99/42(27/03/11) Trepidante thriller protagonizado por uno de los iconos del género, Bruce Willis. Navega por lugares comunes sin aparición de algo original pero entretiene bastante. Primera dirección en inglés del galo Florent-Emilio Siri, imprime un estilo visual que roza el expresionismo, con una fotografía de Giovanni Fiore Coltellacci que es uno de los protagonistas que hace más enganchable la cinta, así como una gran música del gran Alexandre Desplat (‘El curioso caso de Benjamin …’, ‘El escritor’ o ‘El discurso del rey’), estos elementos envuelven al tenso relato en un apetitoso producto para los degustadores del género, entre los que me cuento, con una atmósfera enrarecida, que se acerca casi a niveles góticos. La historia comienza como muchos thrillers, nos meten en una situación que acaba trágicamente para el protagonista, Jeff Talley (buen Bruce Willis), un negociador de la policía de Los Ángeles, esto tan manido se hace para dar un fondo atormentado al protagonista, a continuación pasamos a un año después con Talley trasladado a una comisaria de un pequeño pueblo californiano, Bristo Camino, allí tres muchachos entran a robar en una lujosa vivienda, con un padre y sus dos hijos, pero la cosa se complica y deriva en un secuestro con la policía en las puertas, pero la trama se complica aún más pues el dueño de la casa es un contable de la mafia que debe entregar un cd vital a esta organización, encontrándose Jeff en el ojo del huracán, debiendo liberar a la familia secuestrada y presionado por la mafia para encontrar el disco. El guión de Doug Richardson (‘La jungla 2’) es un alambique donde dos tramas se entrecruzan, con unos personajes bien definidos, con un desarrollo del suspense muy bien llevado que hace te atrape la acción de principio a fin. Bruce Willis está muy bien, alejado de los papeles caricaturescos a los que nos tiene acostumbrado, transmite emociones, pero el que está magnífico es Ben Foster, el rol es un caramelo que Ben lo borda, transmite una mirada de sociópata terrorífica, realiza una interpretación turbadora, de las que marcan a los actores, no le importa el dinero, solo disfrutar con el mal y su lírica, me recuerda al posterior nihilista-psicópata Jocker de ‘El Caballero Oscuro’ de Nolan. En su debe estaría un argumento que de tanto dar giros se pasa de rosca, perdiendo todo viso de verosimilitud, de tanto ser tramposa no deja de haber agujeros, en su desarrollo narrativo se les va la mano y tropiezan en situaciones que rozan el ridículo. Recomendable a los degustadores de thrillers interesantes. Fuerza y honor!!!