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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Drama Biopic del famoso productor discográfico (entre otros de los Beatles) Phil Spector, que acabó en prisión tras matar en su casa a Lana Clarkson, una actriz de serie B. Spector fue condenado a 19 años de cárcel y sigue encerrado. El telefilm se centra en la relación entre el productor musical (Al Pacino) y su abogada defensora Linda Kenney Baden, papel que intrepreta Helen Mirren. (FILMAFFINITY)
9 de septiembre de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
133/15(27/07/13) Buen film televisivo dirigido por David Mamet que también guioniza, cuenta entre sus bazas más potentes a dos actores extraordinarios que desparraman carisma por la pantalla, Helen Mirren y Al Pacino. Es un acercamiento a la polémica figura del productor musical Phil Spector, centrándose en el juicio al que fue sometido en Los Ángeles acusado en 2003 de asesinar a una camarera, Lana Clarkson.

Una noche cualquiera en Los Ángeles, el mítico productor musical Phil Spector (gran Al Pacino) sale por la noche a un Club, al le acompaña de vuelta a su Castillo la camarera y aspirante a actriz Lana Clarkson, la lleva en su auto de lujo con chófer, tras un rato dentro se escucha un disparo y lo que sucedió dentro es un misterio, Lana tenía un tiro en la boca que la había matado, Phil dijo que había sido suicidio pero la fiscalía lo acusó de asesinato, contrató al bufete de Bruce Cutler (buen Jeffrey tambor) que convenció a la prestigiosa abogada Linda Kenney Baden (gran Helen Mirren) para que lo defendiera, al principio tenía sus reticencias, se iba de vacaciones a Venecia, asimismo lo creía claramente culpable, pero conforme investiga cambia de opinión.

David Mamet construye un guión inteligente, sabiendo exponer con naturalidad cómo evoluciona la mentalidad de la abogada con respecto a Phil, a esto le añade diálogos ingeniosos, siendo de una brillantez extrema los dos duelos Mirren-Pacino. Tampoco está mal su dirección, de gran solidez y sobriedad, con una prodigiosa escena inicial en que Cutler intenta persuadir a Linda para que lleve el caso, 10 minutos de una enorme fluidez, pero el momento estrella es la siniestra visita de Linda a Spector en su decadente mansión, una llegada nocturna y lluviosa, teniendo que atravesar andando una gran reja con alambrada, Linda nos adentra por pasillos lúgubres en penumbra, sobrecargados de adornos sacados de una cinta de terror, armaduras, figuras de búhos, hasta llegar a una sala dedicada a Abraham Lincoln, allí se ve el sillón donde se encontró muerta Lana, y hace entrada Al Pacino, lo vemos como una sombra que se acerca a paso torpe hacia Lana, va vestido con una bata china, y empiezan una intensa charla en la que tocan variopintos temas, pasando de lo trivial a lo intenso, Lincoln, Robert Kennedy, Ted Kennedy, Jesus, John Lennon, 14 fascinantes minutos, en los que Al Pacino nos absorbe y nos encandila con su aura de incomprendido genio, Linda se cerciora de la singular personalidad de Phil, un coleccionador de armas, mitifica a Lawrence de Arabia, tiene un arsenal de diferente tipo de pelucas, Phil explica a Linda que él es la víctima y no el criminal, todo ello con una gran frescura.

La verdadera protagonista es la abogada que lo defendió, todo se ve desde su punto de vista. El relato pretende ser un estudio sobre el ocaso de la fama, la decadencia vital, la excentricidad como modo de rebelión, los prejuicios sociales, una radiografía del comportamiento avieso de la prensa, de cómo mueve opiniones, de cómo nos dejamos influir por una imagen extravagante para colgar la etiqueta de bicho raro propenso a cualquier maldad, sobre lo complejo que es discernir la verdad de la mentira.

Mamet, aunque al inicio coloca un cartel diciendo que es una obra de ficción y que no pretende criticar el juicio, en realidad cuestiona con argumentos que Phil sea culpable, expone con rotundidad que si el abrigo blanco que llevaba Phil no se manchó de sangre es imposible que él la disparara, Mamet se posiciona claramente, no sé si esto es lo real, pero el argumento teje que todo estaba condicionado para que Spector fuera declarado culpable. Mamet en su favor dijo que no pretendía ser fiel a los hechos, pues le faltaban datos esenciales, lo que quería era mostrar una especie de cuento en que Linda sería una especie de Doncella que quedaría atrapada en el laberinto (carisma) del Minotauro (Phil Spector), a la vez que da material para reflexionar sobre las grietas del sistema judicial, sistema judicial que ya abordó Mamet en ‘Veredicto Final’ y ‘El Caso Winslow’, aunque en este caso no hay escenas ante el tribunal (únicamente un extracto del fiscal ante el juez), aunque si hay una excepcional de un ensayo de interrogatorio en el que intetaran moldear a Spector/Pacino, donde Chiwetel Ejiofor compone a un vibrante acusador ficticio, Al pacino vuelve a dar muestras de lo enérgico actor que es, impulsivo, racial, visceral, un depredador de la actuación. Una muestra más del backstage de la defensa, Mamet lo analiza con agudeza, añaden encuestas entre anónimos, los diferentes modos de comprobar que la sangre tuvo que impregnar el abrigo, con un dibujo, con un maniquí, o como se cercioran que es imposible meterse esta pistola en la boca y sacarla sin dispararse, como moldean el testimonio de un forense y sobre todo como preparan al incriminado, es la defensa de los que tienen dinero…
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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