96/11(13/05/13) La década de los 80 fue la época en que empecé a conocer el cine, las salas cinematográficas y los videos me fueron una enorme ventana a un mundo desconocido, esta cinta la vi entonces y guardaba de ella un gran recuerdo, los años no pasan en balde y menos para este film, sin más chicha que sus pareja protagónica, es un irregular thriller con un prometedor punto de partida pero que el realizador John Flynn no sabe desarrollar quedándose en la superficie, evolucionando el argumento de modo ramplón. Arranca con una escena de un atraco en un depósito de pruebas de la policía de Los Ángeles, tres despiadados ladrones enmascarados con el rostro del presidente Nixon asaltan la comisaria matando a todos los que se encuentran en su camino, el policía Dennis Meechum (buen Brian Dennehy) consigue hacerles frente apuñalando en el costado a uno de ellos, él también resulta herido, con el tiempo se recupera y además de seguir de poli se dedica a escribir novelas del género negro con bastante éxito, pero 15 años después su feliz vida comienza a declinar con la muerte de su esposa de cáncer, los editores le acucian demandándole otro libro, él está bloqueado, durante una persecución es salvado de un disparo por un misterioso tipo, Cleve (gran James Woods), este se le presenta como un asesino a sueldo que durante años trabajó para un popular hombre de negocios, David Matlock (correcto Paul Shenar), que preside Industrias Kappa, de hecho le cuenta que él era el chofer del vehículo que huyó del robo de 1972 en que Dennis resultó herido, Matlock le ha echado y Cleve busca venganza, Dennis es reticente a creerle pero se siente intrigado, la intención de Cleve es que Meechum escriba la historia de su vida, para lo que le pronostica será un Best Seller, comienzan un viaje por el país para Cleve le vaya relatando a Dennis varios de los asesinatos que ha cometido. El guión de Larry Cohen dibuja una buddy-movie tan de moda en la década de los 80 con la diferencia que son un honesto agente de policía y sociópata, dos caras de la misma moneda, entre los dos se establece una compleja relación en la que Cleve pretende caer bien a Dennis este se resiste a empatizar con él. El encanto de la película reside en el tour de forcé que se establece entre estos dos carismáticos actores, Woods y Dennehy, llevándose el gato al agua un James Woods pletórico con un rol caramelo del que se nota disfruta derrochando perversidad y encanto, cínica la frase que suelta sobre su profesión <Las corporaciones se basan en riesgos y ventajas... yo les eliminaba riesgos para proporcionarles ventajas>, definición ingeniosa de sus tareas en Industrias Kappa, su actuación desborda carisma, simpatía, encanto, perversidad, terror, complejidad y esto lo alcanza con un porte sofistica y elegante, un dandy que se come la pantalla. A Dennehy le toca un rol algo plano y sin demasiada chicha, poco puede hacer ante el huracán Woods, su papel es demasiado lineal, sin sobresaltos, le hubiera faltado algo de maldad y no ese derroche de buenismo que le perjudica. La cinta posee un atractivo inicio con un prólogo lleno de energía y adrenalina, un estallido de violencia muy bien planificado, luego el trepidante ritmo decae para instalarnos en la turbadora relación poli-criminal, cayendo en lugares comunes ya muy ajados, con escenas de acción triviales, con un hilo argumental bastante débil, con bastantes lagunas, con la torpeza irritante que Dennis no reconozca a la primera al frío y psicópata tipo que es Dennis, resultan pueriles sus negativas a creerle, con subtramas pegote como la de la hija, con un villano sensiblemente mejorable, a Paul Shenar le falta carácter para estremecer, tanto es así que termina siendo una caricatura en el previsible final, clímax final rodado con el automático puesto (spoiler). (Continua en spoiler sin y al final con)