes anónimos para interpretar las partes de los dos amantes, los elegidos fueron el londinense Leonard Whiting, tenía 17 años en ese momento (el shakesperiano tenía 15), y la bonaerense Olivia Hussey, tenía 16 años (la shakesperiana tenía 14), y Zeffirelli adaptó la obra de tal manera que jugara según sus puntos fuertes y ocultara sus debilidades: por ejemplo, los largos discursos se recortaban y enfatizaba los disparos de reacción. Esta inexperiencia actoral repercute con fuerza (para bien) en una espontaneidad y sencillez, que rebosa realismo pasional juvenil en sus comportamientos arbitrarios sujetos a los impulsos propios de sus edades, con una química que brota con autenticidad, con emoción y desgarro. Sir Laurence Olivier pronunció el prólogo y el epílogo de la película y, según los informes, apodó la voz del actor italiano interpretando a Lord Montague (encarnado por Antonio Pierfederici).
Es una historia de un amor enfermizo, obsesivo, claustrofóbico, cerrado, hermético, donde dos seres jóvenes encuentran que son solo uno, y el uno no puede subsistir sin el otro, y si uno no está el otro no halla razón para continuar, un sentimiento recíproco tan extremo que solo se puede dar entre mentes que apenas han vivido, que apenas han tenido contratiempos, y que su amor se lo toman como un todo o nada. Un Amor surgido en un flechazo de primera vista "Nunca he visto la verdadera belleza hasta esta noche" dice Romeo, el Amor germina sin conocer el carácter, simplemente a través de lo físico, de lo superficial, algo típico de los jóvenes, esto lo remarca un personaje cuando asevera "El amor de los jóvenes... no está verdaderamente en sus corazones, sino en sus ojos", con lo que este amor tiene más de idealizado que de real, pues realmente desde que se conocen, hasta que se casan apenas pasan unos minutos juntos, y no han tenido tiempo de conocerse, solo de halagar y regar con frases poéticas (pero huecas) sobre su latente Amor, con lo que si este sentimiento hubiera durado algo más igual se hubiera estropeado, es por ello que al ser trágico trasciende y nos baña a todos de identificación con su infortunio.
Olivia Hussey fue el gran descubrimiento del film, poseedora de una belleza hipnótica, con una sensualidad juvenil perturbadora, con una mirada y sonrisa que desarman, inundando la pantalla con su ingenuidad y ternura, imposible no enamorarse de ella. Zeffirelli comenta sobre su elección de Whiting entre 300 jóvenes auditados durante más de tres meses: "Tiene una cara magnífica, una melancolía suave, dulce, el tipo de joven idealista que Romeo debería ser". Zeffirelli tuvo que obtener un permiso especial para mostrar a la niñita de 15 años en topless, pero le preocupaba su peso durante el rodaje y le prohibió comer pasta. Por siempre Julieta; Leonard Whiting resulta estupendo como el bohemio Romeo, todo un reflejo de la juventud más rebelde y enamoradiza, bien parecido, con ojos azules, ágil en sus subidas al mítico balcón, moviéndose por la escena con soltura y naturalidad, como en ese icónico duelo contra Tybalt, alejado de felinas coreografías, destilan veracidad y arrojo iracundo en su torpeza, y manteniendo con Olivia una compenetración cutánea que hipnotiza al espectador en su candidez despreocupada, de una intensidad electrizante, donde solo existen ellos en el universo, al igual que ella, nunca estuvo ni cerca de este su debut, hizo su última película hasta la fecha en 1976; Tanto Olivia como Leonard Ambos ganaron los Globos de Oro por el Recién Llegado más Prometedor.
Zeffirelli recibió críticas de los puristas al atreverse a mostrar a Romeo y Julieta despertando en su cama, desnudos, abrazados después de una evidente noche de sexo juvenil… (sigue en spoiler)
Zeffirelli decidió arriesgarse y contar con dos actores (primerizos) totalmente desconocidos para dar vida a estos dos jóvenes amantes, además de ser la adaptación que los acerca más a sus verdaderas edades literarias. El director participó en una muy publicitada búsqueda mundial de actores adolescentes anónimos para interpretar las partes de los dos amantes, los elegidos fueron el londinense Leonard Whiting, tenía 17 años en ese momento (el shakesperiano tenía 15), y la bonaerense Olivia Hussey, tenía 16 años (la shakesperiana tenía 14), y Zeffirelli adaptó la obra de tal manera que jugara según sus puntos fuertes y ocultara sus debilidades: por ejemplo, los largos discursos se recortaban y enfatizaba los disparos de reacción. Esta inexperiencia actoral repercute con fuerza (para bien) en una espontaneidad y sencillez, que rebosa realismo pasional juvenil en sus comportamientos arbitrarios sujetos a los impulsos propios de sus edades, con una química que brota con autenticidad, con emoción y desgarro. Sir Laurence Olivier pronunció el prólogo y el epílogo de la película y, según los informes, apodó la voz del actor italiano interpretando a Lord Montague (encarnado por Antonio Pierfederici).
