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Voto de TOM REGAN:
8
7,1
1.905
Documental
Cartel Land es como un western clásico en el siglo XXI, enfrentando a los vigilantes a ambos lados de la frontera contra los cárteles de la droga mexicanos. Con un acceso sin precedentes, esta película provoca preguntas profundas sobre la anarquía, la ruptura del orden, y si sólo queda para los ciudadanos tomar las armas para luchar contra la violencia con violencia. (FILMAFFINITY)
2 de marzo de 2016
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
32/10(19/02/16) Notable film de Matthew Heineman, nominado al Oscar, nos acerca no al submundo criminal de las organizaciones criminales que operan a ambos lados de la frontera México-USA, no entra en estas, si no a como hay gente que se siente desprotegida ante estas redes y deciden tomarse la justicia por sus manos. Hace un díptico en paralelo en que en el lado USA se centra en Tim Foley, un líder de un grupo paramilitar que opera en la frontera Arizona- México, concretamente en el Valle de Altar, los Border Recon, un racista que hecha la culkpa de sus males a la inmigración latina, aunque después vira hacia combatir contra los carteles mexicanos de la droga, carteles que nunca vemos en sus incursiones paramilitares, son un ente invisible. En el otro lado tenemos lo que da brillo al documental, estamos en el estado mexicano de Michoacán, allí el Dr. José Meireles ante el desamparo a que se siente sometido ha creado las brigadas de Autodefensa, para combatir armados contra los Templarios, violento cartel narcotraficante dirigido por el “Chapo” Guzmán, que tiene sometido a multitud de pueblos bajo su sanguinario yugo. El trabajo se encuentra claramente descompensado, se siente partido, agrietado cada vez que vamos al lado USA con la caricatura que resulta Foley, un tipo intolerante, lleno de prejuicios, y lo que es peor parece combatir contra la nada, los vemos campo a través en lo que parecen juegos de guerra en que no hay contendiente, no sientes el más mínimo peligro, he tenido partidas de parchís más arriesgadas. Curiosamente Heineman inicio el proyecto únicamente con los Arizzona Border Recon en la cabeza, ello tras leer un artículo sobre ellos en la revista Rolling Stone, su padre le envió un artículo del Wall Street Journal sobre José Meireles y sus grupos de Autodefensas, llegó Heineman a Michoacán para una semana de documentación y al final, fascinado por lo que vivió se quedó meses. A la historia se le puede encontrar un subtexto más existencialista, se puede ver a personas que buscan un sentido a sus vidas, las ansias de ser alguien, de tener liderazgo. Kathryn Bigelow es productora ejecutiva del documental.
Heineman en el lado mexicano realiza un trabajo de cámara soberbio, arriesgado, ágil realista, crudo, conviviendo con tiroteos, asaltos, persecuciones, vive como uno más de las Autodefensas, en sus reuniones, se acerca a sus “salas de interrogatorios”, se incrusta en ellos en sus todoterreno, tipos con fusiles de asalto, metralletas, chalecos antibalas, en una guerra sin cuartel contra los Caballeros Templarios a los que dicen haber quitado el control de al menos 28 pueblos en menos de un año. En una tramo que se acerca al espíritu de un thriller, cuestionando lo ambiguo que es la línea que separa el bien del mal, lo bueno de los malo, a si es justo o no tomarse la justicia por nuestras manos, a lo complejo de si ante la desidia e incluso percepción de connivencia del poder con los malos debemos coger las armas y rebelarnos, y en este viaje hay un tremendo arco de desarrollo que nos deja un desalentador y pesimista mensaje, que las en principio buenas propuestas pueden ser invadidas por parásitos que perviertan la integridad transformándola en justo en aquello que dicen combatir, de cómo los poderosos tienen herramientas perversas para corromper hasta los más nobles ideales. Esto lo muestra Heineman con lucidez y rigor objetivo, sin posicionarse, vemos las luchas sutiles intestinas de las Autodefensas, dejando un poso amargo con sabor a aquello de <... que algo cambie para que todo siga igual...>, deja la sensación de desprotección y abandono que sufren y sufrirán los pueblos de mexicanos ante el desdén del Estado, machacado por unos y por otros, por los carteles y por los que dicen querer salvarlos, deprimente. Es una historia de ilusión, de liderazgo, de principios morales, de latente revolución social, con un carismático protagonista, un tipo con aristas, con matices, humano, que luce integridad y es infiel a su esposa (que lo consiente), un relato de traiciones, de deslealtades, de extraños accidentes aéreos, es la odisea sobre el auge y caída de un héroe traicionado por su gente, en este aspecto tiene gran importancia un tipo de rostro bonachón, cercano a la figura de Papa Noel, Estanislao "Papá Pitufo" Beltrán, un tipo controvertido. Y está el lado USA, carente de chispa, no se siente amenaza alguna, la tensión y temor constante del lado mexicano aquí es humo, todo se siente impostado, mini-rambos que se creen héroes de una película serie z, tan endeble que no tienen ni villanos contra los que combatir, o lo que es peor no se han dado cuenta de que están en comedia bufa sin el más mínimo humor. Eso sí, con muy buenas tomas de los áridos paisajes fronterizos, gracias a que el director es director reputado de fotografía, pero ello revestido con poca chicha.
