180/15(17/10/19) Interesante, aunque desequilibrado y pretencioso film de animación español escrito y dirigido por Alberto Vázquez y Pedro Rivero, basada en el cómic Psiconautas de Vázquez, del que primero hicieron el cortometraje “Birdboy”, como gancho para captar financiación para el largometraje. Un relato para mayores de edad, dada su temática y complejidad, enmarcándolo en una isla post-apocalíptica con un puñado de animales antropomorfos (esto porque según Pedro Rivero: “los animales [ratones, pájaros, conejos,…] son anacrónicos, no tienen tiempo ni lugar. Son universales”) que intentan escapar de este entorno tóxico. Un argumento tenebroso con tonos pesadillescos a lo que ayuda su an8imación en 2D, que en su atmósfera y trazos me recuerda a la burtoniana serie “El Niño Mancha”, una narración melancólica, oscura, lúgubre, donde se mezcla lo onírico con lo terrorífico. Film que nos habla de modo esquemático de temas como el saber cuidar la Terra (el ecologismo), las relaciones familiares, la avaricia, la adolescencia, las adicciones a las drogas (¿?), de nuestra necesidad de emancipación, de nuestros demonios internos que intentamos mantener escondidos, de la miseria, de la supervivencia, de la intolerancia al diferente. Al parecer este trabajo está inspirado en Roland Topor y The Wild Planet de René Laloux (1973).

El término “psiconauta” se atribuye al escritor alemán Ernst Jünger, quien lo utilizó en su ensayo Enfoque: drogas y embriaguez (1970) para describir la experiencia con estas sustancias. Se asocia a la exploración de la condición humana a través de la alteración de la conciencia. Nombres como Thomas de Quincey hasta Aldous Huxley, pasando por Baudelaire, han sido considerados cercanos a la psiconáutica. Los “navegantes de la mente” examinan la realidad desde un prisma totalmente alternativo.

Estamos en una ínsula en la que ha habido una gran explosión (quizás nuclear, nunca se aclara) que ha mermado la población y el ecosistema, donde la población sobrevive como puede, dividida entre las criaturas del bosque, que representan lo que queda de la civilización, y por otro las ratas que malviven en las montañas de basura. Un relato que tiene dos frentes, por un lado seguimos a tres jóvenes, Dinki que escapa de casa, para unirse a sus amiguitos Sandra y Zorrito, que intentaran huir de la isla, aunque sea robando para obtener plata para el viaje en barco. Por otro lado está la sub trama de Birdboy, joven híbrido entre pájaro y humano, solo se comunica a través de gruñidos, no habla y debe drogarse para mantenerse cuerdo (cual Bruce banner Hulk o Dr Jekyl debe tomarlas para mantener a su lado salvaje en reposo), que por algún motivo relacionado con su progenitor es perseguido por dos polis. En el tramo final las dos historias se cruzaran.

Es un film que intenta más de lo que puede, sus ideas son lanzadas con trazo grueso, pues nos muestra un mundo desolado y triste en el que ha habido una explosión, y ya por supuesto está lanzada la crítica ecologista contra el Cambio Climático (puaj!), se muestran montañas de basura, ya está la crítica al consumismo bestial y a la sobreproducción, y sus nefastas consecuencias, no se puede ser más simplista, pues esto mismo se puede hacer con una simple viñeta, no hay un armazón argumental son soflamas sin fondo alguno, slogans en formato imágenes sin hondura. Es una cinta que se tardan minutos en centrarse, el espectador se siente desorientado un tiempo hasta que el foco se centra, toca muchas temáticas, pero no aprieta alguna, son bosquejos de ideas que se sueltan sin hincarle el diente, visualmente tiene sus momentos atractivos, pero su mensaje llega difuso y en esbozos, cual apuntes a pie de página. Con lo que incluso he sufrido de desconexión y alejamiento con lo que veo. Tampoco ayuda que una vvvez establecidas las cartas apenas hay avances, ni giros ayuden a reengancharte. Adolece de arrogancia narrativa, y se echa en falta algo de humor que haga digerible tanto halo fatalista. Hay un subtexto sobre el mundo de las drogas que me resulta venenosos en su modo frívolo y de mensaje de cuasi necesario para escapar a nuestro rutinario mundo.

Una fábula con trazas de cine de terror apocalíptico, donde se tocan elementos muy adultos como las mencionadas drogas, los robos, suicidios, malos tratos psicológicos, asesinatos, demencia, todo desde una óptica pesimista, donde todos los personajes tiene su lado malvado y egoísta, en contraste con los sueños de libertad, de felicidad que se suponen fuera de allí, queriendo darnos un hilo de esperanza en su críptico final.

La singular ambientación se mueve en tres niveles, por un lado está el placentero escenario de los bosques, por otro está el tétrico de las montes de basura, donde sobreviven ratas cual tribus carnívoras. Y el tercer nivel es el onírico es el de la convulsa y delirante mente de Birdboy, donde los dibujantes han tenido más libertad para exponer pesadillas visuales sugestivas.

En conjunto me queda un loable intento de hacer cine de animación para adultos, pero me ha quedado como apuntes a pie de página, con una notable atmósfera, pero sin morder, simples pellizquitos. Fuerza y honor!!!