Es una historia de un amor enfermizo, obsesivo, claustrofóbico, cerrado, hermético, donde dos seres jóvenes encuentran que son solo uno, y el uno no puede subsistir sin el otro, y si uno no está el otro no halla razón para continuar, un sentimiento recíproco tan extremo que solo se puede dar entre mentes que apenas han vivido, que apenas han tenido contratiempos, y que su amor se lo toman como un todo o nada. Un Amor surgido en un flechazo de primera vista "Nunca he visto la verdadera belleza hasta esta noche" dice Romeo, el Amor germina sin conocer el carácter, simplemente a través de lo físico, de lo superficial, algo típico de los jóvenes, esto lo remarca un personaje cuando asevera "El amor de los jóvenes... no está verdaderamente en sus corazones, sino en sus ojos", con lo que este amor tiene más de idealizado que de real, pues realmente desde que se conocen, hasta que se casan apenas pasan unos minutos juntos, y no han tenido tiempo de conocerse, solo de halagar y regar con frases poéticas (pero huecas) sobre su latente Amor, con lo que si este sentimiento hubiera durado algo más igual se hubiera estropeado, es por ello que al ser trágico trasciende y nos baña a todos de identificación con su infortunio.
Olivia Hussey fue el gran descubrimiento del film, poseedora de una belleza hipnótica, con una sensualidad juvenil perturbadora, con una mirada y sonrisa que desarman, inundando la pantalla con su ingenuidad y ternura, imposible no enamorarse de ella. Zeffirelli comenta sobre su elección de Whiting entre 300 jóvenes auditados durante más de tres meses: "Tiene una cara magnífica, una melancolía suave, dulce, el tipo de joven idealista que Romeo debería ser". Zeffirelli tuvo que obtener un permiso especial para mostrar a la niñita de 15 años en topless, pero le preocupaba su peso durante el rodaje y le prohibió comer pasta. Por siempre Julieta; Leonard Whiting resulta estupendo como el bohemio Romeo, todo un reflejo de la juventud más rebelde y enamoradiza, bien parecido, con ojos azules, ágil en sus subidas al mítico balcón, moviéndose por la escena con soltura y naturalidad, como en ese icónico duelo contra Tybalt, alejado de felinas coreografías, destilan veracidad y arrojo iracundo en su torpeza, y manteniendo con Olivia una compenetración cutánea que hipnotiza al espectador en su candidez despreocupada, de una intensidad electrizante, donde solo existen ellos en el universo, al igual que ella, nunca estuvo ni cerca de este su debut, hizo su última película hasta la fecha en 1976; Tanto Olivia como Leonard Ambos ganaron los Globos de Oro por el Recién Llegado más Prometedor.
Zeffirelli recibió críticas de los puristas al atreverse a mostrar a Romeo y Julieta despertando en su cama, desnudos, abrazados después de una evidente noche de sexo juvenil… (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
… En la obra, el mismo diálogo se reproduce en el huerto de los Capuleto, tramposo es para tanto, si acaso por el deje cuasi-gay de mostrarnos el trasero de Romeo y apenas cuerpo de la hermosa Julieta, porque moralmente hay que decir que ya estaban casados, si acaso el escándalo estuvo en la edad de los protagonistas apareciendo como sus madres los trajeron al mundo, y es que aún eran adolescentes de 15 años ella y 16 él, es por eso que el director tuvo que conseguir una autorización especial para la escena.
El resto del elenco cumple con creces las expectativas del conjunto (en su mayoría británicos): Destaca un notable Michael York (moreno, sin su cabello rubio) en el rol de Tybalt, impregna de fuerte personalidad cada sus presencias; John McEnery encarnando al gran amigo de Romeo, Mercutio, dotando de melancolía su figura; Milo O'Shea como el bienintencionado fraile Laurence, gran consejero de Romeo y aliado en su Amor,… y a la vez cómplice de su desgracia, lo hace aportando elementos de reflexión y de carácter cuasi-paternal por el joven; Pat Heywood en su rol de nodriza de Julieta ofrece alivio cómico, aunque esto es para mí un error que chirría en la mesura y contención de la obra, Error; Además resaltaré a Robert Stephens que hace al final un discurso que cala en el espectador, lo hace con poderío.