Heineman quiere hacernos ver las similitudes entre los dos protagonistas de ambos segmentos, Meireles y Foley, así como sus diferencias, pero esto queda muy descompensado, por un lado un tipo de carne y hueso, con problemas reales, con peligros, con enemigos, con conspiraciones a su alrededor, bordeando la muerte, llegando en su final a ser encarcelado, y por otro está un fantoche con ansias de dar sentido a su vacía vida creándose enemigos donde no los hay, él y su desnortada gente juegan a la guerra sin llega r a pegar un tiro, parecen disfrutar con sus trajes caquis, con sus armas, con sus gadgets, buscan autoestima luchando contra fantasmas, lo cual da idea de su vacua existencia, si acaso vale como alegoría de la paranoia en la que vive USA y a la que da voz el populista republicano Donald Trump... (sigue en spoiler)
Heineman en el lado mexicano realiza un trabajo de cámara soberbio, arriesgado, ágil realista, crudo, conviviendo con tiroteos, asaltos, persecuciones, vive como uno más de las Autodefensas, en sus reuniones, se acerca a sus “salas de interrogatorios”, se incrusta en ellos en sus todoterreno, tipos con fusiles de asalto, metralletas, chalecos antibalas, en una guerra sin cuartel contra los Caballeros Templarios a los que dicen haber quitado el control de al menos 28 pueblos en menos de un año. En una tramo que se acerca al espíritu de un thriller, cuestionando lo ambiguo que es la línea que separa el bien del mal, lo bueno de los malo, a si es justo o no tomarse la justicia por nuestras manos, a lo complejo de si ante la desidia e incluso percepción de connivencia del poder con los malos debemos coger las armas y rebelarnos, y en este viaje hay un tremendo arco de desarrollo que nos deja un desalentador y pesimista mensaje, que las en principio buenas propuestas pueden ser invadidas por parásitos que perviertan la integridad transformándola en justo en aquello que dicen combatir, de cómo los poderosos tienen herramientas perversas para corromper hasta los más nobles ideales. Esto lo muestra Heineman con lucidez y rigor objetivo, sin posicionarse, vemos las luchas sutiles intestinas de las Autodefensas, dejando un poso amargo con sabor a aquello de <... que algo cambie para que todo siga igual...>, deja la sensación de desprotección y abandono que sufren y sufrirán los pueblos de mexicanos ante el desdén del Estado, machacado por unos y por otros, por los carteles y por los que dicen querer salvarlos, deprimente. Es una historia de ilusión, de liderazgo, de principios morales, de latente revolución social, con un carismático protagonista, un tipo con aristas, con matices, humano, que luce integridad y es infiel a su esposa (que lo consiente), un relato de traiciones, de deslealtades, de extraños accidentes aéreos, es la odisea sobre el auge y caída de un héroe traicionado por su gente, en este aspecto tiene gran importancia un tipo de rostro bonachón, cercano a la figura de Papa Noel, Estanislao "Papá Pitufo" Beltrán, un tipo controvertido. Y está el lado USA, carente de chispa, no se siente amenaza alguna, la tensión y temor constante del lado mexicano aquí es humo, todo se siente impostado, mini-rambos que se creen héroes de una película serie z, tan endeble que no tienen ni villanos contra los que combatir, o lo que es peor no se han dado cuenta de que están en comedia bufa sin el más mínimo humor. Eso sí, con muy buenas tomas de los áridos paisajes fronterizos, gracias a que el director es director reputado de fotografía, pero ello revestido con poca chicha.
Heineman quiere hacernos ver las similitudes entre los dos protagonistas de ambos segmentos, Meireles y Foley, así como sus diferencias, pero esto queda muy descompensado, por un lado un tipo de carne y hueso, con problemas reales, con peligros, con enemigos, con conspiraciones a su alrededor, bordeando la muerte, llegando en su final a ser encarcelado, y por otro está un fantoche con ansias de dar sentido a su vacía vida creándose enemigos donde no los hay, él y su desnortada gente juegan a la guerra sin llega r a pegar un tiro, parecen disfrutar con sus trajes caquis, con sus armas, con sus gadgets, buscan autoestima luchando contra fantasmas, lo cual da idea de su vacua existencia, si acaso vale como alegoría de la paranoia en la que vive USA y a la que da voz el populista republicano Donald Trump... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
...Termina el tramo de Arizona por ser un parche, un lastre que rompe el ritmo y el interés ganado en México, y es que Heineman tuvo que haber descartado la contraparte USA a favor de haber ahondado en el lado mexicano, y haber dado también un perfil de los “malos”, de los caballeros templarios, que quedan en una nebulosa, un ente sin cuerpo, ni fisonomía, esto resta la dimensión real del problema.
