182/16(23/06/10) Pasable cinta de gánsteres franceses hecha a mayor gloria de sus dos mayores estrellas del momento, el más guapo, Alain Delon, y el más simpático, Jean Paul Belmondo, que tiene destacable todo lo que no tiene que ver con el argumento, todo lo accesorio, es decir su brillante puesta en escena que consigue recrear brillantemente la Marsella de los años 30. La cinta se sostiene en sus dos pilares protagonistas, que poseen química, se apoya en su fuerte carisma y su don de empatía, pero no es suficiente para que enganche su pueril guión que avanza a ritmo de situaciones harto simplistas y predecibles, donde los secundarios son meros comparsas arquetipos planos de contenido, resultando un producto gélido que aporta cero al género, más bien intenta ser una copia de tópicos del cine americano. Resulta curioso que uno de sus guionistas sea un habitual de Luis Buñuel, Jean-Claude Carrière, un tipo de cine que nunca asociaría al mafioso. Recomendable a los amantes del cine de mafiosos. Fuerza y honor!!!