El canal Historia realiza su primera serie de ficción si obviamos la no emitida ‘Los Kennedy’, es una meritoria recreación de una de las batallas civiles más famosas acaecidas en USA, el enfrentamiento encarnizado y sangriento entre dos familias estadounidenses, los Hattfields y los McCoys acaecida poco después de acabada la Guerra Civil americana, duro varias décadas y que tuvo que ser arbitrada por la Corte Suprema, estando a punto provocar una Guerra entre los Estados Virginia Oeste y Kentucky ya que las familias vivían cerca, separadas por las orillas del río Big Sandy, frontera natural entre los dos Estados, estos nombres pertenecen al acerbo popular pasando a definir sus nombres aquellas peleas familiares que no se saben cómo empieza, creciendo como una bola de nieve y dejando graves daños, tanto es así que en 2003 sesenta de sus descendientes firmaron un tratado de paz simbólico.
La serie arranca en 1863 durante una batalla en la Guerra de secesión en el bando yanky combaten ‘Devil’ Anse Hattfield (gran Kevin Costner) y Randall McCoy (buen Bill Paxton), patriarcas de sus clanes, los dos se poyan uno a otro, pero ‘Devil’ harto de la contienda y dando la batalla por perdida decide desertar y volver a su hogar en Fork Tug en en el condado de Mingo County (West Virginia), Randall que es un hombre de un honor rancio se lo recrimina ferozmente, esto se supone es el inicio de la mecha que explotará más tarde. ‘Devil’ hace crecer su negocio de tala de árboles, mientras Randall está recluido en un campo de prisioneros, la rabia de este aumenta. Cuando Randall vuelve a su tierra, en el condado de Pike (Kentucky), ya se siente enemigo de ‘Devil’. Hay una disputa sobre los derechos de unos árboles que implica a ‘Devil’ y a un primo de Randall, hay un robo de un cerdo, un tío de ‘Devil, Jim Vance (excelente Tom Berenger) discute con un McCoy por llevar la casaca de la Unión, este le insulta tildándolo de zoófilo, la bola de nieve baja desbocada agrandándose más y más, llegando la sangre y la muerte de varios Hattfield y McCoys, estos clanes son numerosos, convirtiéndose las montañas donde viven en campos de guerra. En medio de este panorama vil florece una historia de amor a lo ‘Romeo Y Julieta’, un hijo de ‘Devil’, Johnse (correcto Matt Barr) se enamora de Roseanne (correcta Lindsay Pulsipher), hija de Randall McCoy, provocando consecuencias trágicas.
La batalla entre estos Montescos y Capuletos hillbillys de los Apalaches se llevó por delante una docena de vidas, pero la tensión imperante en este amplio territorio fue muy mediática, atrayendo a la prensa del país y con repercusiones y ecos que hoy en día perduran en sus descendientes. Kevin Costner produce y protagoniza esta miniserie de 3 episodios con casi 6 horas de duración, volviendo otra vez al género del western, ya intervino en ‘Silverado, ‘Bailando Con Lobos’, ‘Wyatt Earp’ y ‘Open Range’, aquí vuelve a trabajar con el director Kevin Reynolds con el que rodó ‘Robin Hood’ y ‘Waterworld’, con guión de Ted mann (‘Millennium’ o ‘Deadwood’), Bill Kerby (‘La Rosa’) y Ronald Parker (‘Juana De Arco’ 1999), un libreto que ancla la narración en un ambiente áspero, deprimente, decadente, con personajes primarios, y salvajes, y donde no hay ni buenos ni malos, acentúan que ninguna de las familias es la buena, las dos son culpables, sumando un gran realismo en detalles, exponiendo el modo en que se desenvolvía la justicia en estos lares, de cómo surgían los cazarecompensas, del comportamiento cuasi- atávico de los pobladores de estas montañas, dejándonos un buen fresco de esta época y esta tierra.

Es un relato que toca temas universales como el honor, la traición, la amistad, el rencor, el odio, la lealtad, la familia y sobre todo la venganza. La historia discurre en un ambiente amargado y deprimente, lo que se desprende de la serie es lo triste de la Condición Humana, no da esperanza, no da salida, es una espiral de violencia y de muerte que nadie sabe ni quiere parar. Hay estremecedora intensidad en muchos pasajes de la serie, momentos duros y agobiantes, la tragedia se masca en todo el metraje, con explosiones de violencia seca y adusta.

El extenso reparto de actores realiza en general muy buenas actuaciones, destacando sobremanera un impresionante Tom Berenger, no está actuando es un paleto montañero, su poderosa personalidad anula a los que se le acercan, su aterrador carisma asusta, es un cuasi-cavernícola, un tipo rudo, extraordinario su lenguaje gestual, transmite una gran dureza. Kevin Costner da vida con gran realismo a ‘Diablo’, demuestra gran contención, carácter, frialdad, magnífica su estampa siempre fumando en pipa, le da un toque sereno, Costner ha ganado poso con los años. Bill Paxton es el otro vértice de esta vendetta, mucho más siniestro que Ansel, su rostro denota cierta sobreactuación. Powers Boothe compone un muy personaje, una gran presencia en pantalla que irradia poderío. Andrew Howard como el cazarecompensas Frank Philips compone a un sanguinario y desalmado matón, con cuentas pendientes con los Hattfields.(Continua en spoiler por falta de espacio)

La serie enfatiza una gran puesta en escena con un gran diseño de producción de Derek R. Hill (‘Hacia Rutas Salvajes’, ‘House’ u ‘Objetivo: La Casa Blanca’), revistiendo de gran veracidad los amplios escenarios, una fotografía de Arthur Reinhart (‘Tristan & Isolda’) que tiñe de tonos sepia los fotogramas emitiendo una sensación añeja, esto aornado por la adecuada música John Debney (‘El fin de Los Días’, ‘Sin City’ o ‘La Pasión De Cristo’) y Tony Morales (‘Los Mercenarios’ o ‘Iron Man 3’) que encauza sutilmente sentimientos. (Continua en spoiler por falta de espacio)