Momentos recordables: El perturbador arranque, en la cerrada noche unos tipos armados y enmascarados llegan en sus rancheras a un descampado, de los vehículos bajan unos bidones y comienzan a “cocinar” droga, cual Heisenberg en “Breaking Bad”, el cabecilla habla a cámara justificando su delito, ante la falta de otra salida, dicen que quieren ser como ellos (el que los graba), diciendo paradójicamente <Vamos a hacer esto, siempre y cuando Dios lo permite>; La entrada en escena del Dr. Meireles, preguntando <Que harías en mi lugar?>, mostrando a cámara un móvil con fotos de tres cabezas sin cuerpos, dice son vecinos suyos, decapitados por los Caballeros Templarios, cártel de Michoacán, Meireles apostilla sobre los grupos de Autodefensas <No hay vecino que no haya sufrido la muerte, el secuestro, la tortura o la violación por parte de los cárteles. El gobierno no existe. Qué harías en mi lugar? Te sentarías a esperar que vengan a asesinarte?>; En un entierro, con niños llorando, una mujer mexicana da los nombres de hermanas, hermanos, tíos, tías, primos, jóvenes y viejos, quince asesinados en ataúdes frente a las tumbas preparadas para los féretros, ella cuenta como los caballeros Templarios ante no obtener el diezmo (chantaje) perpetran una carnicería, dice que incluso niños fueron lanzados contra rocas y sus cuerpos tirados al río; Cuando el ejército intenta en vano desarmar a las Autodefensas; Y por supuesto todas las escenas de acción junto a los grupos de Autodefensas, todo un recital de acciones de reportero de guerra jugándose la vida.
En conjunto queda un documental notable, que se hubiera elevado más eliminando el tramo de USA y si hubiera dado rostro a los “villanos” del los caballeros Templarios, parece solo se mueven por los peones y nunca rascan más allá de la superficie de los mandamases, esto lo compensan con un gran ritmo, con fluidez narrativa, y con una ácida y mordaz radiografía a esta milicia mexicana que conforme se hace más grande se va degradando más y más ante los impotentes ojos de su fundador, hoy devorado por la bestia. Fuerza y honor!!!
Momentos recordables: El perturbador arranque, en la cerrada noche unos tipos armados y enmascarados llegan en sus rancheras a un descampado, de los vehículos bajan unos bidones y comienzan a “cocinar” droga, cual Heisenberg en “Breaking Bad”, el cabecilla habla a cámara justificando su delito, ante la falta de otra salida, dicen que quieren ser como ellos (el que los graba), diciendo paradójicamente <Vamos a hacer esto, siempre y cuando Dios lo permite>; La entrada en escena del Dr. Meireles, preguntando <Que harías en mi lugar?>, mostrando a cámara un móvil con fotos de tres cabezas sin cuerpos, dice son vecinos suyos, decapitados por los Caballeros Templarios, cártel de Michoacán, Meireles apostilla sobre los grupos de Autodefensas <No hay vecino que no haya sufrido la muerte, el secuestro, la tortura o la violación por parte de los cárteles. El gobierno no existe. Qué harías en mi lugar? Te sentarías a esperar que vengan a asesinarte?>; En un entierro, con niños llorando, una mujer mexicana da los nombres de hermanas, hermanos, tíos, tías, primos, jóvenes y viejos, quince asesinados en ataúdes frente a las tumbas preparadas para los féretros, ella cuenta como los caballeros Templarios ante no obtener el diezmo (chantaje) perpetran una carnicería, dice que incluso niños fueron lanzados contra rocas y sus cuerpos tirados al río; Cuando el ejército intenta en vano desarmar a las Autodefensas; Y por supuesto todas las escenas de acción junto a los grupos de Autodefensas, todo un recital de acciones de reportero de guerra jugándose la vida.
En conjunto queda un documental notable, que se hubiera elevado más eliminando el tramo de USA y si hubiera dado rostro a los “villanos” del los caballeros Templarios, parece solo se mueven por los peones y nunca rascan más allá de la superficie de los mandamases, esto lo compensan con un gran ritmo, con fluidez narrativa, y con una ácida y mordaz radiografía a esta milicia mexicana que conforme se hace más grande se va degradando más y más ante los impotentes ojos de su fundador, hoy devorado por la bestia. Fuerza y honor!!!