Puesta en escena majestuosa, excelsa inmersión en la Verona medieval, gracias al magnífico diseño de producción de Lorenzo Mongiardino (“La fiera indomable”), callejuelas, mercados, iglesias, cementerios, bailes, patios, balcones, bullicio (gran manejo de las multitudes), el ello en distintos lugares: La escena del balcón en el Palazzo Borghese, construido por el cardenal Scipione Borghese en el siglo XVI, en Artena , a 40 km al sureste de Roma; Las escenas de la iglesia interior en una iglesia románica llamada San Pietro Somaldi en, Lucca, Tuscania, a 90 km al noroeste de Roma; La escena de la tumba también en Tuscania; El palacio de las escenas de los Capuleto en el Palazzo Piccolomini , construido entre 1459-62 por el Papa Pío II, en la ciudad de Pienza, en la provincia de Siena; Las escenas de duelo con espadas se establecieron en la antigua ciudad de Umbría de Gubbio; La película también tiene algunas escenas filmadas en Montagnana (Padua-Véneto);
El oscarizado vestuario de Danilo Donati (“Amarcord”), inspirándose en pinturas de la época, radiante de colorido, con velos, con vestidos vaporosos, corpiños, máscaras, con escotes latentes, con pañuelos, gran labor, que como curiosidad me queda ese toque kitsch-gay de resaltar la entrepierna masculina con una híper-pronunciado bolsa que resaltan sus genitales de modo pomposo, costando trabajo no mirar allí (¿?); Todo esto realzado por la espléndida fotografía de Pasqualino De Santis (“Muerte en Venecia”), radiante de cromatismos, rica en pinceladas de grises y ocres terrosos, diestra los encuadres, preciosa en las secuencias oscuras con iluminadas por antorchas, enérgica en las escenas de pelas, bucólica en las escenas de danzas, con sugerente uso del zoom, hay cámara en mano para dar agilidad, precisa en los ultra-expresivos primeros planos, filmando con una cariño enervador las escenas de los Amantes, haciéndonos sentir partícipes de su pasión desatada sin límites; Y para el Olimpo de las composiciones musicales de películas queda la conmovedora partitura creada por el maestro milanés Nino Rota (“El Padrino”), entrelazada con el relato como en pocas ocasiones he sentido, haciendo poner el vello de punta, emocionándome, unas trémulas melodías que pueden hacer saltar las lágrimas, con su tema central de amor que perdura en el tiempo, grabados en el subconsciente de modo turbador (de hecho la estoy escuchando mientras escribo).
En conjunto me queda un Clásico imperecedero, tan fresco, reluciente y conmovedor como el primer día. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2018/04/romeo-y-julieta.html
El resto del elenco cumple con creces las expectativas del conjunto (en su mayoría británicos): Destaca un notable Michael York (moreno, sin su cabello rubio) en el rol de Tybalt, impregna de fuerte personalidad cada sus presencias; John McEnery encarnando al gran amigo de Romeo, Mercutio, dotando de melancolía su figura; Milo O'Shea como el bienintencionado fraile Laurence, gran consejero de Romeo y aliado en su Amor,… y a la vez cómplice de su desgracia, lo hace aportando elementos de reflexión y de carácter cuasi-paternal por el joven; Pat Heywood en su rol de nodriza de Julieta ofrece alivio cómico, aunque esto es para mí un error que chirría en la mesura y contención de la obra, Error; Además resaltaré a Robert Stephens que hace al final un discurso que cala en el espectador, lo hace con poderío.
Puesta en escena majestuosa, excelsa inmersión en la Verona medieval, gracias al magnífico diseño de producción de Lorenzo Mongiardino (“La fiera indomable”), callejuelas, mercados, iglesias, cementerios, bailes, patios, balcones, bullicio (gran manejo de las multitudes), el ello en distintos lugares: La escena del balcón en el Palazzo Borghese, construido por el cardenal Scipione Borghese en el siglo XVI, en Artena , a 40 km al sureste de Roma; Las escenas de la iglesia interior en una iglesia románica llamada San Pietro Somaldi en, Lucca, Tuscania, a 90 km al noroeste de Roma; La escena de la tumba también en Tuscania; El palacio de las escenas de los Capuleto en el Palazzo Piccolomini , construido entre 1459-62 por el Papa Pío II, en la ciudad de Pienza, en la provincia de Siena; Las escenas de duelo con espadas se establecieron en la antigua ciudad de Umbría de Gubbio; La película también tiene algunas escenas filmadas en Montagnana (Padua-Véneto);
El oscarizado vestuario de Danilo Donati (“Amarcord”), inspirándose en pinturas de la época, radiante de colorido, con velos, con vestidos vaporosos, corpiños, máscaras, con escotes latentes, con pañuelos, gran labor, que como curiosidad me queda ese toque kitsch-gay de resaltar la entrepierna masculina con una híper-pronunciado bolsa que resaltan sus genitales de modo pomposo, costando trabajo no mirar allí (¿?); Todo esto realzado por la espléndida fotografía de Pasqualino De Santis (“Muerte en Venecia”), radiante de cromatismos, rica en pinceladas de grises y ocres terrosos, diestra los encuadres, preciosa en las secuencias oscuras con iluminadas por antorchas, enérgica en las escenas de pelas, bucólica en las escenas de danzas, con sugerente uso del zoom, hay cámara en mano para dar agilidad, precisa en los ultra-expresivos primeros planos, filmando con una cariño enervador las escenas de los Amantes, haciéndonos sentir partícipes de su pasión desatada sin límites; Y para el Olimpo de las composiciones musicales de películas queda la conmovedora partitura creada por el maestro milanés Nino Rota (“El Padrino”), entrelazada con el relato como en pocas ocasiones he sentido, haciendo poner el vello de punta, emocionándome, unas trémulas melodías que pueden hacer saltar las lágrimas, con su tema central de amor que perdura en el tiempo, grabados en el subconsciente de modo turbador (de hecho la estoy escuchando mientras escribo).
En conjunto me queda un Clásico imperecedero, tan fresco, reluciente y conmovedor como el primer día. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2018/04/romeo-y-julieta.html